En el año 2022, el municipio de Quimbaya había comenzado un descenso grave en lo que respecta a su tradicional Festival de Velas y Faroles, reconocido a nivel nacional como un evento de gran importancia cultural y religiosa.
El gobierno local de entonces cometió un error crucial: confiarle la organización a una entidad jurídica sin experiencia alguna, con la supuesta intención de fortalecer esa costumbre cultural y religiosa. Sin embargo, los resultados fueron todo lo contrario: el festival tocó fondo. El Fondo Mixto para la Cultura y las Artes del Departamento del Quindío no hizo lo suficiente como para demostrar que su intervención produjo resultados positivos.
En el contrato interadministrativo No. 003 de 2022, por un valor inicial de 100 millones de pesos, el objetivo era claro: “promocionar el evento de velas y faroles del municipio de Quimbaya como atractivo turístico”. Pero algo no encajaba. Al parecer, el dinero no bastó. Se le hizo una primera adición por $22.900.000. Luego, una segunda. Después, una tercera. Una cuarta, una quinta, una sexta… y cuando parecía que no podía haber más, llegó la séptima. Finalmente, la octava adición —todas por el mismo monto: $22.900.000. Ocho veces repitieron la fórmula, como si el contrato fuera un pozo sin fondo, un acertijo sin resolver. Ocho adiciones, y el evento seguía con dirección a desaparecer. ¿A dónde se fue el dinero? Nadie lo sabe con certeza, pero lo que sí es evidente es que la intervención del Fondo Mixto del Quindío no sirvió para rescatar el festival. El actual alcalde intenta ahora remediar el desastre que heredó.
La Alcaldía de Quimbaya había quedado tan amañada con el Fondo Mixto para la Cultura y las Artes del Departamento del Quindío, que volvió a entregarle la chequera municipal para concretar un nuevo contrato, esta vez denominado “Celebración del aniversario 108 de fundación del municipio de Quimbaya y la conmemoración de sus 100 años de vida administrativa”, por un valor de 140 millones de pesos.
Con este tipo de contratos interadministrativos había comenzado a operar un método eficaz, aunque rudimentario, conducido por humanos para vaciar la hacienda pública del municipio de Quimbaya, un pueblo que se lo roban todos los días.
Otro fondo mixto, FONPACÍFICO, llegó al Quindío proveniente del Valle del Cauca, con la clara intención de consolidar su poder en las alcaldías locales. Su zona de operaciones siempre ha sido Cartago (Valle). En dicho municipio, para el año 2022, había firmado contratos que ascendían a 560 millones de pesos. Como este ente lo hace todo, en 2023 firmó un contrato con el Concejo Municipal de Cartago para “elaborar un instrumento archivístico”. Valor del contrato: 120 millones de pesos. Luego vinieron otros, que suman alrededor de 592 millones.
Mientras seguían facturando en Cartago, para septiembre de 2023, ya estaba concretado que FONPACÍFICO sería el ejecutor de la obra de “Renovación Urbana para la Implementación del Corredor Turístico, Vial y Comercial del Municipio de Montenegro”. Con recursos de regalías, se estimó una inversión de $5.362.256.829. Hasta la fecha, la obra no ha sido entregada a satisfacción. Las losetas feas que instalaron en los andenes comenzaron a despegarse.
Fin.
