La Universidad del Quindío, el principal centro de educación superior del departamento del Quindío, el más antiguo, el único público, cumplirá 63 años el próximo sábado 14 de octubre. Oferta 33 programas a través de 7 facultades. Fue reacreditado en Calidad Institucional el año pasado y, dentro del formato de Aprendizaje Permanente ofrece el programa de universidad para mayores. Forma posgraduados a través de 3 doctorados, 9 maestrías y 4 especializaciones.

El ingeniero civil Luis Fernando Polanía Obando, después de obtener las mayorías en las urnas y en el pleno del Consejo Superior, se posesionó el pasado 29 de abril como rector. Aprovechando que esta edición especial impresa de El Quindiano coincide con la fundación de la Universidad del Quindío, conversamos con él para conocer qué está haciendo y qué está pensando hacer con la dinámica del alma mater.

Acaba de llegar de una gira por Europa, participó en el Consejo sinodal de rectores de Latinoamérica y del Caribe en el Vaticano con el papa Francisco. Luego viajó a España en donde firmó un convenio por partida triple con la Universidad Politécnica de Madrid y después participó, junto con la delegación colombiana, en la Conferencia Internacional de Educación Europea, en Rotterdam, y en donde suscribió dos convenios con universidades de Rumania.

Tres preguntas

Al rector Polania le formulamos tres preguntas

-Ingeniero Polanía, ¿cuál es y será la impronta de su rectoría?

LFP - Definitivamente el diálogo. Para mí el ser humano y sus necesidades, sueños y proyectos están en el centro. Estamos en clave de conversación y concertación razonable permanente con todos los sectores. Además, vamos mejorando las condiciones laborales de los administrativos, docentes y estudiantes. Nuestro plan de gestión está soportado en el bienestar uniquindiano. Este semestre, por ejemplo, ampliamos la cobertura de subsidio de alimentación a los estudiantes de la jornada nocturna, duplicamos la cobertura en presencial diurna y cubrimos el total de la población de la modalidad a distancia. Muy rápido, después de mi posesión, concertamos con el sindicato Sintraunicol y firmamos el pliego de negociaciones. Me he reunido con los consejos curriculares de varios programas académicos, lo cual nunca había pasado. Las reuniones con los representantes de la población afrodescendiente y de las comunidades indígenas son permanentes. Estamos ya muy cerca de hacer realidad la Oficina de Asuntos Estudiantiles, para atender, como tiene que ser, las necesidades de los estudiantes, mitigar la deserción, estar atentos a las dificultades económicas, sociales y académicas que los apartan de las aulas y laboratorios.

Desde la vicerrectoría usted se ha destacado por la importancia que le ha dado a la extensión.

LFP- Y ahora como rector más. Una universidad que no esté conectada con el Estado, la sociedad civil y el sector productivo es una universidad que no lee la realidad. Por eso nuestro lema es Uniquindío en conexión territorial, mirando de frente y permanentemente la región. En las aulas se tiene que hablar de lo que pasa en la región y la investigación que adelantemos debe serle útil a la región. Estamos comprometidos con abrir el Centro de Pensamiento Regional y hemos logrado revivir la asociación de universidades del Quindío. Bueno es recordar que somos considerados como el mejor ejecutor del departamento de proyectos vía regalías y uno de los mejores a nivel nacional. Más de 60 años después de nuestra creación como universidad, la cultura de paz, el conocimiento, la inclusión, el respeto por el medio ambiente, siguen en la impronta institucional, la cual ahora bajo mi administración vamos a acercarla más a las realidades regionales, a partir de sus ejes sustantivos de formación para el mundo actual, investigación fundamentada en la transferencia, extensión en clave de desarrollo regional.

 ¿Qué opina de la Ley 30 y hacia dónde debe replantearse?

LFP- Es necesario que la reforma a la Ley 30 sea integral, con participación de los estamentos universitarios, la empresa, el Estado y la sociedad civil, para construir una norma que realmente apunte a la gobernanza del sistema; a su autonomía; al aseguramiento de la calidad; a garantizar cobertura, acceso, permanencia y graduación; que aporte a la innovación y a la transformación social; a la interculturalidad; a la equidad; a la inclusión. Lo anterior implica darle vida y sentido a lo que se ha denominado Tercera Misión Universitaria, la múltiple hélice deberá ser una realidad. En la nueva ley la extensión, muy tangencial y deshilvanadamente abordada en la Ley 30 de 1992 en sus artículos 6, 29 y 120, en consecuencia, requiere que se convierta en el eje sustantivo que articule la docencia y la investigación, exigencias actuales para la educación superior. La reforma debe profundizar en la formación integral y crítica de estudiantes, profesores y administrativos. Desde las universidades, y en consonancia con esa reforma que proponemos, debemos darle un nuevo sentido a la democracia y elevarla al debate de ideas, a la revolución del conocimiento. Hay que construir espacios que alojen todas las formas de saber y consoliden la legitimación social; donde formemos adecuadamente para un mundo en permanente evolución y que la investigación plasme la aplicabilidad