Samaria Márquez Jaramillo
Una investigación periodística es el resultado de un proceso de búsqueda y análisis de la información sobre algún aspecto o problema de la realidad social que se requiere dar a conocer con mayor profundidad y mediante miradas que conlleven un procedimiento evaluativo abierto, discursivo y analítico, en contraposición con los enfoques estereotipados y binarios.
Cuando empecé a sentir que era considerada no por los conocimientos adquiridos a través de una vida al servicio de la cultura y del ejercicio del arte, específicamente de la Literatura, sino porque “la maestra ya empezó a chochear”, tuve una nueva veta investigativa: ¿Cuál es la opinión que se tiene sobre los ancianos en la sociedad actual? La inquietud nacida de mi anhelo por aumentar mi conocimiento dio vida a un escudriñamiento: Según el saber general, ¿qué entiende la mayoría de las personas por ser viejo? La historiografía de la vejez es diversa en cuanto a temas, pues se convirtió en foco de estudios de toda índole.
Cuando en diccionarios y enciclopedias se busca la definición de la vejez y del proceso de envejecimiento humano, estos suelen referirse a los aspectos biológicos que indilgan la calidad de viejo y están asociados con el deterioro físico y psíquico y se refieren al último periodo del ciclo vital. Si se reúnen las distintas definiciones, la vejez aparece como resultado de un proceso entendido como el conjunto de modificaciones inevitables e irreversibles que se producen en los seres vivos cuyo final es la muerte, que está tan cerca que ya no se requiere definirla o anunciarla.
Pero una cosa es la definición de la vejez y otra es su conceptualización: ¿Qué es lo que significa y qué es lo que se desprende de este término?, teniendo en cuenta que es diverso y relativo puesto que del proceso de envejecimiento no son iguales los síntomas.

Recuerdo el capítulo de un libro medieval que empezaba diciendo: «Había un viejo de pelo y barba blanca, de unos 40 años, sentado bajo un árbol». El anterior inicio de narrativa es un buen ejemplo de cómo el concepto de vejez es relativo al tiempo, a la época, al contexto, a la cultura correspondiente a cada tiempo que se vive y a su esperanza de vida. La literatura medieval estaba fuertemente influenciada por la Iglesia. Se escribían himnos, cantos religiosos, vidas de santos y tratados teológicos, con el objetivo de difundir la doctrina cristiana. Debido a ello la Edad Media es calificada como época oscura. Mi tarea consiste en ir más allá de las tinieblas conceptuales y profundizar con plena claridad en la realidad de la vejez, íntimamente relacionada con la muerte y con la creencia de que la ancianidad es el paso previo a llegar donde la cegadora de vidas. Creencia que permaneció durante la Edad Media, porque duró desde el siglo V con la caída del Imperio Romano de Occidente hasta el siglo XV fecha del descubrimiento de América o hasta 1a caída de Constantinopla.
Si nos remontamos al tiempo de los egipcios, donde se pueden encontrar los primeros textos que hacen referencia a la vejez, describiéndola como un período de debilidad, disminución de la capacidad visual y auditiva, progresivo deterioro de las capacidades cognitivas y físicas, características que, hasta ahora, mayo del 2025, hacen entender qué es ser viejo hoy en día.
En la Grecia antigua se sentaron las bases de nuestra sociedad Occidental pues fueron los griegos quienes iniciaron el mito de la perfección y el culto a la belleza y en contraste la vejez empieza a ser temida y considerada como el precio que se paga por tener una larga vida.
Ahora, en el Mundo Contemporáneo la pertenencia de mayor valor es el conocimiento posmoderno y, además, es sumamente importante la apariencia física y estética. A todo esto, se le añade que el número de ancianos crece mientras se les asigna estatus carente de roles definidos en la sociedad contemporánea, convirtiéndonos en personas de segunda categoría según algunos calificativos peyorativos que están siendo reemplazados de manera «políticamente correcta», por expresiones como «tercera edad» que barnizan con color dorado la marginalidad.
Naciones Unidas enunció que se empieza a considerar que una persona tiene edad avanzada cuando esta cumple los 60 años y en 1990 determinaron, a través de la resolución 45/106, designar al 1 de octubre Día Internacional de las Personas de Edad, para reconocer las contribuciones a la sociedad hechas por aquellos que ya no somos tan jóvenes.
Sin embargo, la mujer, y en especial la anciana, ha sido excluida y relegada a un segundo plano, asumiendo básicamente un papel destacado en el ámbito doméstico y familiar.
No ha sido lo mismo envejecer para los hombres que para las mujeres y hago mención de ello sin olvidar que apenas existen referencias acerca de la mujer anciana a lo largo de la historia en las distintas civilizaciones porque se tiene a “la vejez como un castigo”. En consecuencia, elegí estar inmersa en la presente reflexión sobre la vejez en la sociedad multicultural que prontamente me relegará.
Vuelvo a la pregunta ¿qué se entiende en nuestra sociedad por viejo’, desde hace poco tiempo se habla no ya solo de una tercera edad, sino de una «cuarta edad» para referirse a los mayores de 80 años, de los que se dice que viven en el recuerdo, en las palabras y en el amor de sus descendientes.
Victoria Siedlecki

Es actriz y una de las narradoras orales más reconocidas en España. Ha contado para niños, jóvenes, adultos y mayores. Es directora de la Escuela de Cuentacuentos. Inicialmente, estudió danza, interpretación y canto en Buenos Aires en la escuela de teatro musical de Julio Bocca.
«Algún día todos seremos palabras».