Fácil saber quiénes son los que conspiran contra el presidente Gustavo Petro Urrego. No se esconden ni se tapan. Son vulgares y cínicos. Si en Colombia hay justicia no disfrutarán de impunidad. Todos los días salen en los medios de comunicación.

A esa clase de sujetos se les advierte que pueden incurrir en un delito muy grave si continúan con semejante despropósito. Se les notifica que es el jefe del Estado legítimamente constituido, al ganar las elecciones de manera inmaculada.

Los bajos instintos de los atacantes también atentan contra la democracia. La Fiscalía, jueces y magistrados están vigilantes las 24 horas del día, para identificarlos, investigarlos y sentenciarlos, si continúan con su macabro plan de derrocarlo.

Se conoce de sus intenciones de no dejarlo gobernar desde el primer día de su mandato. Tienen más prontuario que hoja de vida. Los que quieren tumbarlo violan el Código Penal en varios de sus artículos. Incluso La Constitución.

En semejante concierto para delinquir y traición a la patria están involucrados hombres y mujeres. No hay un jefe único del crimen. Se han repartido la vuelta tras escribir un guion que les ha salido de película.

Uno de los primeros actores de reparto y no por orden de aparición, es el hampón Olmedo López. Cuando el presidente Petro lo nombró para encabezar el grupo de trabajo que resolvería la sed de los guajiros, les saló el agua y hasta hoy no se ha podido cuantificar el millonario tumbado.

Otro conspiretas es el oso internacional y los millones de dólares que se fueron por el sifón cuando se perdieron los Juegos Panamericanos. En la rampa de partida también está la intervención que está aplicando al sistema de salud. Peor el remedio que la enfermedad.

Otro miembro de la organización criminal es el abusivo aumento en el precio de la gasolina. En el organigrama también figura la incapacidad para desactivar el fusible de los descarados precios de la energía, en todo el país y todos los estratos sociales.

Si a alguien se puede procesar por atentar directamente contra el presidente Gustavo Petro, es la inseguridad nacional en cabeza del peligrosísimo ministro de la indefensa, Iván "el malandro " Velásquez.

Una cómplice de las fechorías contra el jefe de Estado, es la inútil vicepresidenta Francia Márquez.  Los escándalos de su hijo Nicolás también están involucrados en los hechos materia de investigación. Su amigo y consejero de cabecera, Álvaro Leiva, con su millonario torcido de los pasaportes, es otro de los atentados para sumar al auto cabeza de proceso.

El daño a la imagen presidencial inició con el escándalo de las chuzadas a la humilde mujer Marelbis Meza. Con estas pruebas recaudadas y luego de la deliberación del jurado, el sentido de la sentencia es: Culpable. Se le condena a permanecer en el cargo hasta el 7 de agosto de 2026.  Si desea renunciar no podrá usar su cuenta X. Puede salir del país chilinguiado en el avión presidencial para seguir contaminando el planeta y que todo el mundo conozca su hipocresía y doble discurso ambiental.