Los perros lejos de ser animales difíciles de entender, observándoles un poco podemos aprender a leer todas sus emociones y distinguirlas entre sí.

Existen señales de calma para todo: expresar miedo, alegría, tristeza, enfado; y todos nuestros canes se comunican a través de ellas, de ahí que sea importantísimo que sepamos observarlos y fijarnos en cómo se comportan ante determinadas situaciones, para así entenderles mejor.

Las señales de calma para mostrar estrés se pueden confundir a veces con el miedo, ya que ambas emociones provocan una sensación de incomodidad (no solo en los perros, también en las personas), que los lleva a realizar una serie de movimientos o gestos.

Por esto también es importante saber qué cosas estresan a los perros. Por ejemplo, nuestro ritmo de vida, que a veces va demasiado deprisa y no concuerda con el de nuestro perro, es uno de los motivos que pueden causar estrés a nuestros compañeros de cuatro patas.

Además, hay que pensar que la ciudad es algo artificial para ellos y que también, a veces, nosotros vamos con prisa en los paseos o llegamos a casa y tenemos poca paciencia si ha roto algo y nos enojamos (porque venimos cansados y estresados). Todo esto influye en el perro.

Otros factores de estrés como que haya mucha gente por la calle o mucho ruido, así como las luces. Su oído y olfato son mucho mayores que los nuestros, por lo que las voces altas y los entornos ruidosos pueden estresarlos.

Obviamente, no a todos los perros le estresan las mismas cosas y puede que nuestro perro no tenga estrés en sitios con mucha gente porque se haya criado en la ciudad, pero sí tenga estrés porque demos los paseos demasiado rápido con ellos, por esto es importante conocer las señales que nos comunicarán para hacernos saber que se sienten incómodos y estresados.

Los dos gestos típicos son bostezar y sacudirse. Lo hacen para relajar la musculatura después de estar tensos al pasar por un evento estresante. Funciona igual que con las personas, que bostezamos para relajar los músculos de la cara y nos estiramos o sacudimos para relajar los músculos del cuerpo.

Aunque estos signos se dan más tras la situación estresante, también puede ocurrir antes, como por ejemplo antes de un paseo. Otro momento común es al salir del veterinario.

No obstante, tenemos otras formas de saber que nuestro peludo está estresado, ya que mostrará comportamientos como caminar muy rápido durante sin olfatear, que engulla la comida o que no duerma las 16 horas diarias que debería.

Si notamos que nuestro perro tiene este tipo de comportamientos y nos manda estas señales a menudo, tendremos que ponerle remedio. Tener paciencia con él y evitar reñirles es primordial. Debemos intentar otorgarles momentos de olfateo, proporcionarles juguetes interactivos y darles algo para roer ya que les ayuda a gestionar los nervios.