Iván Restrepo R
Pareciera ser que el concepto de “Viajar es un placer” por estos días está mandado a recoger, son tantas las reglas y restricciones a las que nos debemos acoger que, quienes tuvimos la fortuna de viajar 30 o 40 años atrás, nos es difícil llevar a cabo la proeza de coronar todos los tramites antes de sentarnos felizmente en la silla del avión, especialmente para una persona como yo, un adulto mayor.
En mi caso me siento afortunado al darme cuenta que toda la maniobra la puedo hacer sin la ayuda de un tercero, inclusive dando una mano a otros que no están familiarizados con toda esta tramitología que, para completar, demanda tener en su Smart Phone las apps de cada aerolínea que ofrece vuelos desde y hacia los destinos que en algún momento necesitemos. Ahora bien, pareciera que todas las aerolíneas de este lado del mundo están acogiéndose a la modalidad de “Aerolíneas de Bajo Costo” (“Low Cost Airlines” en inglés).
Muchas de las aerolíneas se han inventado una modalidad de tarifas en donde el factor equipaje juega un papel esencial, al punto tal que en muchos casos vale casi la mitad del vuelo facturar una maleta en bodega. Antes uno podía subirse a cabina con una maleta tipo “Carry On” y un morral, mientras que ahora, si bien, volar con un solo morral no se paga, de ahí en adelante hay que estar preparado hasta para pagar por esa maletica pequeña que cabe en el compartimento superior o debajo de la silla. Mi recomendación es que se cercioren muy bien a qué tienen derecho en lo que compete a equipajes, no sea que se lleve una ingrata sorpresa al momento de abordar.
En mi último vuelo, realizado la semana pasada, se me ocurrió hacer uno de los que he bautizado “Sondeos de a bordo”, encontrándome que es poca la gente que utiliza la opción de entretenimiento a bordo, servicio que requiere del uso de un Smart Phone, tableta o PC, sencillamente por que no pueden conectarse como la aerolínea lo sugiere. No estaría mal una mejor campaña promocional al respecto; me imagino que hasta los anunciantes comerciales deben estar haciéndose la misma pregunta.
En mis últimos vuelos he notado que la propuesta de comida y bebida a bordo no es muy demandada y definitivamente tiene que ver con la oferta de precios. He acá algunos ejemplos que pude constatar en el caso de Avianca:
- Sándwich Focaccia Margarita (Pan focaccia con queso mozzarella y tomates deshidratados): $26.000 pesos o US9.00.
- Sándwich de carne desmechada: mismo valor que el anterior.
- Un combo de croissant y una bebida gaseosa: $31.000 o US11.50.
- Bolsita pequeña de maní salado: $8.000 o US4.00 (este último no hace relación pesos versus dólares ya que la diferencia es el doble).
- Una bebida gaseosa: Alrededor del mismo precio que el maní
Para usted amigo lector que desea conocer el menú a bordo de Avianca:
https://static.avianca.com/media/zrnfkzlr/20250212_cafe-del-cielo.pdf
Pude constatar casi al final del vuelo, cuando los auxiliares pasaron con la bolsa para recoger las basuras de los pasajeros, que muy poca gente depositó algo. Puedo estar seguro que utilizando una estrategia de precios más ajustada, con precios hasta por la mitad de lo que ahora cobran, es lógico que podrían incrementar el consumo, esta es una sencilla regla de mercado. Este tema no termina aquí, ya vendrán mas comentarios a este respecto.
Hasta la próxima,