Samaria Márquez Jaramillo
En Literatura triunfa ahora lo simple, lo no retorcido: El amor y la aldea, la angustia histórica y el perdón.
Cuando algunos izquierdosos y otros pueblerinos “críticos literarios” me preguntan porque demuestro cortedad de imaginación y pobreza de temas repitiendo mi amor por La Tebaida, ni me despeino ni se me sube la presión porque me sé de memoria un poema de Jorge Robledo Ortiz que dice:
“Si no queremos la Patria, si no sufrimos por ella,/ si sus angustias no suben por el cauce de nuestras venas,/ si al ir gastando caminos no nos sentimos de tierra./Si en un apretón de manos no apretamos la bandera./Si no escuchamos el Himno con el corazón por fuera,/ si el viejo solar nativo ya no se vuelve poema,/ si despreciamos la panela que se sirve a nuestra mesa,/ si ser colombiano honrado no es suficiente/, y lo mismo que un cilicio nos aprieta la frente, si la heredad de los padres ya se nos hace pequeña. Y envidiamos el solar de otra nación extranjera, si en los hijos no sembramos honor de glorias pretéritas, /aunque por cada laurel haya una cruz de madera, entonces es porque somos inferiores a la tierra. / Si no queremos la Patria, ya nada vale la pena”
Y otro poema de Alberto Hinostroza Llanos:
Olvidamos la patria. Ya no sabemos nada de las tumbas sagradas que nos dieron honor./La lección del maestro se quedó en la pizarra/y el camino a la escuela ya también se olvidó./Ya no sabemos nada de esa lejana infancia/cuando sentir la patria era sentir a Dios./En ese viejo tiempo el padre nos contaba/que en la bandera ardía el heroísmo en flor./Ya no vale la pena remover las heridas/las fechas que dolían están perdidas/y en pública subasta vendemos el laurel./Apuramos la copa de llanto con champaña,/mientras toda Colombia se rasga las entrañas/porque no existe un hijo que con guarapo le calme la sed!”.
Por todo lo anterior siento que no es necesario asumir lo canalla y abominar de lo no trascendental, para triunfar en la Literatura. Por mi parte hago honor a mi abuelo que alguna vez, allá en el fondo de la extensión territorial de La Tebaida, en los linderos con el Valle del Cauca proporcionados por el rio De la vieja, una vez cuando le dije que se lavara las manos porque las tenía llenas de tierra, él me contestó: No mijita, mis manos no están sucias: Es que me estoy desangrando… Y luego me aconsejó: Venera las cosas simples que te den honor.
Es cierto: En mi Literatura abundan las cosas y situaciones no retorcidas, en las que evito el facilismo y la ingenuidad.
Nuestra capacidad de fabular
Juan Gómez-Jurado
Juan Gómez-Jurado es el escritor más leído de España y del mundo en lengua castellana. Es conocido por sus novelas de suspenso y thriller, entre las que destacan la saga Reina Roja.