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Cultura  |  17 marzo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Páginas quemadas, la nueva y pequeña gran novela de Miguel Torres

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La novela es publicada por Tusquets editores, del Grupo Editorial Planeta.

Esta es una pequeña gran novela, pues es perfecta en su mecanismo y en su escritura. Su estructura es estupenda. Su narrativa, directa, sin ambages, pero escrita con gran belleza.

En Páginas quemadas, a nueva novela del escritor colombiano Miguel Torres, se nos cuenta la historia de Don Antonio Moscoso, que pasa sus días en una oficina cultural de Bogotá como burócrata. Su oficio es quemar los manuscritos de los concursos literarios. Allí ha llegado tras una estancia en la cárcel, por un motivo que solo conocerá el lector si se atreve a entrar en una novela perfecta que, a no dudarlo, se quedará a vivir en su memoria para siempre.

Un buen día, Moscoso descubre, entre los manuscritos que suele leer, el relato de su propia vida. Especulando y ansioso de saber cómo será su final, este flaneur bogotano emprenderá una singular aventura en la cual encontrará dos mujeres, un suicidio y un asesinato del pasado que lo condena.

¿Es posible leer el relato de tu vida en las páginas de una novela a punto de ser incinerada?

Algunos fragmentos de la novela:

"Don Antonio sonríe con benevolencia. Si pensara en voz alta diría: Algunos de esos escritores no son más que unos loquitos con ínfulas de genios que después tienen el descaro de quejarse por no haber ganado el primer premio. Qué ingenuidad. Lleva años leyendo los comienzos de las novelas rechazadas en las convocatorias del Centro Urbano de Arte y Cultura, algunos tan buenos, tan convincentes, que en vez de quemar los manuscritos se los lleva a escondidas para seguir leyéndolos en su casa."

Página 15

"El hombre ardía esperándote en el lecho, y tú, presa de una visible excitación, abriste las piernas y te acaballaste encima de él, y luego comenzaste a jinetear frenéticamente, a gritar, a bramar, a llorar de placer ensartada en la verga descomunal de aquel negro que acezaba
tu nombre acompañado de soeces vulgaridades que acrecentaron tu placer y tus gritos hasta alcanzar el paroxismo de la locura.
Desde entonces he estado pensando en lo fácil que será dejar de pensar en matarte. Bastará con entrar a nuestro cuarto en medio de la noche con una cuerda o un cuchillo en la mano y acostarme desnudo a tu lado. Tu cuerpo me buscará, tus brazos y tus piernas se enroscarán en mi cuerpo como un pulpo caliente, ansioso, sediento de amor. En principio, responderé a tus caricias, y quizás, conociendo el desaforado apetito de tu lujuria, acabaré por ceder a la tentación de hacerte el amor sin que tú sospeches que será la última vez. Esa será mi venganza.

Don Antonio aparta los ojos del manuscrito y los fija en una fotografía que está puesta sobre su mesa de noche. Es el retrato de una mujer de ojos dulces y boca sensual, cuyos hermosos rasgos ya bordean la periferia de la juventud. Adelaida, en vida su esposa, a su vez parece
mirarlo a él".

Página 28

"Don Antonio está pasmado, asustado, maravillado. Ha suspendido la lectura en este punto, y como el personaje, arde de ansiedad por salir corriendo de la oficina para su casa con el manuscrito oculto bajo el manto protector de su gabardina. Es la segunda vez en tres años, y
casualmente durante el transcurso del mismo mes, que encuentra en las historias contadas en esas novelas temas que guardan una estrecha relación con su vida...

"El señor Moscoso ha perdido la cuenta de los años que lleva trabajando como auxiliar de archivo de una importante entidad del gobierno. Es un hombre gris, anodino, próximo a los cincuenta, uno de esos seres anónimos cuya existencia no le hace falta a nadie. Su diario vivir
transcurre entre la oficina y un pequeño apartamento donde soporta con estoicismo la soledad de su viudez, llevadera en las noches –noticiero, lecturas esporádicas o tediosas telenovelas–, y triste y solitaria los fines de semana, cuando el recuerdo de las trágicas circunstancias que rodearon la muerte de su esposa se ensaña sin piedad contra su corazón".

Página 40

Sobre el autor:

Miguel Torres nació en Bogotá y desde muy joven se vinculó a la actividad teatral. En 1970 funda el grupo de teatro El Local. Ha realizado numerosos montajes teatrales, entre ellos La cándida Eréndira, El círculo de tiza caucasiano, Bodas de sangre, El proceso y La siempreviva.

Es autor de las obras de teatro La siempreviva, seleccionada como una de las cinco obras más importantes del teatro colombiano del siglo XX, En carne propia (Primer Premio, Concurso Bogotá Historia Común, 1998), la versión teatral de su novela El crimen del siglo, y de los libros de cuentos Los oficios del hambre (1988), y Ladrón durante el alba (Beca de creación Colcultura, 1993). Con el guión adaptado de La siempreviva obtuvo el Premio Nacional de Guion en 1999. También ha publicado las novelas Amor ciego (2018, Premio Único del Concurso Internacional de Novela Imaginación en el Umbral, 1999), El crimen del siglo (2006, finalista del VIII Premio de Novela La Mar de Letras 2010, Barcelona), El incendio de abril (2012, finalista del Premio Nacional de Novela 2014, Colombia), La invención del pasado (2016, finalista del Gran Premio de la Asociación de Escritores del Caribe 2017, Guadalupe), Breve historia de un amor sin fin (2019) y La polvera (2021).

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