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Mascotas  |  20 octubre de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Cómo cambian las capacidades de los gatos “ancianos”

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Del mismo modo que nosotros envejecemos y nuestro cuerpo empieza a ser cada vez más lento, más débil y a responder peor, con nuestras mascotas ocurre lo mismo. De esta manera, igual que nosotros tenemos que adaptar nuestro entorno a nuestras nuevas necesidades, deberíamos hacer lo mismo con nuestros animales de compañía, especialmente con nuestros perros y gatos.

En el caso de los gatos, se consideran senior aquellos que tienen más de once años. De los siete a los diez son gatos adultos y maduros, de los once a los catorce son senior y a partir de los quince son gatos de geriátrico.

Llegar a determinada edad conlleva un deterioro físico y cognitivo. Cada individuo es diferente, pero, en general, bajan la actividad, disminuye el tono muscular, el apetito, el sueño profundo, se deteriora el pelo, el sistema inmunitario y los sentidos. También puede haber cambios en sus hábitos higiénicos, como por ejemplo acicalarse menos.

Es recomendable hacer mínimo una revisión completa veterinaria anual que incluya analíticas de sangre y orina.

También se recomienda realizar estas revisiones si se notan cambios significativos en el comportamiento o en sus hábitos, debido a que pueden ser signo de alguna enfermedad típica de la edad, como las renales, urinarias, dentales o los dolores articulares, entre otras.

Si lo que tenemos es un gato sano pero viejito, tendremos que plantearnos adaptar un poco nuestro hogar para hacerle la vida más sencilla. Como por ejemplo su comida y agua, a camas cómodas y a lugares tranquilos.

Tendremos que cuidar que no se encuentren en lugares muy altos, en el caso de que nuestro minino ya no salte como lo hacía cuando era joven, por ejemplo, y que se encuentren en sitios accesibles directamente, sin tener que traspasar gateras o puertas que requieran de un esfuerzo para el animal.

También tenemos que evitar cambios bruscos en el entorno, así como en las rutinas. Además, al tener menor predisposición al juego, podemos estimularle mediante comederos interactivos o la colocación de escondites (como cajas de cartón).

Esto es muy importante para mantener al gato mentalmente activo, es decir, que no sufra una decadencia mental que le lleve a no querer hacer nada y terminar por enfermar por falta de apetito y ejercicio.

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