sábado 8 Nov 2025
-

EMPRENDERISMO/ Leyes y principios poderosos que todo misionario debe dominar para transformar su propósito en legado.

25 octubre 2025 10:59 pm
Compartir:


Héctor Aníbal Quintero Cano


En el viaje de todo misionario, hay brújulas invisibles que orientan el pensamiento, la acción y el propósito. No son mapas ni profecías, sino leyes y principios universales que han resistido el paso del tiempo. Quien los comprende, no solo avanza con mayor claridad, sino que transforma cada paso en legado. Este escrito es una invitación a descubrir esas verdades que iluminan el camino de quienes se atreven a soñar con impacto. «Verdades esenciales y principios inquebrantables que guían al misionario en su camino hacia el impacto eterno.»


Leyes y principios que transforman la visión.

«Nunca sabrás a dónde puedes llegar si no te atreves a dar el primer paso.» Estas leyes no son simples curiosidades intelectuales; son faros que revelan cómo funciona el mundo y cómo podemos navegar con sabiduría:

Ley de Murphy: Si algo puede salir mal, probablemente lo hará. No es pesimismo, es preparación. Nos enseña a anticipar y fortalecer nuestras decisiones. Cuando algo puede salir mal, suele hacerlo… y justo del peor modo posible. Como la tostada que siempre cae del lado de la mantequilla, la vida a veces pone a prueba nuestra paciencia. Pero entender esta ley no es rendirse al caos, sino prepararse con astucia para enfrentarlo. La vida no siempre juega limpio: si algo puede fallar, probablemente lo hará… pero ahí es donde nace la oportunidad de demostrar tu resiliencia.


Ley de Kidlin: La Ley de Kidlin establece que, si un problema no puede ser escrito con claridad, no se entiende; escribir sobre él ayuda a resolverlo a la mitad. Esta ley se aplica para ganar claridad, ya que la redacción permite la generación de un pensamiento ordenado, desglosando problemas complejos en pasos más pequeños y manejables.


Ley de Gilbert: Claridad, iniciativa y visión. Uno de los desafíos más comunes en el entorno laboral no es la carga de trabajo ni la complejidad de las tareas, sino la falta de dirección clara. La Ley de Gilbert plantea que el verdadero obstáculo no es lo que se debe hacer, sino que muchas veces nadie lo explica. En este contexto, el éxito no depende de quien asigna la tarea, sino de quien la ejecuta con iniciativa, buscando entender, preguntar y actuar con propósito.


Esta ley también se extiende más allá del trabajo. En el mundo del marketing, por ejemplo, se interpreta como una afirmación de que las emociones tienen más poder que la lógica al influir en decisiones. En la gestión del tiempo, se traduce en una advertencia: los proyectos tienden a extenderse más allá de lo previsto, especialmente cuando no hay claridad desde el inicio. En resumen, la Ley de Gilbert nos recuerda que el liderazgo comienza con la capacidad de asumir responsabilidad, buscar claridad y actuar con intención, incluso cuando el camino no está completamente trazado.


Ley de Wilson: La sabiduría está en saber qué ignorar. En un mundo saturado de información, elegir dónde enfocar es un acto de poder. La Ley de Wilson: Hay varias «leyes de Wilson» en diferentes campos, pero la más conocida en matemáticas es el Teorema de Wilson, relacionado con los números primos.
En el ámbito de la gestión y la logística, también se conoce el Modelo de Wilson como un método para gestionar inventarios.  Modelo de Wilson (EOQ) En el contexto de la gestión de inventarios, el Modelo de Wilson es un sistema que determina la cantidad óptima de productos que una empresa debe pedir a sus proveedores para minimizar los costos totales de inventario. Objetivo: Equilibrar los costos de hacer pedidos (costos de transporte y administrativos) con los costos de mantener el inventario (almacenamiento, seguros, etc.). Fórmula: Se conoce como la Cantidad Económica de Pedido (EOQ, por sus siglas en inglés). Otras «leyes de Wilson» La idea de que priorizar el conocimiento y el desarrollo personal conduce al éxito financiero a largo plazo. Marketing: La frase humorística de que «cuando no sabes algo, lo inventas».


Ley de Falkland: El arte de decidir con sabiduría. No todas las decisiones merecen ser tomadas de inmediato. Este principio nos invita a pausar, a respirar, y a reconocer que la urgencia muchas veces es una ilusión. Si una elección no es esencial en el momento, lo más sabio es esperar. Porque la claridad llega con el tiempo, y decidir sin necesidad puede abrir la puerta al error. La Ley de Falkland nos enseña que la paciencia no es pasividad, sino estrategia. Si no es necesario tomar una decisión, es necesario no tomarla. La paciencia estratégica puede evitar errores innecesarios.


Ley de Newton: Todo cambio genera una reacción. Cada acción que tomamos tiene consecuencias, y entenderlas nos permite liderar con responsabilidad.
Principio de Pareto (80/20): El 80% de los resultados proviene del 20% de los esfuerzos. Enfócate en lo esencial y multiplica tu impacto.


Ley de Parkinson: El trabajo tiende a ocupar todo el tiempo que se le asigna, incluso si no lo necesita. Por eso, cuanto más plazo tengas, más fácil es procrastinar y terminar justo al límite. Por eso si no controlas el tiempo, el tiempo controla tu tarea. La Ley de Parkinson nos enseña que la eficiencia nace del enfoque, no del reloj. Formas de combatir la Ley de Parkinson. Planifique el trabajo de forma estratégica, cree un plan estimado para detallar cuánto tiempo toman las tareas. Establezca sus propios plazos. Domine su tiempo con el poder del timeboxing eligiendo sus tareas prioritarias asignándolas a un tiempo fijo como si fueran compromisos inamovibles y entréguese por completo a cada una. Al final, reflexione, ajuste y siga avanzando. No se trata de hacer más, sino de hacer lo que importa, con intención y enfoque.


Ley de Hick: La Ley de Hick establece que el tiempo necesario para tomar una decisión aumenta logarítmicamente a medida que aumenta el número de opciones disponibles. Esto significa que cuantas más opciones se le presentan a una persona, más tiempo tardará en tomar una decisión, y este aumento de tiempo es menos pronunciado a medida que hay más opciones.


Navaja de Ockham: La navaja de Ockham es un principio filosófico y una herramienta para la resolución de problemas que postula que, ante varias explicaciones posibles para un mismo fenómeno, la más simple suele ser la correcta. Este principio, también conocido como ley de la parsimonia, insta a no multiplicar las suposiciones innecesariamente y se le atribuye a Guillermo de Ockham.


Cada una de estas leyes es una herramienta para el misionario que desea no solo avanzar, sino dejar huella. Son principios que invitan a la reflexión, a la acción consciente y al liderazgo con propósito.


Que estas leyes no sean solo palabras, sino semillas que germinen en su visión. Que cada principio le impulse a construir con intención, a decidir con sabiduría y a caminar con firmeza. Porque el verdadero misionario no solo sigue el camino… lo transforma. «Nunca sabrá a dónde puede llegar si no se atreve a dar el primer paso.»

Te puede interesar

Lo más leído

El Quindiano le recomienda