Cambios de temperatura, presión y concentración en tiempo real
En un ejemplo de innovación educativa y sostenibilidad, el ingeniero Julio César Luna Ramírez, docente del programa de Ingeniería de Alimentos de la Universidad del Quindío, ha liderado la creación del Laboratorio de Procesos Térmicos a partir del aprovechamiento de equipos dados de baja beneficiando a cientos de estudiantes.
Con una década de trayectoria en la Universidad del Quindío, el ingeniero Luna Ramírez, especialista en Administración de la Calidad, magíster en Calidad y Gestión Integral, y doctor en Ciencias Biomédicas ha registrado tres patentes y posicionado a la institución como referente en innovación pedagógica. «Aquí encontré el ecosistema perfecto para desarrollar mis investigaciones y formar profesionales», afirma.
¿Cómo ha sido el proceso de transformación?
Cuando llegué en el 2014 no teníamos laboratorio de operaciones y había asignaturas teórico prácticas. El laboratorio hoy permite a través de los montajes observar en tiempo real cambios de temperatura, presión y concentración. Eso vuelve tangible la teoría y transforma su comprensión de los fenómenos. Este espacio ocupa lo que antes fue el bloque administrativo de la Facultad de Ciencias Agroindustriales. Allí, el equipo organizó los montajes que venían desarrollando desde 2015. El laboratorio inició operaciones en el 2024, y este año los estudiantes ya disponen de este valioso espacio para sus prácticas.
Hablemos del funcionamiento a partir de la reconversión de equipos
Con mínima inversión, pero mucha creatividad hemos logrado con los alumnos desarrollar proyectos de grado mediante la reconversión de equipos. Entre las adaptaciones destacamos, por ejemplo: La transformación de un pasteurizador en desuso en un equipo didáctico comparativo (placas vs. tubular), el desarrollo de bancos de pruebas para mecánica de fluidos con sensores readaptados y la creación de módulos intercambiables para estudiar transferencia de calor y masa.
Es como un lego científico, los estudiantes aprenden armando y desarmando los procesos para comprender los fundamentos de la Ingeniería de Alimentos. El laboratorio no solo permite prácticas reales en operaciones unitarias, sino también investigación aplicada en procesamiento térmico y formación en gestión de calidad integral.
¿Qué lo inspiró a crear espacios de práctica para los estudiantes?
Cuando uno ve a los muchachos haciendo sus prácticas es una emoción. Verlos comprender los fenómenos físicos en la práctica es una alegría incomparable, ahí está la satisfacción, porque cuando el cálculo abstracto del tablero se materializa en estos equipos, se les iluminan los ojos y esa es nuestra mayor recompensa.
Este proyecto ha contado con el apoyo y participación fundamental de varios docentes del programa. A veces nos unimos para diseñar las prácticas o perfeccionar los montajes, buscando que los estudiantes tengan la mejor experiencia de aprendizaje.
La iniciativa uniquindiana demuestra cómo la innovación y la creatividad pueden transformar procesos educativos para ampliar el campo de práctica de los futuros profesionales.