Por Germán Estrada Mariño
La autoestima es un concepto recientemente cuestionado por diferentes teóricos de las nuevas terapias basadas en meditación y mindfulness que buscan que el ser humano alcance niveles de evolución espiritual y crecimiento personal trascendental que vayan más allá de los estándares de éxito, poder , riqueza o estatus que condiciona la sociedad occidental moderna y que se encuentran ligados a las neurosis de la sociedad en donde abundan los diagnósticos de ansiedad, depresión, sentimientos de vacío, adicciones y tendencias destructivas y autodestructivas .
La multitarea y la hiperactividad de la era digital impiden que el ser humano se enfoque en lo fundamental y la meditación sea ignorada por quienes más la necesitan.
La meditación que proviene de raíces del budismo tibetano y que como filosofía de desapego y liberación del ego promueve un estado de bienestar superior de consciencia es apta para personas de todo tipo de credo, de creencias religiosas o culturas ya que no está ligada a dogmas o practicas que cuestionen nuestras creencias religiosas o practicas espirituales que deben partir del respeto y la inclusión.
En los países occidentales la autoestima puede llegar a ser un concepto muy narcisista y absorto de sí mismo, pues puede llevar a las personas a sentirse superiores; por otro lado, sentir autocompasión te permitirá experimentar este sentimiento por todos los seres.
La autocompasión por su parte, promueve un estado de introspección e insight, en el que el individuo se perdona a si mismo ya que se considera con sumo amor benevolente merecedor de afecto, aprobación, empatía y consideración de sus necesidades más allá de sus fallos , errores pasados, inseguridades infantiles o de los miedos que estructuran su personalidad .
Nuestros traumas infantiles condicionan nuestra personalidad tan sólo hasta el día en que los analizamos y decidimos dejar de creernos victima de ellos o consecuencia de estos, para lo cual, la meditación de la autocompasión resulta altamente terapéutica y sanadora interiormente.
La autocompasión permite observar al niño interno como miraríamos a un gran amigo, hijo, o a un ser sufriente que creemos que es demasiado duro consigo mismo.
La meditación como practica emocional y espiritual trascendental y más recientemente el mindfulness son prácticas conscientes que fortalecen la autocompasión y nos permiten conectar con la esencia de la vida , el amor benevolente y la consideración por las necesidades propias y ajenas hacia un estado superior de equilibrio armonía y paz interna que permita alcanzar la serenidad como una emoción superior más allá de lo que representan hoy los conceptos de felicidad, alegría o euforia y placer que distraen nuestros sentidos pero desorientan nuestra consciencia sobre nuestra verdadera misión en esta corta y transitoria vida: el aporte a que la humanidad se desprenda del odio, de los egos y de la excesiva competitividad y ansias de poder y posesiones que tienen hoy al mundo una vez mas en un circulo autodestructivo de guerra, desolación, muerte y crueldad en el que muchos indefensos sufren incluyendo niños, mientras unos pocos se vanaglorian con su poder y su necesidad de dominar el mundo con la única intención de alimentar los egos insaciables.
Mas que nunca en la historia debido al calentamiento global a las guerras, a la era digital superficial y a la excesiva competitividad el mundo necesita seres humanos más conscientes y autocompasivos que luego puedan ser compasivos con otros y con todos.
De esto se habla poco en redes porque no vende felicidad light o de fácil acceso, porque no alimenta mas las ansias de poder riqueza o estatus que mantienen a la sociedad, en una hipnosis colectiva mediada por el egoísmo y con el único fin, de ser alguien a costa de otros y no a favor de otros.
El egoísmo vende mas y los caminos que conducen a éste, ya que los valores que persigue el mundo moderno son los opuestos a los valores que regulan sociedades basadas en compasión ya que en dichas sociedad o comunidades cada vez más escazas, aunque no haya poder riqueza o luchas de estatus, existe aún la compasión y la cooperación como fines morales superiores.
Se vive serenamente en pocos sitios en el mundo moderno. La compasión está en vía de extinción, pero comercialmente y mercantilmente es más atractivo vender placer y estatus que paz mental, evolución espiritual y serenidad en un mundo ávido de paz pero ciego y sediento de poder y riqueza.
Los estudios científicos muestran que ambas prácticas la meditación y la autocompasión basada en mindfulness pueden desarrollar un papel esencial en el fortalecimiento de la ínsula del cerebro, lo que te ayuda a experimentar empatía hacia ti mismo y otros seres vivos.
Tras estados de intensa culpa remordimiento y odio a si mismo muchos seres han decidido quitarse la vida.
La autocompasión es un antídoto contra la depresión que muchas veces es una forma de autocastigo.
7 claves para empezar a practicar meditación de la autocompasión:
- Empatía ¿Que me hace feliz, que necesito, que quiero que me llena? cuales son mis emociones no satisfechas o frustradas y sus fuentes.
- No juzgarse y reconocer el derecho a equivocarse. Soy un ser humano. La experiencia vital está llena de errores y todos son útiles porque hacen parte de la experiencia de vivir que constituye de fondo un camino de aprendizaje.
- Darse segundas oportunidades. Darme la oportunidad de intentarlo de nuevo. Compararse con otros es una forma de no autocompasión y de autodestrucción.
- Hacerse y mantenerse promesas a si mismo (a) (autodisciplina, autocontrol, aumento de la autoeficacia en hábitos que incrementen mi bienestar. Me cuido, me protejo, me permito cambios positivos venciendo el miedo al fracaso.
- ¿Estoy en paz conmigo mismo (a) que puedo hacer? ¿Qué promesas no hice reales o en que estoy en deuda?
- Lenguaje Interno Positivo. Aplico cada mañana mensajes internos de autoafirmación para mis propósitos del día. Palabras que me hacen creer sentir y esperar que solo me ocurran cosas buenas. Profecías de prosperidad, éxito y merecimiento de afecto, momentos y cosas positivas que sabes que quieres, pero que a veces dudas que mereces.
- Esperanza y Resiliencia: Si llegan las malas sigo esperando lo mejor. Y las malas hacen parte de la experiencia, pero jamás me siento un desgraciado o un error.
Finalmente, Ejercicio terapéutico Para Casa:
Escribe una carta a ti mismo(a) e identifica que te hace feliz.
Piensa que la escribes inicialmente a alguien que realmente aprecias mientras vas conectando con tus necesidades personales e identifica que debes perdonarte, que promesas te debes a ti mismo, que segundas oportunidades mereces, en que debes dejarte de juzgar y comparar y que lenguaje interno positivo y creencias de juicio y castigo personal están limitando el desarrollo de tu potencial y la fe en ti como fuente de amor y paz para sí mismo y otros.
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