Antes de escribir sobre Trump, queremos dar gracias al Fondo Monetario Internacional por suspender los créditos a Colombia. Esa platica se salvó. Ocho mil millones de dólares en manos de Petro, Benedetti y el ministro de hacienda son mermelada pura. Por favor cierren el crédito hasta el 7 de agosto del próximo año. Estamos muy endeudados para que nos pongan a pagar semejante agasajo. Además, 8.000 es un número que le trae muy mala suerte a Colombia
Si usted se informa a través de los medios de izquierda, el presidente de EEUU, Donald Trump, es el anticristo. Si lo hace con los de la derecha es el digno sucesor del Papa Francisco. Algunos especialistas afirman que la presencia de Trump en el sepelio del pontífice también fue su guiño para decirle a la iglesia católica que quiere Papa gringo. Nosotros los colombianos no lo necesitamos porque ya tenemos Papá Pitufo.
Hay que aprender que la desinformación, las mentiras o Fake News son nuevos activos y herramientas en casi todas las actividades humanas, especialmente en la política. Izquierdos, derechos y centro las usan igual.
Hablar mal de Trump es moda y buen negocio. Lo acusan de tener el mundo patas arriba. No sabíamos que lo recibió patas abajo y en paz. Si dentro de mil años hay humanos en la tierra el conflicto en Gaza estará vigente. El de Ucrania finalizará cuando Putin quiera.
En estos 100 primeros días de gobierno, el presidente de EEUU Donald Trump, ha copado los titulares de prensa en el mundo entero. Muy difícil encontrar un personaje que genere tanto amor y odio. Al que hable bien de Trump lo linchan y al que hable mal también.
El sábado pasado en Roma compartió los reflectores con el entierro del Papa. Quien quisiera salir en la foto tenía que acercarse a Donald Trump. Es la estrella del momento y ha cumplido lo que prometió. Quien avisa no engaña. EEUU tiene una deuda desbordada y hay dos formas de conseguir recursos para cumplir con los pagos: aumentar impuestos o aranceles. El que tenga otra fórmula de recaudo que la patente para que se gane el premio Nobel de Economía. Además, en cuestión de días llegará a un acuerdo con China y la Unión Europea. Los aranceles bajarán a sus justas proporciones. Pocos apoyan públicamente esa medida porque es impopular, pero el dinero tiene que salir de alguna parte. En EEUU tienen la ventaja que no se la roban.
Es preferible acercarnos al gringo rico que decrecer. Eso no es perder la dignidad. Es hacer negocios como corresponde con nuestro mayor socio comercial.
Es mejor ser capitalista que comunista.
Al presidente Donald Trump el tiempo le dirá si tiene razón con sus medidas económicas y sociales. Hay una lucha por un nuevo orden mundial y resultarán vencedores y damnificados. El dragón se quiere engullir el águila calva y el oso ruso muerde por los lados. Es asunto de poderosos y lo importante para Colombia es quedar en el lado conveniente.
Los gráficos reflejarán la salud económica de EEUU. Inflación, PIB, crecimiento, deuda externa y empleo señalarán hacia dónde girará la aguja de acuerdo con su hoja de ruta macro. Incertidumbre y volatilidad han sido las constantes durante estos cien días. El indicador de las últimas horas mostró que la economía se ha contraído. Si se le cae la estantería a Colombia se le derrumbará el bolsillo. Pedimos al Papa Francisco que nos haga el primer milagro para que a Trump no le dé gripa porque nosotros enfermaremos de neumonía. Trump no es ingenuo para persistir con sus medidas si la inflación y la recesión lo sorprenden. Es posible que le dé la vuelta, pero no como le dicen sus contradictores.
Trump es un hombre decidido y con su experiencia en este segundo mandato entiende que los cambios hay aplicarlos desde el primer día de gobierno. No le tiembla el pulso para firmar sus decretos y exhibirlos en sus famosas carpetas. Como jugador de golf es mejor que se vaya de águila y no de boggie. Nos conviene a todos. La economía no se puede ideologizar porque política no se le echa a la olla del almuerzo.
Deportación y aranceles han ocupado su agenda en la Casa Blanca. Es solo el comienzo y aún falta mucho por ver, ha dicho el presidente Trump. De todas formas, serán muchos los latinos que seguirán buscando el sueño americano. Pero, ¿dónde está la responsabilidad de los estados que no brindan oportunidades y garantías a sus ciudadanía para que no se tengan que ir por el hueco?