El Comité Cívico Roldanillo 450 años abrió las celebraciones de la fundación de esta población del norte del Valle del Cauca con una exposición de uno de sus mejores artistas, hijo de esta tierra, el pintor Henry Villada, radicado hace más de 30 años en el Quindío.
Villada vive y trabaja en el corregimiento de Barcelona en el municipio de Calarcá, taller donde concibió esta exposición de pintura-grabado denominada ‘El páramo palpita’, que fue colgada el pasado viernes 14 de marzo en el club Los Gorrones de Roldanillo, y que estará abierta al público hasta el próximo 30 de abril, con posibilidad de ser visitada, incluso, los días sábados, domingos y festivos, entre las 10:00 a.m. a las 7:00 p.m.

Se trata de un viaje por el páramo. ¿Cuál páramo? Por todos los que aún tienen esta connotación en Colombia, que el artista llama “catedrales de niebla, templos silenciosos donde la tierra respira. Allí donde la tierra se abraza con el cielo en un límite entre lo terrenal y lo divino”.
Recorriendo la exposición, nos llenamos de lo que nos dice en palabras el propio Henry Villada: “Son los páramos, con sus frailejones, guardianes ancestrales que se alzan como sabios inmóviles… sus hojas condensan gotas de agua, gotas de vida, que alimentan ríos, quebradas y sueños… son los artesanos del agua”.
Y, también se cae en la cuenta, con el mismo autor, viendo la exposición, que…” pese a las continuas amenazas del hombre (ganadería, minería, turismo, políticas insuficientes), el cambio climático y los incendios forestales… el páramo palpita”.

Son un poco más de 15 pinturas-grabados. Los grabados, en la lógica de una tinta, que exhortan al visitante a una mirada tranquila de la naturaleza, sin las exacerbaciones del color, pero con la magia de los grises del cielo nublado y las lagunas azuladas en medio de la quietud de la montaña y del viento de la sierra.
Pero, también encontramos obras a color, acrílico y carbón sobre lienzo, que ofrecen un contraste de los grises con los colores del paramo y la intensidad del cielo y la naturaleza viva. Esta exposición, sin duda, ofrece una diversidad maravillosa, no solo por las dos técnicas utilizadas, el grabado sobre tetrapack, monocromático; como los lienzos donde se combina el acrílico y el carbon, ofreciendo la alegría del color.