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Mascotas  |  26 enero de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El bulldog inglés, un icono británico y compañero leal y cariñoso

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El bulldog inglés, tuvo su origen en el siglo XIX cuando se prohibió el deporte de la pelea de perros contra toros y osos. Los ancestros del bulldog eran utilizados para este sangriento espectáculo hasta que en 1835 Inglaterra le puso fin, y esta actividad se volvió clandestina. Las razas caninas que se utilizaban con este sanguinario propósito cayeron en el desinterés masivo y algunas de ellas se extinguieron. Otras, pasaron a iniciar programas de reproducción con el objetivo de transformarlos en perros de compañía, dóciles y afectuosos y dejar atrás la fiereza. El bulldog inglés moderno fue finalmente presentado y aceptado como raza canina en 1874, donde se incluyeron en el primer volumen del The Kennel Club, la primera organización canina del mundo, y el Bulldog Club fue fundado un año después, en 1875, y continúa ejerciendo en la actualidad. Es un icono nacional en la cultura británica que, durante la II Guerra Mundial, se comparaba con el primer ministro Winston Churchill como símbolo de coraje y determinación.

El bulldog inglés es una raza de naturaleza muy afectiva hacia su núcleo familiar. Son perros que se muestran tolerantes y amables con cualquiera, pero que pueden ser muy obstinados en la educación básica y aunque no deben presentar conductas agresivas o territoriales hacia otros perros, son valientes y resueltos si se encuentran ante un conflicto. Se considera una raza muy apta para la convivencia con niños. Debido a las características de su anatomía, no requieren una gran actividad física y su temperamento suele ser tranquilo, pero no se debe confundir la tranquilidad con la pereza, y los bulldogs ingleses necesitan y disfrutarán de caminatas largas a ritmo moderado, que les permita autorregular la temperatura mediante el jadeo y les proporcionemos descansos si es necesario para evitar la hipertermia.

Su mantenimiento debe ser riguroso, prestando especial atención a limpiar la suciedad o humedad que puede acumularse entre sus arrugas, ojos y alrededores, ya que, debido a su hocico corto y chato, tienen mayor predisposición a que se desarrollen patologías oculares como el ojo de cereza.

La salud de esta raza, braquicéfala y con acondroplasia, es motivo de polémicas y debates acerca de la idoneidad de seguir manteniendo un estándar que perjudica severamente a su salud. En lugares como Estados Unidos, Alemania, Holanda o su país de origen, Inglaterra, las asociaciones caninas han impuesto duras restricciones a sus criadores y para registrar camadas o participar en exposiciones son necesarias una serie de pruebas veterinarias y físicas que garanticen que sus bulldogs ingleses no son portadores de ninguna de las enfermedades que están ligadas a su anatomía. También financian estudios científicos que tratan de localizar las vías biológicas de estas enfermedades para desarrollar programas adecuados de reproducción.

Los bulldogs ingleses, cuya esperanza media de vida es de menos de 8 años, tienen una maduración lenta, por lo que no alcanzan dimensiones definitivas de perro adulto hasta los dos años aproximadamente. Esta condición debe tenerse muy en cuenta para la actividad a la que se les somete y ser conscientes de que sus huesos y articulaciones aún se encuentran en fase de calcificación y son más vulnerables a sufrir daños que pueden llegar a ser permanentes.

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