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Mascotas  |  03 enero de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Gatos y niños con autismo, una convivencia de beneficio mutuo

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Que los animales de compañía aportan beneficios a las personas es un hecho probado. El ejemplo más cercano que lo demuestra es el estudio realizado por la Universidad de York y la Universidad de Lincoln, ambas en Reino Unido, que afirmó que la compañía de perros y gatos, entre otros, nos ayuda a mantener una mejor salud mental y a reducir la soledad.

El estudio británico demostró que más del 90 por ciento de los participantes señaló que su animal de compañía le ayudó a sobrellevar emocionalmente el confinamiento y el 96 por ciento que su mascota también los ayudó a mantenerse activos.

El proyecto 'Mayores y mininos' de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) destaca los beneficios que aporta la convivencia entre los gatos y las personas mayores, entre ellos una mayor prevención de problemas cardiovasculares y una mejora en la rigidez de los huesos.

También se ha demostrado que la convivencia con gatos ayuda a niños con trastornos del espectro autista (TEA), ayudándoles a reducir su estrés y la ansiedad. El hecho de que sea el gato, como animal, el compañero más beneficioso para un niño con autismo sorprende, puesto que estos animales suelen estresarse mucho ante comportamientos infantiles.

No solo es importante examinar cómo las familias de niños con autismo pueden beneficiarse de estos maravillosos animales de compañía; si no también si la relación es estresante para los gatos que son adoptados en un entorno nuevo, tal vez impredecible.

En el estudio encontraron que "los gatos se aclimataron bien a sus nuevas familias y se estresaron significativamente menos con el tiempo". Estos resultados han sido publicados en la revista científica Frontiers in Veterinary Science, donde se han resaltado los beneficios mutuos de la interacción entre humanos y animales.

Los investigadores evaluaron a los gatos utilizando el perfil de temperamento felino para identificar aquellos con un carácter tranquilo y relajado. Después de que las familias eligieran uno de esos gatos seleccionados para incluirlos en su núcleo familiar, los científicos realizaban visitas periódicas al nuevo hogar para controlar al gato.

"El cortisol es una medida de estrés que rastreamos mediante la recolección de muestras de las heces de los gatos, y notamos una disminución significativa con el tiempo", indica el estudio. "Los gatos también tienden a perder peso debido a que no comen si están estresados, pero descubrimos que los gatos en realidad aumentaron un poco de peso tras la adopción y luego lo mantuvieron con el paso del tiempo".

Estos hallazgos indican que "los gatos se adaptaron bien". "Los niños con autismo pueden tener sensibilidad o problemas sensoriales y comportamientos problemáticos ocasionales acompañados de arrebatos repentinos y ruidosos", añade la investigación.

Los resultados podrían ayudar a aquellas familias que se encuentran en una situación similar, sin que tengan que preocuparse de cómo reaccionará el felino ante tales situaciones, aunque no sea una garantía del 100 por cien.

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