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ANÁLISIS/ China Contraataca

UniNorte.
18 octubre 2025 10:21 pm
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Gongpa Rabsel Rinpoché *

En un movimiento que intensifica la rivalidad económica entre las dos superpotencias mundiales, China ha anunciado nuevas restricciones sobre la exportación de tierras raras, minerales esenciales para la fabricación de chips informáticos, automóviles eléctricos y misiles. Esta medida, que entrará en vigor a finales de este año, obliga a empresas globales a obtener licencias de Pekín para comercializar productos que contengan estos materiales, incluso fuera de territorio chino. 

Analistas ven en ello una réplica directa a las políticas de control tecnológico impuestas por Estados Unidos, que China ha criticado durante años. Durante los últimos tres años, Washington ha ejercido un poder extraterritorial sobre las cadenas de suministro globales, prohibiendo a compañías de todo el mundo enviar a China chips de última generación o herramientas para fabricarlos. Estas reglas, basadas en la «regla de producto directo extranjero», se aplicaron inicialmente en 2020 contra el gigante tecnológico Huawei, considerado una amenaza a la seguridad nacional estadounidense. 

Bajo la administración Biden, se expandieron para limitar el avance chino en inteligencia artificial avanzada. Funcionarios estadounidenses argumentan que tales medidas son necesarias para mantener la ventaja en la carrera tecnológica. Sin embargo, las restricciones chinas podrían superar en impacto a las estadounidenses, dada la dominancia de Pekín en la producción de tierras raras –controla alrededor del 80% del mercado global–. 

Expertos como Henry Farrell, politólogo de la Universidad Johns Hopkins, advierten que esto coloca a EE.UU. en una posición vulnerable: «Estados Unidos ahora enfrenta a un adversario que puede amenazar partes sustanciales de su economía». Farrell añade que China ha aprendido a «jugar ese juego mejor que Estados Unidos». La respuesta de Washington no se hizo esperar. El presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles adicionales del 100% sobre importaciones chinas a partir del 1 de noviembre, a menos que Pekín retroceda. 

En redes sociales, Trump minimizó el impacto: «no se preocupen por China, todo estará bien». Además, canceló una reunión prevista con el líder chino Xi Jinping y criticó a Pekín por «aprovecharse de la gente». Funcionarios como el secretario del Tesoro Scott Bessent y el representante comercial Jamieson Greer, calificaron las medidas chinas como un «intento de apoderarse del poder global» y afirmaron que EE.UU. aplicará sus aranceles si es necesario.

Este episodio no es aislado. China ya había restringido exportaciones de tierras raras a Japón en 2010 durante una disputa marítima, y ha invertido décadas en desarrollar industrias estratégicas para reducir su dependencia externa. Recientemente, tras aranceles del 34% impuestos por Trump en abril, Pekín lanzó un sistema inicial de licencias que afectó a fabricantes de autos como Ford, forzando paros en producción. 

Una tregua frágil se rompió con nuevas restricciones estadounidenses en septiembre, expandiendo listas de entidades prohibidas. Analistas como Chris Miller, autor de «Chip War», señalan que las implicaciones son «extraordinariamente amplias», afectando casi todos los semiconductores mundiales. Empresas de EE.UU., Europa, Japón, India y Corea del Sur expresan preocupación por la información corporativa requerida en el proceso de licencias, lo que podría acelerar esfuerzos para diversificar cadenas de suministro fuera de China.

Martin Chorzempa, del Instituto Peterson de Economía Internacional, advierte: «si China logra evadir las restricciones de chips, pero EE.UU. tarda más en superar los controles de tierras raras, será un gran problema para Washington». Yeling Tan, de la Universidad de Oxford, agrega que estas medidas podrían dañar la credibilidad de China como socio comercial confiable, alarmando a otros aliados.

Esta escalada subraya la interdependencia delicada entre ambas naciones. Mientras China invierte miles de millones en su industria de chips, EE.UU. necesitaría años para reactivar su producción de tierras raras. El mundo observa si esta guerra de restricciones llevará a un retroceso o a una negociación, en un contexto donde las cadenas globales se convierten en armas geopolíticas.

* Contador público, exfuncionario bancario.

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