El orden mundial actual es complejo y dinámico, con múltiples actores y desafíos globales; en este contexto es indispensable tener en cuenta algunos aspectos:
La distribución del poder en el mundo se ha vuelto más multipolar, con varios países y regiones desempeñando papeles importantes en la economía, la política y la seguridad global.
La globalidad ha generado una mayor interconexión económica y cultural entre los países, pero también ha creado desasfíos como la desigualdad y la vulnerabilidad a las crisis globales.
El mundo enfrenta desafíos globales como el cambio climático, la pobreza, la desigualdad y la inseguridad que requieren cooperación y acción colectiva.
Las tensiones entre países y regiones, como entre Estados Unidos y China, Estados Unidos e Irán, Rusia y Occidente o en Oriente Medio, pueden afectar la estabilidad global y la seguridad; esta es una de las grandes preocupaciones hoy.
Las nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, la biotecnología y la energía renovable esttán transformando la economía y la sociedad , pero también plantean desafíos éticos y regulatorios.
Contribuir a disminuir la tensión mundial requiere esfuerzos individuales y colectivos; por ejemplo, fomentar el diálogo y la comprensión entre personas de diferentes culturas, religiones y países puede ayudar a reducir la tensión y promover la cooperación.
La educación y la conciencia global pueden ayudar a las personas a entender mejor los desafíos globales y a desarrollar habilidades para abordarlos; de otra parte, la cooperación internacional puede ayudar a abordar desafíos globales como el cambio climático, la pobreza y la inseguridad.
La resolución pacífica de conflictos puede ayudar a reducir la tensión y promover la paz en regiones y países; así mismo, las comunidades deben apoyar las organizaciones humanitarias que trabajan para proporcionar ayuda y apoyo a personas afectadas por conflictos y desastres naturales.
Es urgente reducir el consumo y el desperdicio para ayudar a mitigar el impacto del cambio climático y promover la sostenibilidad; ya es hora de mirar por la ventana para comprobar el desastre ecológico que se avecina; no es un chiste, es una realidad que escondemos.
Cualquiera puede decir que soy un optimista exagerado o un soñador desesperado, pero,la empatía y la compasión pueden ayudar a las personas a entender mejor las necesidades y perspectivas de los demás.
Ya es hora de participar en la toma de decisiones a nivel local, nacional e internacional; así se puede ayudar a influir en las políticas y acciones que afectan la tensión mundial; simultáneamente hay que promover la cultura de paz para fomentar un entorno más pacífico y cooperativo a nivel global.
Urgente recordar que cada acción cuenta y el cambio puede comenzar en nuestra comunidad o nuestra vida diaria; es claro que si soñamos en vivir un futuro diferente, tenemos que hacer algo desde hoy y no podemos esperar a que los demás hagan nuestra tarea.