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Cultura  |  04 junio de 2023  |  01:01 AM |  Escrito por: Germán Estrada Mariño

La comercialización la fe y del nombre de Jesús como objeto de marketing

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El ser humano lucha constantemente por encontrar la respuesta a la pregunta talvez más importante de toda las que se pueda hacer un hombre durante su existencia: ¿Cuál es el sentido o propósito de esta transitoria vida?

En procura de esto el hombre en diferentes culturas civilizaciones y momentos históricos ha buscado desarrollar una relación con un ser superior. Surgen las religiones como expresión, como causa y como fin, como rito, tributo y explicación y allí se consolida la búsqueda de eternalizar la existencia.

En nuestra cultura en particular, predomina el cristianismo, una religión fundada por un hombre que vivió 33 años hace 2.000 años y que se llamada Joshua en hebreo o Jesús como lo conocemos y quien proclamo ser el hijo de Dios fundando allí los cimientos que dieran origen a la iglesia católica y posteriormente a las iglesias protestantes que se apartaron de la doctrina católica pero que igualmente rinden culto a ese hombre cuyo mensaje de fondo puede sintetizarse en la palabra: AMOR.

Más allá de tus creencias o las mías que pueden trascender el terreno racional ya que tocan el concepto de fé, hay una verdad absoluta probada por la arqueología y la antropología, es decir por la misma ciencia, y es que ese hombre si existió, vivió y creció en un lugar de Israel llamado Nazaret y profetizo que si el hombre no cambiaba sus prácticas egoístas podría sucumbir en esta vida, o bien, luego de su muerte.

Su mensaje estaba entonces centrado en el que ser humano debe incluso negarse a sí mismo para poder perdonar sin orgullo, librarse de resentimientos cuantas veces sea posible y desarrollar un amor sin límites ni prejuicios sociales, librado de la segregación de las castas la cual criticaba por considerar que los poderosos en su momento ya humillaban a los débiles haciéndolos esclavos sin ninguna piedad por su existencia. Fomento que el hombre debe estar desprendido de la soberbia e incluso si es necesario dar la vida por su hermano, que bien sea dicho, es cualquier semejante y no tan solo con quien se tenga vínculos consanguíneos o familiares.

Las enseñanzas de Jesús y su vida misma que sustentan la religión con mas millones de feligreses en el mundo y diferentes doctrinas basadas en el legado de su vida y obra, han inspirado a muchos hombres y mujeres en el mundo y están esencialmente orientadas a enriquecer la conciencia moral del hombre impulsivo, destructivo, ambicioso, egoísta, codicioso e incapaz de sentir compasión por los demás. Inspiro el libro más leído de la historia: la biblia.

El amor es el mensaje central de su legado, de la doctrina que procuro enseñar y que sustenta su propósito: Hacer que el hombre viva en paz y armonía con sus semejantes y que todos como hermanos puedan contribuir al bienestar del otro desde una profunda conciencia generosa compasiva y altruista.

Resulta entonces lamentable como a través de la tergiversación manipuladora, perversa, corrupta y acomodada de su legado, se han promovido, ocultado y facilitado múltiples acciones que constituyen todo lo opuesto. Sectas, delitos, cultos, crímenes y abusos de todo tipo que han buscado solo alimentar el ego, la riqueza y el poder de unos pocos que se jactan de actuar en nombre de Dios, pero muy lejos del verdadero ejemplo y las enseñanzas humanistas y llenas de generosidad y bondad de lo que fue la vida y el legado de Jesucristo en su esencia misma que no es más que solo Bondad Compasiva sin Límites.

No me refiero solo a la pederastia  ocultada tantas veces por la iglesia católica dañando la inocencia de miles de niños , de la corrupción económica de los intereses de la iglesia católica como organización y su jerarquía vanidosa tan lejos de la humanidad de Jesús  y de muchas otras iglesias protestantes que a veces han encontrado en el legado de Jesús, un hombre humilde y  desprendido, un hombre  pobre materialmente pero muy rico espiritualmente, una oportunidad  para solo llenar sus cuentas bancarias e incluso crear de allí partidos políticos e imperios de ostentación de poder lujo y riqueza sin límites  que con carisma seducen a personas necesitadas  que buscan una respuesta, una completud, llenar un vacío y de quienes se provechan muchas veces con el único fin de incrementar una fe que se convirtió en  una industria perversa más que en un legado de amor y benevolencia, en  un objeto de marketing y un producto que vender  viendo al feligrés más como un consumidor a manipular y adoctrinar que como un hermano a quien ayudar  que busca imitar a ese hombre llamado Jesús.

Que lejos están de la imagen de Jesús y su vida y obra tantos líderes religiosos y que decepcionado estaría su líder inspirador.

Me refiero también a cada falso feligrés e hipócrita ser humano que sin ser un sacerdote pedófilo y trastornado , que afortunadamente no lo son todos, ni un corrupto mentiroso narciso y manipulador pastor que solo busca poder alimentar su ego  y dinero , que afortunadamente tampoco son todos, pero que en nombre de dios sigue doctrinas de oración hipócrita , congregación y otras prácticas pero que en su corazón no ha interiorizado el contundente mensaje de lo que representaba ese hombre generoso, humilde, desprendido de  egos, vanidades y cuya obsesión fue solo el amor mas no construir imperios económicos ni jerárquicos que alimentara su ego narcisista .

Tampoco buscaba que Dios, su padre, lo salvara, o lo premiara por lo que hizo por los hombres más débiles, solo buscada dar amor sin esperar nada a cambio. Su legado fue el amor como un fin en sí mismo no como medio o herramienta para obtener beneficios personales o recompensas eternas. Si la búsqueda de la recompensa es el móvil o motivador principal de la fe del hombre ya el corazón esta corrompido por la ambición del ego y eso le impide amar realmente como fin en sí mismo. Nada más lejos que lo que quiso enseñar Jesús.

El hombre con su ambición sin límites, esa misma avidez que destruye el medio ambiente, ha corrompido entonces su legado original cuya naturaleza era la bondad pura.

Como es posible que muchos individuos que se consideran buenos puedan simplemente tener una relación transaccional (“yo te doy mi fe y mi doctrina mi practica y tú me salvas) con un hombre que promovió cero egoísmos y solo fue compasivo y generoso.

La negación de su mensaje está en la vanidad y en la tendencia a obtener tan solo una cosa y es una salvación, una redención, una promesa de que mi existencia no se acabe jamás, una vida eterna que sirva como recompensa para todos los actos que más que espontáneos y de corazón constituyen doctrinas y rutinas que le sirven cuando solo buscan recompensa, al hombre necio para ganarse la anhelada vida eterna.

Esta meta muchas veces es en realidad en muchos fieles hipócritas de corazón, su única obsesión y motivador para actuar acorde a su legado, mas no acorde a un corazón que sienta amor por el otro ser humano y en especial por los más vulnerables afligidos y necesitados.

El elitismo, el racismo, la discriminación, el vivir de las apariencias, la xenofobia, la vanidad materialista y la avidez que reina en la sociedad y en muchos falsos fieles al legado de Jesús, son las practicas más lejanas del ejemplo de vida, de ese hombre llamado Jesús.

En ese sentido su Dios y su legado pierden el propósito porque se ve el seguir y admirar a ese hombre como un medio para alcanzar algo y no como un fin en sí mismo desprendido de cualquier beneficio personal.

La fe no puede ser un medio para obtener algo, de lo contario es una fe vacía hipócrita, Narcisa y transaccional, por ende, corrupta.

En el corazón, el hombre ha de cultivar, primero el amor, la compasión y la reconciliación para poder luego aspirar a ser un verdadero practicante que imita a Cristo. De lo contario todo son fachadas de autoengaño para enmascarar la dureza de los corazones llenos de soberbia y egoísmo.

Finalmente, los líderes religiosos por poderosos, ricos, influyentes, populares o carismáticos  que sean, han de saber que es muy lejano del legado de Jesús que la forma de adoctrinar y manipular consciencias y bolsillos sea trasformar su mensaje en la venta mercantil y burda de una recompensa para la cual hay que invertir en entregas, en favores a ellos en la tierra para que se gane la tan anhelada salvación. ¿Se lidera y se obtiene influencia sobre otros para servir como Jesús o para ser servidos?

Nada más distante de lo que fue la vida austera, entregada y desinteresada de sin duda, el líder político, espiritual y más influyente de todos los tiempos y de la historia de la humanidad: Jesús.

Volver a Dios o a la fe por parte de un cristiano no ha de ser volver a la superficial doctrina si su corazón, su moral y sus intenciones no se desprenden del ego que impiden ver la verdadera naturaleza del amor que profesó el mayor líder histórico con el discurso más transformador e inspirador, pero que jamás busco beneficio para sí mismo ni mucho menos ganar poder dominio y manipulación sobre sobre sus seguidores o lucrarse con este. De nuevo: Jesucristo.

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