La soledad de los adultos mayores en el Quindío

19 marzo 2025 10:35 pm
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Informe completo de la Universidad del Quindío sobre la situación de esta población

Con frecuencia se repite un titular en el Quindío: Adulto mayor fue abandonado. En cada noticia, la historia es la misma: adultos mayores que sufren violencia, discriminación, soledad, abuso y abandono. Este problema no puede pasar desapercibido en un departamento como este, el más longevo de todo Colombia. Por ello, asumimos la tarea de trazar un panorama sobre la situación. Rápidamente encontramos datos e información clave relacionados con el retraso en las transferencias que deben realizar las entidades gubernamentales a los centros de bienestar y centros día, la falta de capacidad instalada, la desatención de adultos mayores en las calles… Y la lista continúa.

Dane

En el informe más reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) sobre las características generales de la población adulta mayor en Colombia, se trazó un panorama del país y del Quindío (2021). Por un lado, se destacó la situación particular del departamento del Quindío, donde el 19,2% de su población está compuesta por personas de 60 años y más, la cifra más alta del país. De igual modo, el informe reveló otros datos que aclaran la situación: a pesar de que la población adulta mayor en el Quindío tiene acceso a ciertos servicios, aún existen brechas significativas en términos de educación y empleo. Por otro lado, la mayoría de los adultos mayores en el departamento solo alcanzan el nivel educativo básico, lo que contribuye a una mayor prevalencia de analfabetismo en comparación con el resto de la población.

Pobreza

En cuanto a la seguridad social, el informe indicó que la afiliación a pensiones ha ido en aumento, pero aún es insuficiente para garantizar una calidad de vida digna para todos los adultos mayores. A esto se suma que solo un porcentaje reducido de esta población cuenta con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, lo que plantea un desafío importante en términos de pobreza monetaria. Según se describe en el informe: «A nivel nacional, la incidencia de pobreza monetaria en jefes(as) de hogar mayores de 65 años fue del 27%, siendo mayor en centros poblados y rural disperso (42,7%) y en otras cabeceras (31,9%)».

Realidad de los centros de bienestar

La fachada conserva con dificultad su blancura. En la entrada se lee, con letras doradas: Centro de Bienestar del Anciano El Carmen. El jardín es amplio. Allí viven 150 adultos mayores, de los cuales 120 son población vulnerable (adultos en situación de abandono, con alguna discapacidad o de escasos recursos económicos). Los otros 30 están bajo la figura de pensión y media pensión.

El lugar está compuesto por varios edificios de un solo piso. Alrededor, en un quiosco, unas practicantes les arreglan las uñas a hombres y mujeres, con La gata bajo la lluvia en la voz de Rocío Dúrcal como banda sonora. Una enfermera intenta que un anciano tome unas pastillas. Otra, detrás de un escritorio, saca medicamentos de unas bolsas, revisa las fechas de caducidad y los guarda en otra bolsa. Una mujer limpia las mesas y regresa a la cocina, mientras otra tiende las cobijas recién lavadas y producto de donaciones en el tendedero. En los pasillos hay adultos mayores en sillas de ruedas, sillas plásticas o recostados contra los muros. A veces parece que no están, que lo único que permanece es su cuerpo. Un par juega dominó.

“Hay un problema gravísimo aquí. No hay lugares para atender la demanda de adultos mayores vulnerables. Hay un problema enorme con habitantes de calle, por ejemplo. Aquí tenemos algunos, y otros que son pacientes psiquiátricos”, comentó Arcesio Campo Mejía, director del Centro de Bienestar El Carmen y representante legal de la Asociación Quindiana de Centros de Bienestar.

Demanda

Y agregó: “De todo el país están llegando adultos mayores a Armenia buscando tranquilidad y comodidad. Hay una gran demanda, pero no una oferta por parte de la administración. Aquí somos más adultos que jóvenes. Nos preocupa que nos estamos quedando cortos en atención, y el Estado no dispone de los recursos físicos, humanos y económicos para responder a esto”.

El costo estimado para el sostenimiento de un adulto mayor vulnerable ronda el $1.800.000. Este monto incluye alimentación, alojamiento y cuidados básicos (atención médica, suministro de medicamentos, traslados a clínicas y hospitales, así como acompañamiento en la cotidianidad, entre otros). No obstante, estos costos aumentan dependiendo de las morbilidades: problemas de hipertensión, dependencia de oxígeno, patologías mentales, distintos tipos de cáncer, dificultades para el control de esfínteres, limitaciones parciales o totales de movilidad, entre otros.

Lo anterior, contrasta con los ingresos provenientes de las estampillas, que, por adulto mayor, no alcanzan el $1.000.000. “¿Cómo hacemos para complementar? Hay personas que se acercan y nos donan ropa, pañales, medicamentos y elementos de aseo. Así como otras gestiones que realizamos”, explicó el director. Respecto a la duración de las estadías de las personas que llegan allí, se conoció que muchas son recibidas a los sesenta años y permanecen en el centro hasta su fallecimiento. “Estamos hablando de estadías que pueden durar entre 30 y 40 años en estas instituciones”, dijo.

Recursos no llegan

Sobre el tema económico, también señaló que con frecuencia enfrentan épocas complejas porque los recursos no son transferidos en los tiempos que legalmente se estipulan. “Hay épocas en las que el recurso que nos debe llegar no fluye de manera ágil. La alimentación, por ejemplo, es necesaria hoy, no en tres o cuatro meses. Además de las estampillas, tenemos el programa Colombia Mayor. Antes nos daban $80.000 por cada adulto mayor que teníamos en el centro. En el 2023, solo nos cancelaron tres meses, y al 2024, llegó julio y no nos han pagado ni un mes”, afirmó.

El Centro de Bienestar del Anciano El Carmen cuenta con alrededor de 30 trabajadores: auxiliares de enfermería, gerontólogas, auxiliares de cocina, vigilantes, cuidadores y personal de servicios varios. “A diferencia de los centros día, que solo atienden a los adultos mayores durante un par de horas y abren o no dependiendo de si ya cuentan con los recursos, nosotros tenemos una responsabilidad mayor porque estamos comprometidos las 24 horas, los 7 días de la semana. Sin embargo, apenas nos asignan el 30% de los recursos”.

Abandono en hospitales

El Hospital Departamental Universitario del Quindío San Juan de Dios, con corte a julio de 2024, tenía 23 pacientes en condición de abandono (en servicios de medicina interna). Estos pacientes suman estancias prolongadas de 152, 65 y 56 días, y sus condiciones de salud implican limitaciones funcionales o de cuidado (es decir, requieren de un cuidador o de una persona que, de manera permanente, esté a su lado para movilizarlos, asearlos o alimentarlos).

Frente a esta problemática, consultamos al Dr. José Isaac Mosquera Ochoa, subgerente asistencial del Hospital, quien destacó: “Hay una particularidad. Son adultos mayores que no son aceptados por sus condiciones de salud en instituciones, ya que estas no cuentan con el personal necesario, ni tienen los recursos o la capacidad requerida”.

Una vez resuelta la parte clínica, el doctor explicó que se solicitan valoraciones por parte de trabajo social y psicología, y se sigue la ruta establecida: se contacta a los entes municipales y departamentales para iniciar procesos de restitución de derechos o buscar lugares donde estas personas puedan ser recibidas para continuar con su cuidado. “Este es un tema muy sensible. Algunos adultos mayores llegan con un acudiente, quien manifiesta no poder hacerse cargo del cuidado. Es un tema sobre el que hay que sensibilizar. La solución no es venir y abandonar a su familiar en una institución hospitalaria. También están los casos de personas que llegan sin un acudiente o familiar”, afirmó.

A esto se suma que el Hospital permanece con el 95% de su capacidad ocupada. “Al tener pacientes con estancias prolongadas que ya resolvieron su situación clínica, se generan costos adicionales por su permanencia. Además, es una cama que no puede ser utilizada por otro paciente que tenga una condición de salud que amerite hospitalización. Esto representa una dificultad significativa para el Hospital”, concluyó el Dr. Mosquera.

Discusión: recursos gubernamentales y problemas

Una de las situaciones que históricamente ha puesto en aprietos a los centros de bienestar (donde los adultos mayores pernoctan) y a los centros día del Quindío (donde los adultos mayores solo pasan el día) tiene que ver con los recursos que provienen de las estampillas. En la actualidad, el recurso de la estampilla por adulto mayor se distribuye de la siguiente manera: el 70% está destinado a los centros día o centros vida, y el 30% a los centros de bienestar.

Sobre este tema, Claudia Janet Ladino Restrepo, directora del programa de Gerontología de la Universidad del Quindío, expresó que el panorama es preocupante. “Nosotros, como programa, cuando vamos a realizar nuestras prácticas o a establecer convenios, nos encontramos con que el centro vida no ha arrancado porque no les han desembolsado los recursos. Ahora, ¿qué pasa con los centros de bienestar, donde los adultos mayores están de manera permanente?”.

Y agregó: “La preocupación es: ¿por qué no se hacen los desembolsos a tiempo? ¿Qué es lo que obstaculiza? Este ha sido un tema de vieja data, pero habría que poner el ojo en esa situación, pues los adultos mayores son los más afectados, sin hablar de todo lo que gira en torno a ellos: el personal que los cuida, el personal que los alimenta, todo lo que implica la atención a estas personas”.

Por su parte, Liliana Maritza Naranjo Arboleda, gerontóloga y directora de la Fundación Hogar Anita Gutiérrez de Echeverry, indicó que actualmente solo viven allí ocho adultos mayores que dependen de los recursos de las estampillas, debido a las problemáticas que se presentan para la transferencia de recursos: “La situación de la población de adultos mayores es precaria. Son muchas las necesidades que no se suplen: falta alimentación, hay violación de derechos como el acceso a la salud, medicamentos y atención. Es deplorable la situación porque los programas y las políticas no se aplican como deberían. Por ejemplo, las transferencias nunca son suficientes y nunca se cumplen las fechas establecidas. Aquí, el sostenimiento de un adulto mayor está entre 2.200.000 y 2.500.000, pero hubo momentos en los que nos hicieron transferencias de $32.000 por mes. Es un monto irrisorio”.

Asimismo, Yenifer Usme Cardona, gerontóloga, expresó gran preocupación porque el Quindío no está preparado para la atención de adultos mayores “por desconocimiento y falta de inversión en programas de salud y desarrollo social. Ni a los adultos vulnerables ni a los que llegan al departamento pensionados los atendemos con estrategias o una oferta de programas que respondan a sus necesidades. El diagnóstico es muy preocupante. Hay políticas y leyes que los protegen, pero están escritas solamente porque nadie las ejecuta”.

El departamento cuenta con la estampilla pro adulto mayor para el bienestar de los adultos mayores, establecida desde la Ordenanza 022 de 2020. Esta ordenanza posibilita que se haga un recaudo con base en la contratación de la entidad, para impactar los 12 municipios del departamento.

Estampillas

De los proyectos radicados para 2024, desde la Gobernación del Quindío señalaron que hay 547 adultos mayores en centros de bienestar y 648 en centros día. En relación con el funcionamiento de la estampilla, Jorge Hernán Zapata Botero, secretario de Familia de la Gobernación del Quindío, comentó que la transferencia se realiza mediante un proceso de convocatoria, en el que los diferentes municipios presentan los proyectos para ser avalados por la Secretaría de Familia, en su componente técnico, y por la Secretaría de Salud, en la parte sanitaria. Una vez se presentan los proyectos, en el primer mes del año, quedan avaladas las diferentes propuestas, y, con la prestación del servicio mes vencido, se empiezan a realizar giros y transferencias en el marco de la Ley 1315 de 2009.

Desde la Gobernación del Quindío también informaron sobre la relación de giros de los recursos de la estampilla pro adulto mayor entre 2022 y el 2024 (con corte en el mes de julio). Para 2022, el recurso distribuido correspondió a 7.109.430.738; en 2023, a 7.109.430.738; en 2023, a 6.557.884.706; y 2024, a $3.951.762.559. Con estos recursos, aseguraron que se han beneficiado a 35 centros y a 1.270 adultos mayores.

Es importante aclarar que los recursos de la Gobernación son complementarios a los que deben disponer cada uno de los 12 municipios para la atención de los adultos mayores. “Muchos de ellos están en estado de desprotección social. Estos recursos están orientados a que puedan tener garantías de unos servicios integrales. Hay que advertir que estos recursos de la estampilla pro adulto mayor departamental permiten el funcionamiento de estos centros, ya que el porcentaje mayor sí corresponde a la estampilla”, dijo.

Frente a las demoras, el secretario también aclaró que estas no solo se deben a trámites burocráticos de la entidad: “Nosotros no podemos hacer transferencias a los municipios hasta que ellos no certifican a los adultos mayores atendidos en las dos modalidades. Muchos municipios, al no tener capacidad instalada, se les dificulta hacer el reporte oportuno. Ahí radica el principal problema”.

Con el objetivo de resolver las problemáticas señaladas, también se han generado acciones para mejorar y mantener una comunicación fluida y asertiva con los municipios. Por ello, se han realizado encuentros con representantes y líderes del sector con el fin de trabajar en una propuesta de modificación de la ordenanza. En 2024, se han llevado a cabo dos mesas de trabajo con la participación de las diferentes secretarías, directores de los Centros de Bienestar del Anciano (CBA), enlaces de adulto mayor, alcaldes, contraloría, defensoría y personería.

Normatividad, desafíos, soluciones

El panorama de las políticas para adultos mayores en Colombia está respaldado por un marco normativo robusto que busca garantizar el bienestar y los derechos de esta población. La Constitución Política de Colombia, en su artículo 46, establece la protección integral de los adultos mayores, reconociendo su dignidad y promoviendo su inclusión social. Además, la Política Pública Nacional de Envejecimiento y Vejez (2022) proporciona directrices claras para abordar las necesidades específicas de este grupo.

Complementando estas iniciativas, se han promulgado leyes como la Ley 1276 de 2019, que busca mejorar la calidad de vida de los adultos mayores; la Ley 1315 de 2019, que establece medidas para su protección y atención; y la Ley 1859 de 2017, que promueve el envejecimiento activo y saludable. A pesar de este marco normativo, persisten desafíos significativos en la implementación efectiva de estas políticas, especialmente en lo que respecta a la reducción de la pobreza y la mejora de las condiciones de vida de los adultos mayores en el país.

Diana Fernanda Bermúdez Restrepo, docente del programa de Gerontología de la Universidad del Quindío, destacó la necesidad de una educación y sensibilización continua, así como de un seguimiento y acompañamiento a las familias y a las instituciones que atienden a los adultos mayores. «Es clave combatir el edadismo y la discriminación por edad. La política pública de envejecimiento y vejez debe cumplirse y ser una prioridad», afirmó. Además, enfatizó la importancia de activar las rutas de atención a las violencias, trabajando en la prevención y promoviendo la convivencia y solidaridad intergeneracional.

Los gerontólogos y líderes del sector han hecho un llamado urgente a las administraciones del Estado para que establezcan presupuestos que se sumen a los de las estampillas. Arcesio Campo, representante de la Asociación de Gerontología, subrayó que «la responsabilidad de los adultos mayores es del Estado, la sociedad y la familia, y si uno falla, caemos en los problemas que tenemos en la actualidad».

Por su parte, Yenifer Usme Cardona, quien ha trabajado con centros de bienestar, expresó su frustración por la falta de recursos para atender adecuadamente a los adultos mayores. «Los centros día suelen contar con profesionales, mientras que los centros de bienestar casi nunca tienen este privilegio. A veces hay desembolsos buenos, pero también ha habido casos en que pagan solo $60.000 por mes», lamentó.

Frente a los retos que tiene la nueva administración en este ámbito, el secretario de Familia de la Gobernación del Quindío sostuvo que están comprometidos con la gestión de recursos ante el gobierno nacional, la gestión de recursos con otras fuentes de financiación, y la verificación de la formulación de otros proyectos que puedan complementar la prestación de servicios, así como con hacer un trabajo de corresponsabilidad con la sociedad.

La situación actual exige un compromiso renovado y efectivo por parte de las autoridades para garantizar que los adultos mayores en Colombia reciban la atención y el respeto que merecen, asegurando así su bienestar y dignidad en la sociedad.

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