Manuel Gómez Sabogal
“No tienen en cuenta la vocación agrícola de nuestro territorio, los flujos vehiculares con conectividad rural, y que la ciudad no tiene variantes que permitan tráfico para cruzarla sin afectar el paso a varios municipios… es la muestra de su desconexión con la población”.
“La Alcaldía de Armenia anunció la expedición de un nuevo decreto que modifica la medida de pico y placa para vehículos particulares y motocicletas desde el 18 de noviembre, ampliando su aplicación a todo el perímetro urbano y extendiendo el horario de restricción de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche, de lunes a viernes.
La determinación se adopta ante las congestiones vehiculares generadas por las 40 obras viales que se desarrollan actualmente en la ciudad, entre ellas la construcción del intercambiador vial de la carrera 19 con la calle 2 norte, las intervenciones del proyecto 12K en 11 puntos críticos, y los trabajos de reposición de alcantarillado, que están transformando la infraestructura de la capital quindiana.
De acuerdo con la Administración Municipal, aunque estas obras son esenciales para el desarrollo urbano, han provocado afectaciones en vías alternas y en el transporte público colectivo, razón por la cual se implementarán nuevas medidas de regulación vehicular para equilibrar la movilidad en los diferentes sectores”.
Es decir, están haciendo una obra nueva y rehabilitando vías actuales en ruinas. Nada cambiará cuando terminen el deprimente deprimido. Y entonces, el pico y placa se aplica a todo el pueblito, porque no hay vías para aguantar tanto carro y moto que ruedan día a día por las desgastadas vías.
Nada nuevo bajo el sol. Las congestiones en todas las escasas vías de Armenia se dan y ocurrirán siempre, mientras no haya soluciones de fondo y reales.
Aquí no puede haber megabus, porque las vías son estrechas. Ese solo bus que se inventaron por la carrera 19, entorpece la movilidad. Mientras los dos carriles para vehículos y motos están sobrecargados y exageradamente llenos, al solo bus ingresan carros y motos para ganar tiempo.
No han entendido los magos de Armenia que se requieren nuevas vías, puentes elevados, vías elevadas, avenida circunvalar y aunque nadie lo crea, el metro.
No han entendido que Armenia crece y crece pero en construcciones, edificios altos por el norte, sur, este y oeste. Y no hay preparación para ello. No hay vías.
Un deprimido no hará algo nuevo al respecto. No descongestionará absolutamente nada. Un pico y placa en todo el pueblo de nada servirá, porque las congestiones serán iguales o peores.
El desarrollo urbano se hace con nuevas obras, no con arreglos de medio pelo. 40 obras que se ocurrieron para comienzos de noviembre y que harán un diciembre caótico en un pueblo que no se arregla con parches. Armenia necesita obras de verdad para que la movilidad sea espectacular. No paños de agua tibia que al final, nada hacen. Y eso es lo que ocurrirá con el pico y placa en todo el pueblo.
El pico y placa en todo el pueblo, nada remedia. Da igual y eso lo sabemos todos, pero hay quienes creen que ese es el mejor medicamento para un pueblo que crece en construcciones, pero no en vías.
¿Cuándo se sentarán a pensar en Armenia siglo XXI? ¿Cuándo verán que Armenia requiere puentes elevados, avenida circunvalar y otros elementos para mejorar la movilidad?
Terminadas las obras, Armenia quedará igual. Nada habrá cambiado, ni mejorado. Se dedicaron a reparar. ¿Dónde están la imaginación y la creatividad?
¿Qué pasó con el ingenio de los ingenieros? Armenia requiere vías elevadas o túneles, metro. Algo que la haga ver como del siglo XXI y no como está hoy y quedará igual.
“Volvamos al civismo, a la cultura ciudadana, a la educación ciudadana, para que regresen a la ciudad el respeto, la solidaridad y el amor como estandartes de vida y convivencia, que, por el momento, los tenemos perdidos”.