Pedro Elías Martínez
Erasmo enseña que las diversiones humanas proceden de la locura y Sócrates dice que la locura viene de los dioses. Sea como fuere, este es un mundo de locos y cada quien define la locura según su etapa de demencia. En los manicomios todos tienen razón.
En el mundo del arte abundan los chiflados. El pintor Vincent Van Gogh tuvo problemas de salud mental. En un famoso y conocido episodio de su vida, dos años antes de suicidarse y tras una discusión con su colega Paul Gauguin, Van Gogh se cortó la oreja izquierda.
Salvador Dalí, a quien le diagnosticaron esquizofrenia, dijo que su locura era sagrada: «La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que no lo está, mientras yo sé que lo estoy».
Hay locos que no son tan locos. Para bajar del trono a doña Juana la Loca, reina de Castilla, su padre don Fernando el Católico y su propio hijo Carlos I, dijeron que a ella se le había corrido la teja y la encerraron de por vida.
En la Medellín de antaño subsistió una señora desquiciada de nombre Dolores. Cuando le decían que estaba loca, contestaba: ¡Aquí todos somos locos, menos don Blas Calatrava que es bobo!
A veces las personas se enloquecen de tanto leer, como le ocurrió a don Quijote con los libros de caballería.
Epifanio Mejía, poeta yarumaleño, sufría desequilibrio mental y le recitaba sus versos al río. Recluido en manicomio, falleció luego de 34 años de encierro. A pesar de su infortunio, escribió el texto del bellísimo Himno antioqueño:
¡Oh libertad que perfumas
las montañas de mi tierra
deja que aspiren mis hijos
tus olorosas esencias!
El cartagenero Raúl Gómez Jattin, recibió tratamiento en el Hospital Psiquiátrico de La Habana. A sus amigos les costó trabajo convencerlo de ir, porque él pensaba que curándose de la locura acabaría su vida de poeta.
Personajes de la ciencia, la tecnología, las letras, definieron la enajenación mental:
Albert Einstein: «Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes».
Freud consideraba que todo el mundo es loco.
Steve Jobs, cofundador de Apple, la empresa de tecnología más valiosa del mundo, dijo: «Solo los que están suficientemente locos como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que lo hacen».
«No cualquiera se vuelve loco, esas cosas hay que merecerlas». Cortázar.
«Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es ni utopía ni locura, es justicia». Don Quijote.
Y Charles Bukowski no podía faltar: «Alguna gente no enloquece nunca. ¡Qué vida verdaderamente horrible deben tener!».
En el habla popular abundan excentricidades:
. Gritar como locos…
. Cada loco con su tema…
. Estar más loco que una cabra…
. Ni loco que estuviera…
. En la puerta del infierno cantaba un loco, unas veces por mucho y otras por poco.
. Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
. De músico poeta y loco, todos tenemos un poco.
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AUDIO:
https://drive.google.com/file/d/1ksRFRFUD_z6w44Kaj29gQ6jJg5KKaL37/view?usp=sharing