Símbolo de protección, de medicina ancestral, de mitos y leyendas.
Desde el origen y con el paso del tiempo, la serpiente ha adquirido una gran cantidad de significados espirituales, simbólicos, mágicos, ancestrales y medicinales por diferentes culturas y religiones. Su contacto directo, casi agudo con la tierra, le permite moverse, protegerse y conocer su entorno de una manera casi misteriosa, de manera que su forma de habitar nuestro mundo es motivo de curiosidad para muchos humanos.
Como es el caso de Jacobo Vanegas Herrera, estudiante de noveno semestre del programa de Biología de la Universidad del Quindío y oriundo de Riosucio, Caldas, que decidió realizar su proyecto de grado acerca de los Saberes y percepciones sobre las serpientes en el resguardo de origen colonial Cañamomo Lomapietra, ubicado en Riosucio y Supía, Caldas.
¿Por qué las serpientes?
Para Jacobo, las serpientes son seres maravillosos, y ha vivido en constante contacto con ellas. “Escogí investigar las serpientes porque, por un lado, son organismos vivos que hasta cierto punto son incomprendidos, ya que están asociados a la cultura del peligro, del miedo o de los malos agüeros, y no tanto a la admiración o al respeto. Por el otro, porque las etnias o muchas comunidades indígenas tienen un punto de vista diferente: las ven como símbolo de protección, de medicina ancestral, de mitos y leyendas”.
Sin embargo, el paso del tiempo y de las generaciones ha hecho que esos saberes ancestrales sobre estos reptiles sin pies desaparezcan, ya que los niños y jóvenes no sientes interés. Entonces, la investigación de Jacobo contempla, primero, el conocimiento y la identificación de las serpientes que hay en el resguardo y si son o no peligrosas; y segundo, qué saberes y percepciones hay en este territorio sobre las serpientes, teniendo en cuenta la palabra de los mayores, de los sabedores del territorio, y la visión de los niños que habitan esta comunidad.
Conservación biocultural
El proyecto de extensión uniquindiano que acompaña su trabajo de grado se titula Rescatando la memoria de la dama (serpiente): un ejercicio para conocer y conservar las serpientes en el resguardo colonial Cañamomo Lomaprieta ubicado en Riosucio y Supía, Caldas, Colombia. La necesidad de este proceso radica en que parte del cuidado de nuestra biodiversidad se enfatiza en la importancia de trabajar con comunidades rurales e indígenas para proteger las especies de flora y fauna, así como de promover la educación comunitaria y la divulgación científica adaptadas a los contextos socioculturales locales.
La directora de tesis del biólogo en formación es la docente del programa de Biología, Mónica Valencia Rojas: “este proyecto busca hacer ejercicio con las comunidades y los entornos con un amante y conocedor de serpientes que quiere saber más de ellas. El rescate de la memoria ancestral que Jacobo está haciendo con la comunidad, y en campo, va a ser llevada a la educación y va a permanecer allí a través de posters, fotografías, impresiones 3D de los organismos, vídeos y herramientas de conservación”.

Otro de los motivos por los que el uniquindiano decidió estudiar estas serpientes en ese territorio es la necesidad de comprender los nombres comunes, qué mitos hay relacionados con las serpientes, qué significado tienen los simbolismos asociados a ellas, cuáles leyendas permanecen aún en la comunidad, cuáles son medicinales, entre otras.
Así pues, de acuerdo a esas historias, relatos y conocimientos ancestrales obtenidos a través del resguardo indígena, la intención del proyecto es preservar y transmitir ese conocimiento a las nuevas generaciones, en este caso específico a los estudiantes de grado sexto a décimo de la Institución Educativa Sipirra, por medio de un curso que lleva como nombre “Rescatando la memoria de la dama”. Dama, en lengua emberá, quiere decir serpiente, y la comunidad indígena Cañamomo Lomaprieta es de origen Emberá-Chamí. La dama, a su vez –cuentan los sabedores del resguardo– puede simbolizar agua, vida, protección, camino, montañas sagradas.
Hasta el momento, Jacobo y la comunidad han podido identificar cerca de 20 especies de serpientes en el territorio que rodea el resguardo indígena, de las cuales 3 son de importancia médica. “Uno de los objetivos es conocer esas serpientes que son potencialmente peligrosas y enseñarle a los niños y niñas de la escuela cómo identificarlas, qué relatos hay con cada una de ellas y de qué manera actuar cuando se las encuentren”, explicó Vanegas Herrera.
El curso contempla, además de la información clara sobre las serpientes halladas en dicho territorio, juegos y dinámicas creadas por el uniquindiano relacionadas a estos animales que buscan, principalmente, activar en los niños y niñas esa chispa de la curiosidad: “que ellos mismos quieran preguntarle a sus abuelos o familiares cómo se llaman las serpientes, cómo viven, qué historias relacionadas hay con ellas, cuáles han visto y de qué forma se relacionan, y así conservar su memoria y, sobre todo, su importancia ecológica”.
En un cuaderno de una niña que estudia en la Institución Educativa Sipirra y que habita el resguardo, se reza el siguiente poema de su autoría: «Serpientes silenciosas / deslizándose sin ruido / entre la hierba y la sombra / sus secretos guardan con cuidado. Con ojos fríos y brillantes / observan su reino sin fin / donde la astucia y la fuerza / son las armas que siempre triunfan».