Aunque los gatos son animales independientes y poco cariñosos, la realidad es que cada vez más estos felinos tienen un carácter social y amigable. Si tenemos en cuenta que vienen del Felis Silvestris Libica, una especie solitaria y cazadora, el hecho de que se estén volviendo más sociales sorprende.

Es la domesticación de esta especie la que está provocando que cambie, poco a poco, el comportamiento y, sobre todo, el periodo de socialización por el que pasa el gatito. La socialización es una ventana de tiempo en la que el cachorro es más susceptible a los estímulos sociales.

En este sentido, hay que tener muchas cosas en cuenta a la hora de socializar a un gatito. La primera y más importante es no separar a los cachorros de sus madres antes de los dos meses.

La madre les enseña muchísimo, aprenden a relacionarse entre ellos y le marca límites; entregar un cachorro antes de las ocho semanas es un error, aunque hay circunstancias excepcionales como la muerte de la madre.

Una vez que el gatito ya está con nosotros en casa, podemos hacer algunas cosas para continuar, de alguna forma, ese proceso de sociabilización. De tal manera, el enriquecimiento ambiental es lo más importante.

Tener comederos y bebederos suficientes, diferentes alturas, sitios para resguardarse. Los gatos comen de 15 a 20 veces al día por lo que lo ideal es proporcionarle a su disposición.

En cuanto a la dieta húmeda, algo que deberíamos hacer a diario, es mejor dársela a una hora que no nos vaya a molestar en un futuro porque a partir de entonces reclamará su comida a la hora de siempre.

Acostumbremos a nuestros mininos a todo tipo de texturas a la hora de comer, ya que de esa manera evitaremos la neofobia alimentaria, algo muy frecuente en estos animales.

Por otro lado, a la hora de jugar, nunca lo haremos con las manos. El gato no debe relacionarnos con una presa. Si jugamos con ellos y lo hacemos con nuestras manos o pies, se acostumbrará a “cazarnos”, pudiendo llegar al extremo de provocar una agresividad por juego. Siempre se juega con juguetes.

A la hora de interactuar con otros animales o personas y especialmente con niños, hay que evitar situaciones desagradables. Hay que tener cuidado con la intensidad de los juegos y dejar que sea el gato el que se acerque a forzar una interacción, por ejemplo.

Por último, el gato es un animal social. Pueden convivir más de un gato sin ningún problema, siempre y cuando se haga una buena introducción.