El ser humano nació para ser feliz, no para vivir en la soledad, en la ignorancia, en la estupidez, sino, para practicar y hacer que las relaciones sociales funcionen bien.
Los hábitos que tienen quienes se forman con la dirección pedagógica de padres, maestros y sociedad que valoran la disciplina, el respeto, la reflexión, la confianza, el amor, la responsabilidad, desarrollan un impacto significativo en la personalidad, el comportamiento y habilidades en toda la vida.
Estas normas adquiridas en la familia, en la escuela y en su medio social son dignas de admiración en una sociedad culta.
Educar con estos valores, es una formación integral, no solo en el cumplimiento de las reglas establecidas, sino en una real comprensión y respeto, desde la infancia, en toda la vida personal, social y profesional. Es el sentir que refleja amor a los otros, es la ética social que busca la excelencia en toda persona y profesión como un producto integral de conocimiento aplicado al diario vivir
La responsabilidad consciente, nos transforma en personas confiables, amables, respetuosas, exigentes, autocríticas en todos los compromisos y actuaciones.
Son los procesos formativos para ser autodisciplinado y dialógico en su autoevaluación, es aprender, aprehender, desaprender y reaprender para lograr propósitos, éxitos con satisfacción personal por las transformaciones y el éxito alcanzado.
Comprender y contextualizar estos principios, es el germen para nuestra construcción personal, cultural, social, institucional, profesional
Las relaciones sociales son la base de nuestro bienestar emocional, nos estimulan, nos motivan, nos desafían y nos inspiran a seguir creciendo, de ahí la necesidad de formar una sociedad que se respete y sepa respetar siempre como verdaderos seres humanos en toda la vida.
Olvidar y estar pasando el tiempo viendo siempre lo negativo, los defectos de los otros y olvidándonos de nosotros mismos, principio que en lugar de unirnos nos separan llegando hasta quedarnos solos.
Desafortunadamente en la actualidad nuestra gran parte de la sociedad es una epidemia que busca el bien personal, el dinero y el éxito, pero destruyendo al otro.
El amor hacia nosotros, al otro y lo otro, es lo que fomenta y ayuda para que nuestras relaciones sociales funcionen de manera satisfactoria para convivir y ser feliz, para ello, se requiere cuidado, mucha atención y mucho esfuerzo para que funcionen bien, de lo contrario se vivirá siempre en la soledad, la estupidez la ignorancia los enemigos fatales de la felicidad, de la paz, porque crea y afecta la salud física y mental, enfermedades que día a día se van agravando constantemente y no permiten combatir los miedos y todos los sentimientos depresivos..
Practicar constantemente una buena comunicación, buscar sitios para interactuar, ser amigo leal para ir cultivando las amistades sinceras, son procesos activos para abandonar la soledad, el abandono intelectual e ir recuperando nuestro ser social con pertenencia que mantengan nuestra vida social feliz y activa en todas las etapas de nuestra vida, desde la niñez, e ir formando parte de nuestra comunidad familiar y social.
Él saber pensar, escuchar, dialogar y reflexionar salva vidas, es el paso fundamental para construir una sociedad más consciente y receptiva a las emociones y necesidades. Hablar salva vidas, y pensar el mundo y mi mundo nos ayuda a comprendernos mejor, es seguir explorando la filosofía en las causas de las crisis.
La salud mental, sensible no es solo una situación individual, sino un problema que debe abordarse desde una perspectiva integral, con conocimiento, con sensibilidad y con la convicción de que se puede prevenir.
La OMS considera la soledad como una de las epidemias de salud pública en el siglo XXI.
Como podemos observar la felicidad no es un sentido abstracto, sino una realidad alcanzable, un saber armonizar el bienestar físico, mantener relaciones sociales cordiales y estimulantes posibles y sentirnos útiles.
El bienestar físico es un pilar esencial, sin salud no se disfruta la vida, es limitada, las relaciones sociales nos dan apoyo humanitario para sentirnos útiles, tener metas, propósito, creación, es llenarse de energía, motivación y afrontar las situaciones y crisis del diario vivir.
La autorreflexión es significativa, preguntarnos como están estos vínculos en familia, en los amigos, en el trabajo, para cuidarlos y sobre todo saber escucharlos, frecuentar el dia-logos y dar fuerza y satisfacción a todas las relaciones necesarias, para conformar nuestras relaciones, tener más confianza en las personas constantemente y saber pedir ayuda cuando se necesite y darlas cuando sea necesario.
¿Por qué el reflexionar en la vida nos hace felices y talentosos?
El reflexionar actualmente marginado, es el actuar que investiga, interroga todos los principios del conocimiento y sobre todo su aplicación en cada contexto humano, generando comprensión crítica de mi mundo y del mundo.
Esta es la importancia de aprender a reflexionar, a preguntar, a pensar por sí mismo, ser crítico, son los cambios que necesita toda formación para argumentar su verdadero sentido, sin desconocer que es un proceso filosófico que implica un seguimiento pedagógico para ver dónde está la necesidad que cada ser humano necesita para vivir plenamente. Esto nos da la razón al interrogante, si reflexionamos y comprendemos, nos da luz a todo cuestionamiento.
Es aquí donde se hace necesario e importante el indagar su funcionalidad humana para una comprensión real, clara y profunda de la realidad del mundo, son los fundamentos del reflexionar y pensar por sí mismo, para indagar la experiencia sobre las suposiciones, creencias, percepciones de la realidad.
El hombre que piensa por sí mismo como ser inteligente, está constantemente reflexionando, observando, investigando, asombrándose, creando sobre las crisis y los conflictos de su mundo y del mundo, aplicando interdisciplinariamente los saberes aprendidos, aprehendidos, desaprendidos y reaprendidos, aclarando, argumentando o criticando con criterio lo que somos.
Ser reflexivo, pensador es una necesidad que hay que integrarla desde la infancia, en el hogar y desarrollar el pensamiento crítico, la comprensión clara, real de todos los saberes como medios de formación integral reflexiva para vivir mi mundo y el mundo
¿Será entonces que la reflexión y pensar por sí mimos, si sirven?
Somos lo que somos, pero también lo que aprendemos, aprehendemos, desaprendemos y reaprendemos
Todo este proceso formativo alimenta la curiosidad, el liderazgo, renace la creatividad, invita a un reflexionar crítico y como aprendemos mejor cuando aplicamos lo que aprendemos integrando los saberes a nuestra vida cotidiana personal y conservar nuestras relaciones sociales.
Este tipo de actuación no solo nos permite comprender el mundo, sino también imaginar, abstraer y crear habilidades que aún superan las capacidades y humanizan lo tecnológico.
El mal uso de los avances tecnológicos, propician situaciones negativas en el desarrollo personal, cognitivo, afectivo, destruyendo la reflexión, la creatividad, la emoción, el pensamiento crítico y la concentración para enfrentar situaciones complejas.
Todos buscamos mejorar, pero hay que preguntarse qué comprendemos, cómo los aceptamos, de qué calidad son, cuánto tiempo necesito para modificarlos y qué cosas deben suceder para mejorar, para que el tiempo y la historia nos den la razón
La educación en su proceso de formación debe repensarse y experimentar procesos que fortalezcan la creatividad, la reflexión, la comprensión, la concentración, el pensamiento crítico, el escuchar y saber leer, pensar, enemigos de la soledad, de la ignorancia y la estupidez, desde la infancia para ser felices en la vida.