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Mascotas  |  12 septiembre de 2022  |  12:02 AM |  Escrito por: Administrador web

¿Por qué los gatos rasguñan los muebles?

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Rasguñar es un comportamiento instintivo en los gatos. Les gustan los materiales firmes, fuertes y resistentes que les permita estirarse, agarrarse bien y clavar las uñas. Detrás de este comportamiento hay varias razones, como estirar los músculos, deshacerse de las uñas rotas, marcar su territorio a través de las glándulas sudoríparas de las almohadillas y expresar sus emociones.

Ellos no son conscientes de que esté bien o mal deshilachar el preciado sofá modular que tanto nos costó, y solo piensan en satisfacer su necesidad. Hay gatos que prefieren los rascadores verticales, como los postes que conforman los árboles para gatos, y otros preferirán los rascadores horizontales de cartón corrugado a la altura del suelo.

Un estudio de la Universidad Federal del Río Grande del Sur, en Brasil, ha investigado hasta qué punto la relación afectiva entre gatos y sus tutores influye en el comportamiento de los animales. El resultado, para sorpresa de los investigadores, es que cuanto más estrecho es el vínculo emocional de los gatos con sus tutores, más probabilidades hay de que los felinos muestren lo que, para nuestros ojos, es una conducta destructiva, como arañar los muebles.

La razón por la que actúan así no está claro. El equipo investigador indica que puede ser un mecanismo para llamar la atención y recibir su dosis de caso, o bien este comportamiento sea causa de una actitud excesivamente tolerante y relajada de sus tutores, que no les ponen límites.

Convencer a un gato para que deje de afilarse las uñas en nuestros muebles no es una tarea fácil, pero tampoco imposible. Se puede educar a un gato, pero requiere de mucha paciencia y constancia. La mejor técnica es mediante el condicionamiento operante, esto es, distraer o extraer al gato de su mal comportamiento tentándole con algo que sea más de su interés, para que enfoque su objetivo en otra cosa, sin castigar ni regañar, y premiarle con recompensas, sean alimenticias o afectivas con caricias y buenas palabras, cuando se afile las garras en el lugar adecuado. Otra ayuda es hacer menos deseables los muebles, de forma temporal, que tanto le gustan para clavar las uñas, entorpeciendo el acceso con otro mueble, utilizar cinta antiarañazos, o cubrirlos con una sábana suelta que ya no es tan de su agrado para aferrarse con las uñas, mientras seguimos con el refuerzo positivo para que focalice esa actividad en el rascador. Una vez el gato ya use adecuadamente el rascador, se podrán retirar o despejar los obstáculos que hayamos puesto a los muebles.

Sea como sea, recordemos que este hábito no solo responde a una necesidad física de estirarse o ayudar a la muda de uñas, sino que detrás puede haber una comunicación felina en la que nos indica que padece estrés o se siente solo, por lo que deberemos cuestionarnos si ha habido cambios recientes en nuestro propio comportamiento hacia el gato o un contexto (mudanza, llegada de nuevos miembros a la familia), que pueda explicar ese comportamiento destructivo, y actuar en consecuencia para resolverlo sin dañar el vínculo que hemos formado.

 

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