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Reflexiones electorales – Colombia 2026: un Acuerdo sobre lo Fundamental ante la polarización electoral

13 octubre 2025 1:52 am
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La inminente polarización electoral de 2026, el inicio anticipado de las campañas y la proliferación de precandidatos – que en un momento superaron el centenar – hacen imperativo analizar con objetividad las estadísticas que han definido nuestra historia electoral reciente, y extraer las lecciones pertinentes para el proceso que se avecina:

El estudio de estos datos, junto con la coyuntura política actual, permiten identificar tendencias y desafíos cruciales para el proceso electoral de 2026:

  • Los datos presentados ofrecen una base objetiva para que partidos y precandidatos evalúen su verdadera posición en la contienda electoral. Esta autoevaluación resulta fundamental tanto para las elecciones legislativas como para la primera vuelta presidencial, permitiendo decisiones estratégicas más informadas.
  • La proliferación de candidaturas plantea un desafío a los electores: transitar de un voto basado en preferencias ideológicas hacia un voto útil. Esta transformación implica que los ciudadanos consideren no solo sus afinidades ideológicas, sino también la viabilidad electoral efectiva de las opciones disponibles, maximizando así el impacto de su decisión política.
  • Se perfilan varias consultas internas para marzo de 2026 que definirán el panorama de candidatos: una de la izquierda incluyendo el Frente Amplio; otra de los partidos políticos tradicionales; una tercera de la fuerza de las regiones; una cuarta de candidatos por recolección de firmas, y una posible reedición de la del Centro Esperanza. Adicionalmente, existirán candidatos que, por estrategia o circunstancia, optarán por presentarse directamente en la primera vuelta presidencial, sin participar en estas consultas internas.
  • No debe minimizarse la importancia de las elecciones legislativas. El próximo gobierno requerirá legitimidad democrática y, fundamentalmente, capacidad de construir acuerdos programáticos sólidos. Una mayoría legislativa coherente evita la fragmentación del poder y las negociaciones atomizadas con cada bancada individual, permitiendo la implementación efectiva de políticas públicas.
  • La tendencia creciente de candidatos provenientes de partidos políticos que optan por la recolección de firmas plantea interrogantes profundos sobre la vigencia del propósito fundacional de estas organizaciones. ¿Se han transformado algunos partidos en meras empresas electorales al servicio de intereses personales? Esta situación obliga a los partidos a repensar radicalmente su rol institucional y su razón de ser en la democracia colombiana.
  • En medio de la polarización creciente, cobra renovada vigencia el llamado histórico de Álvaro Gómez Hurtado a construir un «Acuerdo sobre lo Fundamental«, centrado en cinco pilares esenciales: la ley, la moral, la justicia, el modelo económico y la ecología. Estos ejes trascienden las divisiones partidistas y representan los valores mínimos que toda la sociedad debe compartir, independientemente de sus diferencias políticas.
  • La ciudadanía demanda que cada corriente política defina con claridad qué considera fundamental para el país. No bastan los acuerdos burocráticos de repartición del poder; se requieren propuestas programáticas reales, claras y detalladas. Las alianzas deben edificarse sobre bases ideológicas y programáticas sólidas, priorizando siempre lo colectivo sobre lo individual. La secuencia lógica resulta evidente: primero debe diagnosticarse y concertarse el «qué», luego determinarse el «cómo» de su implementación, y finalmente definirse el «con quién» se construirán esas alianzas.
  • El Pacto Histórico ya dispone de una hoja de ruta clara, que inicia con su consulta del 26 de octubre. En contraste, para el resto de los sectores políticos, lo que existe hasta ahora no puede caracterizarse como una campaña presidencial formal, sino como escaramuzas electorales preliminares. Solo cuando se completen los análisis numéricos —incluidos los estudios regionales, la publicación de encuestas, la validación de firmas y los acuerdos programáticos o burocráticos—, y se definan las listas al Congreso en las consultas de marzo de 2026, podrá decirse que la campaña presidencial comenzará formalmente en enero de 2026.
  • Estos datos y reflexiones invitan a una campaña electoral 2026 más estructurada, menos personalista y más enfocada en propuestas concretas. Colombia requiere que sus fuerzas políticas demuestren responsabilidad institucional, claridad ideológica y compromiso genuino con el «Acuerdo sobre lo Fundamental» que el país reclama.

[email protected]https://jorgealbertoserna.blogspot.com/

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