Nydia Quintero fue una de las figuras más admiradas del país por su incansable compromiso con las poblaciones vulnerables y su labor humanitaria que transformó millones de vidas a lo largo de más de cinco décadas. La Fundación que ella creó en 1975, tres años antes de convertirse en Primera Dama, fue el canal de sus ideales: servicio, valores y esperanza.
Hasta este miércoles 2 de julio a las 10:00 a.m., la Cámara Ardiente estará dispuesta en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, con ingreso por la Plaza de Bolívar. Este espacio se abrió para que los colombianos puedan despedirse y agradecer a quien supo ser madre para miles, especialmente niños y jóvenes que encontraron en su Fundación un camino de dignidad y futuro.
Nacida en Neiva el 22 de octubre de 1931, Nydia Quintero creció bajo la guía de unos padres que le inculcaron el valor del servicio. Casada a temprana edad con el entonces dirigente liberal Julio César Turbay Ayala, y más adelante con el político Gustavo Balcázar, fue testigo cercana de las realidades del país, lo cual la motivó a actuar. Su paso por la Casa de Nariño como primera dama (1978-1982) fue transformador: amplió la cobertura del ICBF, lideró reformas en pro de los derechos de los niños trabajadores y consolidó centros comunitarios en Bogotá.
Uno de sus mayores legados es la Caminata de la Solidaridad, evento anual que moviliza a millones de colombianos en apoyo a la obra social de la Fundación. Esta tradición inició en 1979 con un pequeño desfile y se convirtió en un símbolo nacional de empatía, cultura y ayuda.