Umberto Senegal
Lo físico-poético puede considerarse como fundamento teórico del cuento atómico. Semejante al colapso de la función de onda, su lectura actualiza un sentido entre muchos posibles. Cada cuento atómico es energía comprimida. Igual que una partícula subatómica, su impacto no depende de su extensión sino de su potencia. Es narrativa con carga emocional, conceptual y simbólica multiplicadasen el espacio reducido. Lo físico-poético del cuento atómico está en su forma, en su ritmo y su vibración. No se limita a narrar, sino que pulsa. Implosiona hacia el pensamiento y explota en la imaginación del lector. El matemático Herman Weyl afirma: “No es de extrañar que cualquier pedacito de naturaleza elegida (estas gafas o cualquier otra cosa) posea un factor irracional el cual no podemos ni podremos explicar jamás. Lo único que conseguimos hacer es describirlo, como en la física, proyectándolo sobre el telón de lo posible”. El cuento atómico es un específico y pormenorizado conjunto de veinte o menos palabras proyectándose sobre el telón de lo alusivo. Milimétrico en sus consecuencias. Penetrante en su sentido. Puntual en la descripción de una imagen o suceso. Demanda siempre la disminución del contenido y rechaza cualquier tentativa de amplitud. El desbordamiento de conceptos y descripciones, los prolijos rodeos donde a veces el autor desea exhibirse, son para el cuento tradicional. Herramientas básicas de textos donde este necesita enmarañar pensamientos claros tras de exuberantes palabras. O embrollar palabras con las ideas. De otra manera, considera no contar una historia o no ser escritor de tiempo completo, o que cuanto exterioriza carece de importancia y no van a entendérselo o se lo malinterpretarán. El cuento atómico es invitación a leerse a sí mismo en la página en blanco. Por consiguiente, un reto de lectura y escritura para observar la mente en blanco y percibir, desde aquí, otras voces del drama, niveles subterráneos de la interpretación, nuevas facetas del signo bajo diferentes perspectivas de la historia relatada. Con sus veinte o menos palabras, este subgénero del microrrelato es vía directa e inequívoca para transformar un párrafo en capítulo; para concebir un renglón como párrafo, hallándole bien las historias descritas por el escritor, o bien todas aquellas señales ofrecidas por este
1.JUAN JOSÉ ARREOLA
México
Vecina
Me observaba desde su ventana. Hoy descubrí que murió hace años.
2.ITALO CALVINO
Italia
Retraso
La muerte llegó tarde. Ya no había nadie que matar.
3.LINA MERUANE
Chile
Bifurcación
Cada decisión abría un mundo. Nunca volvió del último cruce.
4.FELIPE GARCÍA QUINTERO
Colombia
Mancha
La sangre sobre el teclado. Nadie supo si era ficción.
5.LUIS BRITTO GARCÍA
Venezuela
Aviso
“Vendo alma usada.” Y obtuvo muchas ofertas.
6.CLAUDIA PIÑEIRO
Argentina
Ensayo
Simuló la revolución. El pueblo lo aclamó.
7.LUIS MATEO DÍEZ
España
Hilo
Bordó su nombre sobre la tumba. Nadie lo notó.
8.GIOCONDA BELLI
Nicaragua
Caída
El ángel cayó. No tenía alas, solo arrogancia.
9.VIRGINIA WOOLF
Reino Unido
Trinchera
Hizo el amor en medio del fuego cruzado.
10.FRANZ KAFKA
Praga
Marea
Entró al agua con piedras en los bolsillos. No volvió.
11.SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
México
Puerta
Esperó al guardián. Murió sin saber que estaba abierta.
12.MARINA COLASANTI
Brasil
Espejo
Se miró con ojos ajenos. No se reconoció.