Ramírez Galería y Taller de Arte más que una escuela es un espacio donde los niños, los jóvenes, los adultos y los adultos mayores vuelven realidad sus sueños artísticos a través del óleo, el acrílico o el lápiz.
Ubicada en su nueva sede de la Avenida Centenario, Ramírez Galería es una especie de consultorio en donde la medicina son los pinceles que les dan vida a paisajes, personajes, aves y en general animales y cuantos elementos salten de la imaginación de quienes tienen el privilegio de pertenecer a la escuela.
De la mano y la magia del joven maestro Germán Ramírez Machado las artes plásticas de la pintura se convierten en una estimulación para niños y jóvenes, en una terapia que ayuda a sanar el estrés que genera el mundo de la tecnología moderna en los adultos, y a darle otra dinámica de vida a la cotidianidad de los adultos mayores quienes encuentran en los lienzos y colores bienestar, descanso, salud que le agrega “años a sus años”.
Proyecto
Ramírez Galería Taller de Arte nace en el 2016 como un proyecto de vida. “Nace en un momento crucial cuando me encuentro con la que hoy es mi esposa Daniela Zapata. Nos pusimos a pensar qué queríamos hacer, a diseñar un proyecto de vida y concluimos que era importante para nosotros montar nuestra empresa. Miramos nuestras virtudes y una de ellas era el arte que compartíamos. Teníamos cierta experiencia en el tema. Iniciamos en octubre de 2016, dejé la empresa donde estaba trabajando en mi profesión de Ingeniería Mecánica e iniciamos este camino de vida”, afirma el maestro Germán Ramírez Machado.
La escuela empieza a funcionar en un local en el barrio Laureles al norte de Armenia. “El primer estudiante fue un niño de 6 años que quería dibujar. Para nosotros fue muy grato porque desde ese momento dijimos esto va a funcionar, lo vamos a lograr. MI padre nos dio el impulso y la fuerza para empezar”.
El Quindiano habló con el maestro Germán Ramírez Machado sobre su labor artística, el desarrollo y futuro de Ramírez Galería y Taller de Arte.
¿Cuándo nace su inclinación por lo artístico?
Desde que tenía tres años. En las tardes mi padre salía del colegio y llegaba a la casa a pintar, preparaba su caballete, el aceite de linaza, el óleo, lo observaba y quería imitarlo como lo hacen hoy día mis dos niñas. En ese momento empezó mi fascinación por el dibujo. Mi papá me hacía unas cartillas, recuerdo que las encuadernaba él mismo yo dibujaba en ellas, no paraba de dibujar. Para todo lado me llevaba los cuadernillos.
¿En qué momento dice usted esto es lo mío, toma la determinación de quedarse con el arte?
En el 2015, 2016. Después de haber trabajado en mi carrera profesional, de haber conocido lo que es la industria, anhelaba mucho pintar, estar con el pincel, no me veía en otra cosa y fue un momento de separación, de decir cuelgo el diploma y me dedico al arte a pintar, a dar clases, ese fue el momento crucial. No fue fácil dejar los esquemas, lo que en un momento lo veía como una profesión. Empezamos a vender, a aventurarnos en esta empresa, en esta vida del arte y gracias a Dios hasta aquí no hemos sostenido y nos ha ido muy bien.
¿Cómo ha sido el proceso de este emprendimiento, de la escuela de arte?
Acondicionamos una casa en el 2020 cuando llega la época de la pandemia. En esa casa implementamos otros temas como la tienda de arte, la galería y comenzamos diferentes cursos. Fue muy grato estar en ese espacio donde estuvimos cinco años. Allí desarrollamos mucho conocimiento, muchas técnicas, tuvimos varios profesores muy valiosos todos.
¿Qué clase de estudiantes frecuentan la escuela?
Niños desde los tres años aproximadamente en cursos especiales de estimulación, un grupo de niños de 4 a 7 años y de 8 años en adelante y adolescentes. Tenemos adultos, adultos mayores personas retiradas, es decir pensionados, que llegan a utilizar de alguna manera el tiempo libre a ganar espacio en el arte, a aprender nuevas técnicas a motivarse. El arte da mucho propósito de vida.
¿Cuantas personas tiene la galería en un mes?
Más o menos 60, 70 estudiantes de diferentes edades y en diferentes horarios.Tenemos una alumna destacada que supera los 90 años.
¿Qué potencial ve usted en sus estudiantes?
Es muy importante el arte para los adultos, para los jóvenes, para las personas que trabajan, que mantienen llenas de estrés y para niños porque para cualquiera de ellos el arte les va a ayudar a manejar todos los momentos difíciles en la vida. El arte es una terapia mucho más poderosa que cualquier medicina y ayuda sabiamente a desconectarse de la tecnología.
Hijo de tigre…
Germán Ramírez Machado nació en Armenia hace 37 años. Es hijo, además de su hermana Carolina, del reconocido artista y docente Jairo Ramírez Salcedo y de la economista Elisabeth Machado. De su padre, desde los tres años de edad, aprendió el arte de la plástica. Es casado con Daniela Zapata y su familia la llenan de felicidad sus dos pequeñas hijas: Antonia y Gabriela.
Hizo su primaria y bachillerato en el colegio San Luis Rey de Armenia y realizó estudios profesionales de Ingeniería Mecánica en la Universidad Tecnológica de Pereira UTP. Ejerció su profesión por poco tiempo en una reconocida empresa quindiana. Renunció para dedicarse de lleno al arte, a pintar. “Toda la vida desde que estaba muy pequeño veía lienzos, óleos, caballetes en la casa. Pintar y enseñar a pintar es mi profesión”.
Reconocido
Cuadros de Germán Ramírez han sido llevados para Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y España Se destacan igualmente murales en diferentes municipios del Quindío, en entidades bancarias, en Cofincafé y en fincas del departamento. Ha participado en el Salón de Artistas Quindianos donde ha recibido varios reconocimientos.
Técnica
El maestro Ramírez Machado maneja del óleo a la perfección, el dibujo y la espátula en la que se ha especializado igual que su padre.
“Me gusta mucho el impresionismo. Con la espátula y el óleo realizo muchos temas figurativos. Me gusta mucho el realismo, algo de abstracción, plasmar e interpretar el tema del Quindío, nuestras montañas, nuestro entorno, la flora, la fauna pintarlas, llenarlas de colores. Las brumas, las neblinas todo ese que nos define y que vemos cada día, que embellece este paraíso es lo que me anhela pintar
Futuro
Ramírez Galería y Taller de Artes está estrenando sede en la avenida Centenario en la carrera 6 número 13 Norte 27 local 15 del Edificio Horeb. Dice el maestro que en este espacio más amplio con mayor visibilidad y cómodo se trata de personalizar la enseñanza de arte. “Adaptarla a cada estudiante, ofrecerle la mejor calidad en servicio a cada persona, que esto se vea como una consulta médica que tenga ese nivel. Que las personas vengan disfruten, que pasen un tiempo ameno.




