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Denuncia  |  06 mayo de 2024  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

UNA CIUDAD ABANDONADA/ Sin Dios ni ley, Armenia invadida de ventas ambulantes

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Las calles y andenes del centro de Armenia se llenan cada día más de vendedores ambulantes de perecederos, que aparecen, como los habitantes de calle, de la nada o provenientes de otras localidades en donde les vende una verdad: “En Armenia puede escoger cualquier andén, calle o esquina y montar su negocito”

No hay dios ni ley, el crecimiento de los ambulantes de perecederos, es impresionante. Carretas, cajas y hasta carros ocupan el espacio público, las calles y los andenes, estos últimos ampliados para que se acomoden a lado y lado al parecer con la aprobación de los gobiernos que han dejado y dejan que esta problemática crezca sin medida.

La calle 16 entre carreras 18 y 19 desde hace ya varios años permanece ocupada, se presenta allí hacinamiento de vendedores, por esa calle difícilmente se puede transitar. Están siguiendo el ejemplo, “como es permitido”, la calle 17, la calle 18 y la calle 19, pero además la carrera 18 entre calles 19 y 17. También la carrera 16 al frente de Centro Administrativo Municipal CAM, y la misma carrera 16 a la altura de las calles 19 y 20, en esta última en la esquina de un popular supermercado existe una verdadera galería en la calle y el andén en donde se ofertan toda clase de frutas, verduras y revuelto en general.

“Lo que no es prohibido es permitido”. Los últimos gobernantes han dejado que este fenómeno crezca, por tanto, es difícil de controlar a quienes, sean locales o foráneos, tratan de subsistir a través de una venta ambulante.

No es culpa de los vendedores ambulante de perecederos ocupar las calles y los andenes para subsistir. Por un lado, su necesidad y la falta de un empleo formal los lleva a tomar esta determinación, pero por el otro y este sí contundente, la negligencia de los administradores de Armenia que poco o nada les ha importado el orden de la ciudad. El jurista liberal César Hoyos Salazar, el segundo alcalde de elección popular (1990 -1992) llamado “El ciudadano alcalde”, es recordado porque fue el único que ordenó la ciudad, ubicó a los vendedores ambulantes dejando las calles para el uso correcto del espacio público. Proyecto que en la administración siguiente de Alba Estela Buitrago dejó solo recuerdos.

No han sido capaces los últimos alcaldes de ordenar la ciudad, de verdaderamente darles a los vendedores de perecederos un lugar digno, tanto para ellos como para los ciudadanos consumidores. La Plaza Minorista y el Centro Popular del Café, les quedó grandes a los últimos alcaldes, varios de ellos, solo utilizaron estos lugares para lanzar proyectos cuyas ejecuciones y presupuestos se esfumaron en continuos actos de corrupción que al parecer nadie controla.

 

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