“Señora Muerte que se va llevando todo lo bueno que en nosotros top»

25 marzo 2025 10:46 pm
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                                                         León de Greiff

Homilía en las exequias del señor Heriberto Giraldo López, Capilla del Espíritu Santo, parque Fundadores Armenia, Quindío. Giraldo López falleció a los 85 años de edad y fue sepultado en Circasia, Camposanto católico.

Siempre será dolor en el corazón,  registrar la pérdida de alguien amado,  respetado y querido. Nos quedan siempre en la cicatriz de los recuerdos, las acciones sinceras de quienes nos acompañaron  en la cercanía de sus afectos en el tránsito de la existencia. Así los días y los años que orlaron la vitalidad de Heriberto Giraldo López a quien hoy despedimos a la eternidad, los evocamos y sellamos con los oficios religiosos que celebramos en este instante, también con el tributo cierto del amor de sus hermanos, su esposa, sus hijos, la diáfana claridad de la amistad de centenares de amigos y de quienes lograron el privilegio humano de su compañía. Hoy 28 de febrero de 2025 tributamos su cuerpo al dulce amparo de la tierra quindiana que vio crecer a este varón de principios morales, con todas las sabias enseñanzas de sus padres Gonzalo Giraldo y Teresa López Osorio, ya bien lejanos en la eternidad de la muerte, y que fueron virtudes de su vida recta y honesta hasta su final tan lleno de dolores y vicisitudes.

En verdad, Heriberto Giraldo López descendía de una estirpe pura en la sangre de sus antepasados. En el ayer brumoso de los recuerdos, su estampa de hombre bueno acude a nuestra memoria: formó su hogar con alegría, procreó a sus hijos, moldeó la conducta campesina y sencilla de su vivir y sirvió con creces al prójimo, a los suyos. Fue funcionario judicial en un lejano pasado y gozó de los beneficios de una vejez respetable.

Heriberto Giraldo López debe decirse con la plenitud de las palabras, fue un hombre de bien. Sus sanas costumbres le venían de la herencia paternal; el respeto a sus prójimos y sus ideas fue proverbial en sus expresiones; jamás se le oyó maledicencia alguna que perjudicara honores y prestigios. En fin, su vida transcurrió sin los vaivenes azarosos en el marco del estar diario de la existencia pueblerina en Circasia y Armenia, cuyas landas y montañas amó con ese espíritu vernáculo que le corría por sus venas y estremecía sus íntimas y elementales emociones.

Se ha dicho y repetido hasta la saciedad que el destino de los hombres es la muerte; y ella, creemos, es el complemento natural de la vida. Así, Heriberto Giraldo López ha cumplido su periplo y misión terrenal y regresa al seno del principio existencial. Su voz se ha apagado pero la llama de su presencia espiritual es aliento votivo en los corazones de los seres íntimos que lo fueron al lado de su sencillo vivir y de sus numerosos amigos que hoy se congregan al lado y lado en el camino de su partida.

Llegue pues al descanso definitivo en la tierra prodigiosa del Quindío, Armenia y Circasia,  el cuerpo de este buen señor, cuyo ejemplar comportamiento ciudadano exaltamos en esta hora. Sus principios de honestidad, honradez, equidad y la entrega total a los suyos y el servicio desinteresado a los demás que marcaron su existencia, servirán de recuerdo con su estampa sencilla de hombre íntegro, sano de alma y de generosos principios espirituales y humanos. Viaja a la eternidad del descanso el familiar, el amigo, el compañero Heriberto Giraldo López y sus virtudes, que fueron múltiples, recogemos desde ya en el álbum de nuestra memoria.

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