viernes 18 Jul 2025
Pico y placa: 3 - 4

Vivienda rural contemporánea en el PCC: hacia una nueva ruralidad habitada

6 julio 2025 10:02 pm
Compartir:

José A. Soto

Cuando tu insultas a tu hijo, no te deja de querer, se deja de querer a sí mismo”

El 1 de julio del presente año, se publicó en este periódico una nota sobre la convocatoria del Ministerio de Vivienda, Ciudad y territorio, llamada “Vivienda rural en “Nuestro Hábitat Biodiverso” para que cada departamento pueda desarrollar proyectos para este fin. La fotografía que acompaña la nota, la de una vivienda supuestamente implantada en el entorno rural, posiblemente diste mucho de las tipologías que pretende la convocatoria. A partir de esta noticia caben las siguientes reflexiones:

La vivienda rural en el entorno del Paisaje Cultural Cafetero ya no puede entenderse solo como un refugio para el campesino o una pieza pintoresca de patrimonio. Hoy, debe concebirse como un sistema de vida funcional, digno y sostenible que responda a los desafíos actuales: el relevo generacional, el cambio climático, la economía rural fragmentada y la pérdida progresiva del vínculo entre habitante y territorio.

Más que conservar una estética, se trata de proyectar una tipología que dialogue con el presente sin romper con la memoria. La casa rural debe ser flexible, permitir múltiples usos (vivienda, trabajo, educación remota, turismo comunitario) y adaptarse a cambios familiares y sociales. La estructura debe poder crecer o reducirse sin comprometer su estabilidad ni su armonía con el entorno.

La construcción, sin embargo, debe priorizar el uso consciente de recursos locales, no por romanticismo, sino por eficiencia y autonomía. La guadua, el tapial y el barro estabilizado, combinados con tecnologías actuales como cubiertas ventiladas, recolección de agua lluvia, autosuficiencia energética y sistemas pasivos de confort térmico, pueden conformar una arquitectura rural resiliente, económica y baja en emisiones.

La vivienda no debe estar aislada: debe articularse con el territorio productivo y con el tejido social. Un nuevo modelo de vivienda rural debería incorporar espacios para la producción agroecológica a pequeña escala, zonas comunales que refuercen la vida colectiva, y conectividad digital como derecho básico.

La casa debe dejar de ser solo «tradicional» para volverse pertinente. No se trata de reproducir formas antiguas, sino de reinterpretarlas con inteligencia, sensibilidad climática y visión de futuro. Lo rural ya no es sinónimo de atraso, y la vivienda debe ser la primera en demostrarlo. La arquitectura en el paisaje cafetero no tiene que parecerse a lo que fue: tiene que responder a lo que viene.

[email protected]

Te puede interesar

Lo más leído

El Quindiano le recomienda