Umberto Senegal
Un maestro colombiano del cuento atómico: homenaje póstumo a Carlos Alberto Villegas Uribe
Estábamos escribiendo juntos un cuento atómico. Y estábamos buscándole el nombre adecuado que podría llevar una antología de haikus. Él inició las primeras palabras, pero su muerte les puso punto final. Yo, entre las reglas del Mibonachi y las exigencias del cuento atómico, con la certeza de que era punto seguido, continúo escribiendo con puntos suspensivos las palabras que restan. A Carlos le tocó la primera parte. A mí, la segunda…
Al siempre bien recordado y querido escritor y teórico sobresaliente de la caricatografía, Carlos Alberto Villegas Uribe, para la historia de las más características contribuciones formales y estilísticas en el fortalecimiento de la narrativa breve nacional y regional; dentro del cuento y del relato colombiano y quindiano, pero en particular intrínsecamente en lo relacionado con el Cuarto género -la minificción- y el subgénero del cuento atómico, al cual dedicó con empeño teórico y práctico buena parte de sus últimos años de vida, tendrá que estudiársele y analizársele, valorárselocon la totalidad de su obra, sus eruditos ensayos, sus poemas, sus novelas experimentales y sus asimétricos cuentos, como el escritor más habilidoso y jovial, el más heterodoxo y arriesgado equilibrista de las palabras y la sintaxis, uno de los más estudiosos y lector apasionado asimilando técnicas y temáticas, más lleno de propuestas formales y sonoras, para jugar y experimentar con las palabras, con las formas gráficas de las frases, con los múltiples sentidos y componentes polisémicos y semióticos de la palabra, no solo en el Quindío sino en Colombia.
Fue nuestro Perectete. Nuestro Carlos Cabrera Infante. O nuestro Cortázar Villegas. Nuestro Alberto Huidobro, si buscáramos referentes teóricos para justificar sus villegracias literarias. Padre del Mibonachi. No del Fibonacci. Y a pesar de sus benéficas influencias literarias, siempre fue él mismo, con sus exploraciones y sus acertados hallazgos narrativos, proponiendo y escribiendo por fuera de normas lingüísticas. Alterando, con su prosa narrativa y sus matemáticos Mibonachis, los puritanos conceptos clásicos que del cuento y la novela defendían sus buenos amigos Libaniel Marulanda y Nodier Solórzano.
No entraré a proporcionar aquí datos biográficos de Carlos Alberto porque en futuras secciones de esta Relación Antológica del cuento atómico, Villegas Uribe será privilegiado autor cuya obra resaltaremos y daremos a conocer con amplitud y rigor académico-bibliográfico. Dentro de la minificción y el cuento atómico quindianos, Carlos Alberto fue de los escritores más constantes y sobresalientes, más polifacéticos y elegantes, dueño de una poco frecuente tonalidad temática universal, y con mayor número de textos que puedan dar fe de la validez de sus propuestas. Para la minificción quindiana, Villegas con sus Mibonachis, sus tankuentos, sus haikuentos y atómicos, ocupa lugar predilecto al lado de los reconocidos Luis Vidales, Nelson Osorio Marín, Alfonso Carvajal, Jaime Lopera, Carlos Alberto Agudelo Arcila, Jorge Urrea, Felipe Orozco y Hugo Hernán Aparicio.
También lo resaltamos como el único escritor quindiano en cuya narrativa, mezclando ficción y detalles reales, se hace referencia con nombres propios y apellidos, a escritores de la región y de su generación que tuvieron algún vínculo literario, amistoso, intelectual, académico y cultural con Carlos Alberto. Gustavo Rubio procedió igual, en menor grado, dentro de la poesía. Nadie más lo ha hecho en nuestra literatura. En su libro Cuento contigo, (narrativa), publicado por la Biblioteca de Autores Quindianos en 2014, con un interesante prólogo escrito por María Elena Gómez Sánchez, al final del libro, estudiosos y lectores del cuento atómico encontrarán una sección llamada Mibonachi Cortázar o Novela Mibonachi hiperbreve, divertimento de dioses, donde el calarqueño publica una muestra de tal subgénero de la minificción. Los textos que compartimos en esta sección, hacen parte de su libro inédito No me jodan, Literadura breve, que Villegas me entregó en 2019, en una de las cinco visitas que le hice en su hogar en Dosquebradas, Pereira.
NO ME JODAN
Literadura breve
Presentación, José Nodier Solórzano
Por fin? NO ME JOSAN
Prólogo, Umberto Senegal
Sobran (las) palabras. NO (ME) JODAN.
Introito, JAIME LOPERA
La culpa es de Villegas, NO ME JODAN.
Introducción, ÁNGEL CASTAÑO
NO ME JODAN. Este también quiere que lo muerda.
Liminares, CARLOS CASTRILLÓN
NO ME JODAN. Si tiene miedo, compre un crítico.
Proemio, LIBANIEL MARULANDA
NO ME JODAN o les canto un tango, minificcionistas mamertos.
Preliminares, ELIAS MEJÍA
Nada me importa ya, Neruda y odas. O lo mismo, a mi NO ME JODAN
Prefacio, MARTA LUCÍA USAQUÉN
Ahora sí, NO ME JODAN
HAIKUENTOS
1.Punto G
Ahiiiiiiiiiiiii
2.Aclaración
-Mentiroso? No. Novelista.
3.Urgencias
-Hijos, me muero.
-Firma aquí, padre.
4.Introducción
Empapado en lágrimas conoció el dolor de la crítica.
5.Llover sobre mojado
Cuando Libaniel despertó, Monterroso seguía allí.
6.Mano a mano
Eyaculador precoz -gritó ella
Minificcionista -reviró él
7.Psicópata
Y como decidió matarlos a todos, se suicidó.
8.Hijo de tigre
Con la minificcionista no tendría futuro, comprendió el gigoló.
9.El lenguaje de los gestos.
Aunque mudo, no pudieron imponerle el apodo «El Minificcionista».
10.Facilismo
Gozaba de fama de gran lector. Su especialidad, los microcuentos.
CUENTOS ATÓMICOS
11.No-vela
-Quiero una magdalena -sintetizó el minificcionista la obra de Proust que nunca leyó.
12.Poética de la ficción breve
Descubrió el por qué su éxito con las minificcionistas: preámbulos extensos y orgasmos intensos e inolvidables.
13.Traidor
Superando el temor a ser expulsado del Club de la Minificción, Dios volvió a la lectura de los clásicos.
14.Final feliz
Y terminó suicidándose para que en el cuento atómico sucediera algo digno de ser contado.
15.Aceite quemado
Como si escuchara un mal tango, Libaniel contempló, horrorizado, otro alumno bajo la higuerilla del Zen Egal.
(Nota del autor: Reelaborado como cuento atómico a partir de un haikuento sobre Marulanda).
16.Yo, mis desapegos y contradicciones
Mi cuerpo adquirió la forma de Buda cuando mi ego descubrió que mi discípulo acogía mis koanes con devoción.
17.Rigor académico
Al formular la pregunta: ¿Qué tienen de malo las chicas malas? Laura Cottingham no comprendió que lo apropiado era ¿dónde?
18.Contravía
Y cuando terminó de leer el tratado de 954 páginas sobre el legendario cuento de Monterroso, el asombro seguía allí.
TANKUENTOS
TIPOLOGÍA BORGESIANA DE LOS CUENTOS DE HADAS
1. TIERNOS
Y Caperucita durmió feliz mientras el lobo le leía el cuento donde él se la comía.
2. PERVERSOS
Y Caperucita durmió feliz mientras el lobo le leía el cuento donde él se la comía.
3. ERÓTICOS
Y Caperucita durmió feliz mientras el lobo le leía el cuento donde él se la comía.
4. CUENTOS DE NUNCA ACABAR
Y Caperucita durmió feliz mientras el lobo le leía el cuento donde él se la comía.
5. ME LO CUENTAS OTRA VEZ?
Y Caperucita durmió feliz mientras el lobo le leía el cuento donde él se la comía.
KOAN MÚLTIPLE EN EXTRAÑAS POSICIONES -CONCEPTUALES-.
1. CUENCO VACIO
El monje cerró los ojos. La explosión del ajo cocido le devolvió la conciencia de un plano de realidad ignorado.
2. CUENCO LLENO
El monje abrió los ojos. Los placeres de la mujer amanecieron en su tatami.
3. CUENCO MEDIO VACÍO
El monje abrió un ojo. Temió que alguien lo mirara meditar.
4. CUENCO MEDIO LLENO
El monje abrió el tercer ojo. La carcajada hizo explotar el templo.
5. CARTESIANO
Donde el monje hubiera dicho Koan el filósofo dictaminó: Ergo…