domingo 22 Jun 2025
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ANÁLISIS/ Mataron un samán en Plaza Nueva de La Tebaida, hoy matarán otro samán en Calarcá

Aquí hay un samán muerto, en La Tebaida. Y un samán vivo, en Calarcá, que hoy, seguramente también será otro cadáver.
20 mayo 2025 10:37 pm
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Miguel Ángel Rojas Arias

Parece que les llegó la hora a los inmensos y antiguos samanes del Quindío. Hace un par de semanas, en La Tebaida, en Plaza Nueva, mataron a uno de estos individuos, a punta de motosierra. Ese samán tenía más de 50 años de haber sido sembrado, según los vecinos.

¿Por qué lo tumbaron? El alcalde de La Tebaida Ricardo Alfonso Celis se negó a contestarle a EL QUINDIANO esa pregunta. Después de varios chats a través de WhatsApp, el señor Celis guardó absoluto silencio. Nuestra redacción acudió entonces al secretario de Gobierno Guillermo Gómez, por el mismo medio, chat de WhatsApp, pero la respuesta fue la misma, silencio.

Vecinos de plaza nueva que se lamentaron de la ‘tumbada’ del árbol dijeron que la explicación que dieron el día que lo mataron con motosierra fue que era un árbol que estaba enfermo. ¿Esto significa que a todo ser viviente que esté enfermo, hay que matarlo? En esa operación, incluso, una rama que cayó por acción de la motosierra hirió a un ciudadano, que casi pierde una de sus extremidades inferiores. No hubo ninguna prevención, ni siquiera se cerró el sitio para paso humano ni vehicular. Una completa irresponsabilidad.

¿Por qué no utilizaron los métodos de la ciencia forestal para aliviar el samán? Seguramente era más fácil y barato matarlo, con el permiso de la autoridad ambiental. En otros países, los tratan como enfermos, les aplican medicinas, y los salvan. Aquí, los matan.

Y…hoy, se repite la historia en Calarcá

La misma historia se repetirá hoy miércoles 21 de mayo en el municipio de Calarcá, según les anunciaron a los vecinos de Los Zaguanes, donde matarán otro samán. Un árbol de esta naturaleza puede alcanzar hasta 20 metros de altura y un tronco de 30 a 80 cm de diámetro. Es una especie que demora por lo menos diez años para estar como adulto joven.  

Y, en el caso del samán de Calarcá se repite la misma pregunta, esta vez a la ingeniera Ana Lucía Cardona del área Forestal de la CRQ: ¿Por qué lo van a tumbar? Y, como en el caso de La Tebaida, tampoco hubo respuesta. O, mejor dicho, sí la hubo: “Déjeme un mensaje que apenas pueda, le contesto”.

Los vecinos de Zaguanes dijeron que la explicación que les dio la autoridad ambiental y el municipio de Calarcá es que las raíces del árbol abrazaron el sistema de alcantarillado y lo puede destruir. Y, claro, la solución más fácil es matar el samán. En otras latitudes donde aman a los árboles, la municipalidad, la empresa de alcantarillado y la autoridad ambiental hubieran decidido gastar unos pesos más y cambiar la línea del alcantarillado, enviarla por una ruta donde no la abracen las raíces del árbol.

Parece que, en el Quindío, estos enormes seres vivos como los samanes, no tienen defensores, la indolencia del Estado, y de una parte de la comunidad, los hará desaparecer de los lugares urbanos, allí donde se escondieron del hacha del colonizador, creídos que los seres humanos de la modernidad los podrían proteger. Nada más hermoso que ver la corpulencia de un samán en los parques, llenos de pájaros y nidos, en un departamento que se precia de ser paisaje, y nada más hórrido que verlos caer, heridos por la motosierra con el aplauso de alcaldes y otros funcionarios del Estado.

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