sábado 8 Nov 2025
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Charlas con un maestro sammasati / La sencillez como camino a la plenitud

23 octubre 2025 10:37 pm
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En un mundo que glorifica la prisa, la acumulación y la complejidad, el mensaje que nos exhorta a «nunca dejar de disfrutar las cosas sencillas de la vida» y a «¡darle vida a tus días!», resuena con la sabiduría atemporal del budhismo. Esta enseñanza que se centra en la liberación del sufrimiento, nos recuerda que la verdadera felicidad no se encuentra en la persecución incansable del ‘más’, sino en la profunda apreciación del ‘ahora’ y la belleza inherente de lo simple.

Desde la perspectiva budhista, el sufrimiento (o dukkha) surge del apego a lo transitorio y de la ignorancia de la naturaleza real de la existencia. Nos apegamos a la idea que la felicidad reside en grandes logros, posesiones extraordinarias o en un futuro perfecto, y al hacerlo, condenamos nuestra mente a una perpetua insatisfacción. Olvidamos que todo es impermanente (anicca), y al resistirnos a este flujo natural de la vida, generamos ansiedad por el futuro y remordimiento por el pasado.

La sencillez, por el contrario, es el terreno fértil de la paz mental. Practicar la simplicidad no es un sacrificio, sino un acto de profunda liberación. Significa desprenderse del ruido innecesario, de la sobrecarga de deseos y de la constante comparación social. Cuando la mente no está saturada por la búsqueda de lo complejo, se abre a la percepción clara del presente.

El mensaje «¡dale vida a tus días!», es una invitación directa a la atención plena (Sati). En el budhismo, la atención plena es la práctica de estar completamente presente y consciente de lo que ocurre aquí y ahora, sin juicio. Es en este estado donde las «cosas sencillas» revelan su verdadero valor: el sabor de una comida, la calidez de un rayo de sol, una respiración profunda, la risa de un niño, el simple acto de caminar o beber agua.

El maestro Budha enseñó que el momento presente está rebosante de potencial para la alegría. Pero si nuestra mente está saltando entre las expectativas futuras y los recuerdos pasados, esos instantes preciosos se nos escapan. Disfrutar de lo sencillo es, de hecho, la manifestación de la comprensión correcta, parte del “noble óctuple sendero”. Es comprender que no necesitamos esperar a una ocasión extraordinaria para ser felices; la plenitud ya está disponible en cada instante que se vive con conciencia.

Al simplificar nuestra vida, armonizamos nuestro entorno con nuestra mente. Nos enfocamos en lo esencial –la ética, la meditación y la sabiduría– y reducimos las «acciones torpes» nacidas de la codicia y el apego. Esta forma de vivir no solo nos trae una calma y alegría duraderas a nivel individual, sino que también fomenta el respeto por los recursos y la interconexión con todos los seres, aspectos fundamentales de la ética budhista.

Finalmente, el budhismo nos enseña que el camino hacia una vida plena es una elección consciente. Elegir la sencillez es elegir la libertad de la esclavitud del deseo constante. Es un acto de valentía y amor propio que nos permite aceptar la vida tal como es, simple y hermosa, descubriendo que la felicidad no es un destino lejano, sino la calidad con la que habitamos este momento.

Tashi delek para todos y todas.

*    Lama sammasati para Latinoamérica.

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