EL BUENO DE LOS MALOS

22 marzo 2025 9:30 pm
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Guillermo Salazar Jiménez

No fue su seriedad para escuchar ni las frases utilizadas para defenderse lo que le llamó la atención,afirmó Juanita Lectora, sino los personajes que asistieron como testigos en su defensa. Cuesta aceptar que la mayoría de los asistentes al proceso del expresidente Uribe, comentó Juanita, sean delincuentes confesos, asesinos condenados y personajes de mala reputación. Se preguntó: ¿Por qué a un hombre bueno lo defienden hombres malos? Con el escritor de Medellín Tomás Gonzáles, en Abraham entre bandidos, se respondió:  Cuesta ser bueno. Ser malo, también.

Con Thomas Paine, político estadounidense, RusbelCaminante consideró que este caso único de un expresidente ante los jueces está cerca, como proceso judicial verosímil, de enfrentarse con malos medios y por hombres malos. Si el expresidente obró de buenamanera, se espera que nunca podrían ser los bandidos dignos testigos para defender su posible delito. Porque si se desea sentir la fuerza del viento es necesario caminar contra él, agregó Rusbel, nunca dejarse llevar. Defienden su bondad porque la maldad les permite, como testigos, aparentar ser buenaspersonas.  

Cierto Rusbel, afirmó Juanita, lo dijo Albert Eisntein: El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad. De allí que denunciado y defensa se unen por el carácter de larelación, donde su aparente proceder como mala gente obliga a los oyentes colombianos a dudar de los buenos. Si al expresidente lo defienden personas con antecedentes criminales, autoriza a los demás para señalar a la justicia colombiana como ente de oscuro proceder y, peor, comentó Juanita, justificar a los malhechores como testigos estrellas en los procesos judiciales. Claro, los bandidos pueden testificar, pero la duda anida cuando son mayoría como en el proceso mencionado. Cierto Sartre, “Lo más aburrido del mal es que a uno lo acostumbra.”

Rusbel Caminante consideró como en Colombia, con en este caso, lo inverosímil supera la realidad del significado ético de la justicia, lo aseguró Dickens, “El número de malhechores no autoriza el crimen”, para recordarnos cuánto vale recurrir a otros testigos y asíolvidar que los delitos no pueden estar amparados por las malas acciones de delincuentes amigos. O aquellos testigos buscan beneficios oscuros o tienen pavor de ser denunciados por aquel que hoy defienden, le dijo Rusbel a Juanita. 

Al comienzo mencioné la novela Abraham entre bandidos, expuso Juanita, donde víctimas y victimariosunen sus vidas para descubrir que los enemigos se convierten en cómplices cuando se comparte igual miseria. Pero estoy convencida que entre bandidos la amistad no perdura porque la maldad supera los abrazos simulados y los pactos innombrables. Para demostrarlo le leyó a Rusbel lo que subrayó en la página 129, “¿Te estoy diciendo yo que Enrique sea un genio? No. Lo único que te estoy diciendo es que, si no fuera por él, a esta hora la Hiena esa nos hubiera puesto la lengua de corbata. En aquel proceso, concluyó Juanita, los testigos estrellas pensarán que el acusado es el bueno de los malos.

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