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Mascotas  |  08 abril de 2023  |  10:04 AM |  Escrito por: Administrador web

La luxación de rótula en perros, uno de los problemas ortopédicos más comunes

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La rótula es un pequeño hueso que se encuentra en la parte delantera de las rodillas de los perros. Actúa como punto de anclaje para los músculos y permite que los perros flexionen y extiendan las patas, dado que se puede mover hacia arriba o hacia abajo en una ranura del interior del fémur.

Cuando la rótula se desplaza fuera de la ranura del fémur se produce una luxación o dislocación, que puede provocar dolor, cojera y gran limitación en la movilidad del animal y si no recibe tratamiento adecuado, puede llegar a provocar artrosis. Suele afectar principalmente a las patas traseras.

Existen dos maneras comunes de que esta patología se presente: la luxación lateral y la luxación medial. La luxación medial es cuando la rótula se desplaza fuera de la ranura hacia el interior del cuerpo del perro, y la luxación lateral cuando esta dislocación se dirige al exterior. En ocasiones, también puede presentarse de forma bidireccional, y la rótula se desplaza hacia ambas direcciones.

La luxación medial es más común entre perros de tamaño pequeño y se debe a una malformación de la rodilla. Por otro lado, la luxación de la rótula lateral es más habitual en perros grandes y suele ser causado por un traumatismo.

Esta afección ortopédica, una de las más comunes en perros, se asocia a dos desencadenantes: predisposición genética en el caso de la luxación medial, y por lesiones traumáticas, impactos o actividades físicas inapropiadas en el caso de la luxación lateral. Los perros con patas arqueadas y pechos muy anchos tienen más probabilidades de verse afectados por una luxación de rótula.

En el caso de la malformación genética, se trata de una alteración en la estructura de la articulación de la rodilla del perro. Esto significa que la rótula no se mueve correctamente en su ranura.

En cuanto a la luxación lateral por traumatismo, malas caídas o golpes, se ejerce una presión excesiva sobre la articulación de la rodilla del perro, que disloca y saca de la ranura la rótula. Además, lesiones previas en las rodillas que no hayan sido curadas o tratadas favorablemente pueden dar como resultado una luxación rotuliana lateral.

El auge por las actividades caninas de alto impacto, también está tras el aumento de las luxaciones rotulianas, al someter a los animales a ejercicios inadecuados y de gran intensidad.

Aunque la predisposición genética y las lesiones traumáticas son las causas más comunes de la luxación rotuliana, hay otros factores que también pueden contribuir a la aparición de esta patología ortopédica, como la obesidad y una dieta inadecuada, el envejecimiento y ciertas enfermedades del tejido conjuntivo. La castración también parece ser un factor de riesgo y, según estudios, los perros castrados tienen tres veces más probabilidades de desarrollar luxación de rótula.

Los perros que han sufrido una dislocación de la rótula mostrarán un modo de andar rígido e incómodo, con las rodillas tensas sin poder flexionarlas correctamente. Esto dependerá también del grado de la luxación. Perros aquejados de una luxación rotuliana grado I no tienen por qué manifestar ningún síntoma hasta llegar a edades avanzadas.

En cualquier caso, lo habitual es que presenten algún tipo de cojera intermitente, se desplacen con pequeños saltos o lancen inesperadas patadas al aire con sus patas traseras, en un intento de calmar la molestia.

De no tratarse, la luxación rotuliana desgasta el cartílago y produce degeneración articular, atrofia muscular, inflamación e incluso puede provocar rotura del ligamento cruzado y dolor crónico. En ocasiones, los perros afectados pueden necesitar un tratamiento de por vida para mantener la estabilidad de la rodilla lesionada.

Los tratamientos, quirúrgicos y no quirúrgicos, para estabilizar la luxación de rótula dan excelentes resultados en la mayoría de las ocasiones, pero hay que advertir que suelen ser procesos largos y requerir cuidados y seguimiento o incluso rehabilitación. La tasa de complicaciones durante el procedimiento de recuperación es baja y el pronóstico suele ser favorable, por lo que la mayoría de los perros afectados vuelven a la normalidad tras el tratamiento.

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