Hace un tiempo escribí para este mismo medio una columna titulada «Entre la Sociedad del Conocimiento y la Sociedad de la Ignorancia». En ella, planteé una reflexión breve sobre un problema que nos afecta profundamente como sociedad. En esta ocasión, quiero ahondar en esta problemática, que sigue en aumento y se desarrolla ante nuestros ojos sin que muchos lo perciban. Nos está tomando ventaja, y, sin darnos cuenta, estamos contribuyendo a la expansión acelerada de la sociedad de la ignorancia.
En la actualidad vivimos en una era paradójica: nunca antes la humanidad tuvo acceso a tanta información como en la actualidad, pero, al mismo tiempo, enfrentamos una profunda crisis de ignorancia. Este fenómeno ha sido analizado por diversos académicos, quienes advierten sobre las consecuencias de la desinformación, la falta de pensamiento crítico y el impacto de la tecnología en la construcción del conocimiento. En esta columna, exploraremos la naturaleza de la «sociedad de la ignorancia», sus causas y las implicaciones para la democracia y el desarrollo social.
La Sociedad de la Ignorancia: Un Concepto Clave
El concepto de «sociedad de la ignorancia» fue desarrollado por Antoni Brey, Daniel Innerarity y Gonçal Mayos en su obra La sociedad de la ignorancia y otros ensayos (2009). En este libro, los autores argumentan que la sobreabundancia de información no se traduce en conocimiento, sino que, en muchos casos, genera confusión, superficialidad y desinformación.
Innerarity (2017) amplía esta idea al sostener que la ignorancia ya no es solo la falta de información, sino también la incapacidad de gestionarla adecuadamente. Este argumento es crucial en un mundo donde, según la UNESCO (2022), más del 60% de los usuarios de internet han sido expuestos a desinformación en línea. Además, un informe del Reuters Institute (2021) reveló que el 56% de las personas en América Latina desconfían de las noticias que consumen en redes sociales, lo que refuerza la tesis de Innerarity sobre la fragilidad del conocimiento en la era digital.
Dentro de las múltiples causas de la Ignorancia en la Era Digital he definido cuatro puntos de vital importancia para el presente análisis:
1. Desinformación y Fake News: La propagación de noticias falsas es uno de los grandes problemas de la era digital. Según estudios de Vosoughi, Roy y Aral (2018) en Science, las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas que las noticias verdaderas, lo que agrava la crisis del conocimiento. En mi opinión, este fenómeno no solo es responsabilidad de los algoritmos, sino también de la falta de educación en alfabetización mediática.
2. Algoritmos y Burbujas de Información: Pariser (2011) en The Filter Bubble explica cómo los algoritmos personalizan el contenido en línea, limitando la exposición de los usuarios a opiniones diversas. Un estudio de Pew Research (2022) muestra que el 64% de los usuarios de redes sociales en EE.UU. solo consumen noticias de fuentes que refuerzan sus creencias preexistentes. En este sentido, la burbuja de filtros no solo restringe el conocimiento, sino que polariza a la sociedad, debilitando el debate democrático.
3. Crisis del Pensamiento Crítico: Martha Nussbaum (2010) en Not for Profit: Why Democracy Needs the Humanities argumenta que la educación está cada vez más orientada a resultados medibles y no al desarrollo del pensamiento crítico. De hecho, un informe del Foro Económico Mundial (2021) advierte que el 85% de los empleadores consideran que la falta de habilidades críticas en los jóvenes es un problema grave. Estoy de acuerdo con Nussbaum en que un sistema educativo basado únicamente en pruebas estandarizadas debilita la capacidad de los estudiantes para cuestionar y analizar información de manera autónoma.
4. Infoxicación y Superficialidad: La sobrecarga de información puede generar fatiga cognitiva y promover un consumo rápido y acrítico del conocimiento, como advierte Nicholas Carr (2010) en The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains. Un estudio de Microsoft (2020) encontró que la capacidad de atención promedio de una persona ha disminuido de 12 a 8 segundos en la última década, lo que respalda la teoría de Carr sobre la superficialidad del conocimiento en la era digital.
Ahora bien, una vez identificadas estas causas, la ignorancia en la sociedad digital genera graves consecuencias en distintos ámbitos, a los cuales he denominado Efectos Disruptivos de la Ignorancia en la Era Digital (EDIED) y que, a su vez, he clasificado en diversas categorías:
• Democracia y Política: Innerarity (2017) sostiene que la falta de una ciudadanía informada favorece el populismo y la manipulación política. Esto se refleja en el aumento de gobiernos populistas en América Latina, donde, según Latinobarómetro (2021), el 45% de los ciudadanos desconfía del sistema democrático y el 35% apoya líderes autoritarios. Esto nos puede llevar al colapso, al fracaso o incluso sin ser apocalípticos al preámbulo del fin de las democracias actuales, de hecho, ya se está evidenciando en diferentes repúblicas del mundo.
• Ciencia y Salud Pública: La desinformación sobre vacunas y salud en general ha puesto en riesgo avances científicos fundamentales (Lewandowsky, Ecker & Cook, 2017). Durante la pandemia de COVID-19, un informe de la OMS (2021) indicó que la desinformación contribuyó a la reducción en la tasa de vacunación en un 15% en algunos países.
• Economía y Trabajo: La automatización y digitalización del trabajo requieren habilidades complejas, pero la falta de educación adecuada genera brechas en la empleabilidad (Autor, 2015). Según el Banco Mundial (2022), el 40% de los trabajadores en países en desarrollo carecen de las competencias necesarias para los empleos del futuro. Sin embargo, el desafío en esta categoría es que la mano de obra se capacite al ritmo acelerado de la tecnología, especialmente en el ámbito digital. Aquellas personas que no se adapten a la era digital y tecnológica, o que se resistan al cambio, corren el riesgo de quedarse sin empleo, ya que sus competencias quedarán desactualizadas en comparación con quienes estén dispuestos a aprender y evolucionar.
Pero, ¿Cómo Combatir la Sociedad de la Ignorancia? A continuación, se proponen cinco líneas estratégicas para abordar y dar solución pertinente a la problemática planteada:
1. Educación Basada en el Pensamiento Crítico: Es fundamental transformar el sistema educativo para que deje de centrarse únicamente en la memorización y el rendimiento medible, y se enfoque en desarrollar habilidades analíticas y reflexivas. Esto implica:
- Revisión curricular interdisciplinaria: Incluir asignaturas y módulos que integren el análisis de información, la lógica y el debate, promoviendo la discusión sobre temas controvertidos.
- Capacitación docente: Formar a los profesores en metodologías de enseñanza que impulsen el pensamiento crítico, de modo que puedan guiar a los estudiantes en la evaluación y verificación de la información.
- Evaluación de competencias: Implementar evaluaciones que premien la capacidad de argumentar, investigar y cuestionar, en lugar de valorar únicamente la repetición de datos.
Esta estrategia se respalda en estudios que demuestran que los programas educativos centrados en el pensamiento crítico reducen la vulnerabilidad a la desinformación y fortalecen la capacidad de discernimiento de los ciudadanos.
2. Responsabilidad de los Medios y Redes Sociales: Los medios de comunicación y las plataformas digitales juegan un papel crucial en la formación de la opinión pública. Para combatir la ignorancia se requieren medidas tales como:
- Regulación y autorregulación: Establecer normativas claras que exijan transparencia en la difusión de información, así como la verificación rigurosa de las noticias.
- Algoritmos éticos: Promover el desarrollo de algoritmos que no solo personalicen el contenido, sino que también aseguren la diversidad de fuentes y la exposición a múltiples puntos de vista.
- Colaboración con verificadores de datos: Incentivar la alianza entre medios, plataformas digitales y organizaciones de fact-checking para detectar y contrarrestar la propagación de noticias falsas.
Este enfoque se alinea con recomendaciones de organismos internacionales como la UNESCO, que subraya la importancia de la responsabilidad ética en la era digital.
3. Fomento de la Alfabetización Mediática y Científica: Incrementar la capacidad de la ciudadanía para identificar, analizar y contrastar información es esencial:
- Campañas de educación pública: Implementar programas y talleres, tanto en instituciones educativas como en espacios comunitarios, que enseñen a los ciudadanos a utilizar herramientas de verificación y a distinguir entre fuentes confiables y dudosas.
- Uso de recursos digitales interactivos: Desarrollar plataformas y aplicaciones que faciliten el acceso a información contrastada y que permitan a los usuarios practicar habilidades de análisis crítico.
- Integración de la alfabetización en todos los niveles educativos: Desde la escuela primaria hasta la educación superior, con contenidos adaptados a cada grupo etario.
Este proceso es vital para reducir la dependencia en fuentes sensacionalistas y mejorar la calidad del debate público.
4. Fortalecimiento de la Participación Ciudadana y el Debate Público: Una sociedad informada se construye también a través de la participación activa en espacios de diálogo y deliberación:
- Foros y debates comunitarios: Crear y fomentar espacios en los que ciudadanos, expertos y líderes locales puedan discutir temas de interés, compartir perspectivas y resolver dudas en un ambiente de respeto y colaboración.
- Iniciativas de periodismo ciudadano: Apoyar plataformas donde la comunidad pueda aportar información verificada y contar sus propias experiencias, enriqueciendo el espectro informativo y reduciendo la brecha entre la sociedad y las instituciones.
- Participación en la toma de decisiones: Incentivar la implicación de la sociedad en procesos democráticos y consultas públicas, asegurando que las voces de distintos sectores sean escuchadas y consideradas en la elaboración de políticas públicas.
5. Inversión en Tecnologías de Verificación y Herramientas de Contrachequeo: La tecnología puede ser aliada en la lucha contra la desinformación si se invierte en:
- Desarrollo de inteligencia artificial para fact-checking: Crear algoritmos que detecten y alerten sobre información falsa o manipulada, basados en datos de fuentes confiables y actualizadas.
- Plataformas colaborativas: Fomentar la creación de comunidades digitales dedicadas a la verificación de noticias, donde expertos y ciudadanos puedan trabajar conjuntamente para validar la veracidad de la información.
- Acceso a datos abiertos: Facilitar el acceso a bases de datos públicas y transparentes que permitan a la ciudadanía y a los investigadores analizar y corroborar información de interés público.
Estas herramientas tecnológicas son fundamentales para contrarrestar la rapidez con la que circulan las noticias falsas, permitiendo una respuesta oportuna y coordinada.
Para concluir, la sociedad de la ignorancia es un fenómeno complejo, alimentado por la sobreabundancia de información, algoritmos que crean burbujas de filtros y un sistema educativo que en muchos casos ha dejado de fomentar el pensamiento crítico. Abordar este desafío requiere un enfoque multidimensional y coordinado que involucre a instituciones, medios, tecnología y, sobre todo, a cada ciudadano.
Implementar una educación transformadora basada en el pensamiento crítico no solo empodera a los individuos para que sean consumidores activos y responsables de la información, sino que también fortalece los cimientos de la democracia. Al mismo tiempo, la responsabilidad de los medios y la regulación de las redes sociales son esenciales para asegurar que la información que circula en el espacio público sea veraz, diversa y constructiva. Sumado a esto, la alfabetización mediática y científica, junto con el fortalecimiento de la participación ciudadana y el desarrollo de tecnologías de verificación, ofrecen un marco integral para contrarrestar la desinformación y fomentar una cultura del conocimiento.
En última instancia, combatir la sociedad de la ignorancia es un reto que demanda la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Es una inversión en el futuro, ya que solo a través de un compromiso firme con la educación, el diálogo y la transparencia podremos construir una comunidad informada, resiliente y capaz de enfrentar los desafíos de la era digital. El camino hacia una sociedad más consciente y crítica es largo, pero esencial para garantizar el bienestar, la democracia y el progreso en un mundo cada vez más complejo y dinámico.
* Prof. Relaciones Internacionales y Estudios Políticos