Están pasando cosas “diferentes” que son iguales; nada ha cambiado respecto a lo fundamental: corrupción, inseguridad y violencia siguen siendo los elementos más preocupantes. Sin embargo, al decir que “pasan cosas diferentes” hablo de cómo se han “institucionalizando” modalidades, pagadas para insultar, con la mayor bajeza y vulgaridad, difamar y tergiversar desde un nuevo espacio que se conoce como “las bodegas”. En esos ámbitos, solo se necesitan una computadora y la web funcionando para disparar sandeces, teniendo acceso inmediato a cualquier persona, a la hora que sea y en cualquier sitio. El tema es delicadísimo pues se salió de control y no tiene límites. La calumnia es manejada con maestría y la sociopática capacidad de planear el daño está siendo premiada en vez de perseguida y castigada. Otro vergonzoso actuar, es el desgaste en procesos con falsos testigos y toda una compleja y detallada planeación, visitas a centros de reclusión, ofrecimiento de dadivas para comprar conciencias, muchas de ellas muy fáciles de negociar y, en fin, el peor de los ejemplos para la sociedad. La conducta pública, del líder, totalmente cuestionado pues él no ha tenido ningún cuidado para que su intimidad y sus problemas personales sean eso: íntimamente personales. Frecuentemente lo observamos divagando, hablando incoherentemente, sin filtro lo cual inquieta ¿algo serio está interfiriendo en su comportamiento? Los nombramientos de muchos de sus inadecuados colaboradores parecen condicionados por un chantaje o simplemente un “agradecimiento” por algún apoyo, a veces disruptivo, de individuos que inadecuadamente salieron a secundar la campaña y lo subieron a la silla de Bolívar – el libertador – no cualquier Bolívar. El incremento de la polarización a punta de toscos discursos no ha hecho ningún bien y, al contrario, aumenta la ceguera y el odio de lo que él llama “el pueblo” y, así las cosas, más del setenta por ciento de los colombianos no tenemos presidente. Se aprovecha de la ignorancia y negocia su egolatría con la penuria de la gente. Se infla en plazas “llenas” – muchos pagados u obligados – que, si por él fuera, mantendría en la ignorancia y la necesidad – como lo dijo claramente hace un par de años -: “… cuando las personas mejoran de nivel socioeconomico dejan de ser de izquierda… “¿por eso hay que mantenerlos a raya? ¿por eso hay que acostumbrarlos a una variedad de limosna que los tenga tranquilos pero limitados? Se va lanza en ristre contra empresarios que llama corruptos de manera general dejando, en el ambiente que lo apoya, la idea de que los emprendedores son explotadores; los empresarios son ladrones y enemigos del pueblo. Y su tal cambio resultó ser una aplanadora contra lo que necesitaba serios ajustes, pero no destrucción. Sin distingo de partidos, ¿ese es el líder que la patria necesita? Absurdo. ¡reflexione con honestidad! [email protected]
