Por Jorge Alberto Serna Jaramillo
Al abordar el análisis del sector turismo en el Quindío lo que se esperaría es una información estadística consolidada en el tiempo que permitiera realizar un diagnóstico efectivo, hacer seguimiento de variables clave como número de turistas nacionales e internacionales, ocupación hotelera y participación en el PIB departamental. Solo así podríamos generar proyecciones a mediano y largo plazo sobre hacia dónde va realmente el turismo en el Quindío.
La única fuente de información encontrada en el diagnóstico del Plan de Desarrollo fue el observatorio turístico que realiza periódicamente la Cámara de Comercio de Armenia en diferentes periodos del año, con especial énfasis en la temporada de fin de año. Está limitada base estadística resulta insuficiente para un sector al que el departamento le apostó hace más de 20 años como su segunda actividad económica.
Fue necesario compilar algunas estadísticas de otras fuentes que se presentan a continuación:




De la lectura de los cuadros anteriores, surgen las siguientes reflexiones:
1. La primera y más evidente carencia es que no sabemos con exactitud cuántos turistas nacionales e internacionales llegan realmente al Quindío anualmente. Esta ausencia de datos fundamentales dificulta cualquier planificación estratégica.
2. En vuelos comerciales estamos muy rezagados. Mientras Armenia en 2024 está llegando a cerca de 750.000 viajeros, destinos como Pereira, Santa Marta y San Andrés superan los 2,5 millones de pasajeros por año. Esto evidencia la necesidad de mejorar la conectividad aérea del departamento.
3. Se puede inferir que la mayor cantidad de turistas que llegan al Quindío son turistas nacionales que lo hacen por vía terrestre, lo que representa un patrón de consumo turístico diferente al de otros destinos con mayor presencia internacional.
4. La afluencia turística se concentra en apenas cuatro temporadas al año: fin de año, semana santa, vacaciones de mitad de año y receso de octubre. Esto implica que los altos índices de ocupación se dan en apenas 16 de las 52 semanas que tiene el año, generando una estacionalidad problemática.
5. El 46% de la capacidad hotelera del Paisaje Cultural Cafetero se concentra en el departamento del Quindío, lo que refleja una ocupación promedio anual inferior a los demás departamentos de la región.
6. Al no tener estadísticas oficiales sobre la ocupación de los parques temáticos, recurrimos a estimaciones alternativas: El Parque del Café recibe aproximadamente 850.000 visitantes al año y el Parque Panaca entre 330.000 y 350.000 visitantes anuales. Estos datos, aunque orientativos, evidencian nuevamente la falta de información sistematizada.
7. Ya se presentan serios problemas de movilidad en temporadas altas, como ocurrió a finales del año pasado en municipios como Salento, Filandia y Buenavista, lo que pone de manifiesto las limitaciones de un modelo basado en el turismo masivo o de cantidad.
8. Surge la pregunta fundamental: ¿En las condiciones actuales, hasta cuántos turistas está en capacidad de recibir el Quindío en temporada alta sin comprometer la calidad de la experiencia y la sostenibilidad del territorio?
9. Para aumentar la capacidad en temporada alta se necesitan inversiones estratégicas que deben planificarse con suficiente antelación para no desmejorar la calidad del servicio. Pero, ¿cómo planificar sin datos confiables?
10. Tanto el cultivo del café como el Parque del Café nos han enseñado lecciones valiosas sobre la necesidad de transitar de un modelo de cantidad a uno de calidad: El café pasó de 60.000 hectáreas sembradas a principios de siglo a 18.000 hectáreas para 2023, compensando con cultivos de mayor calidad y valor agregado; mientras el Parque del Café entendió que para prestar un mejor servicio debía limitar el número de visitantes en temporada alta.
11. Las estadísticas de turistas extranjeros indican que recibimos entre 25.000 y 50.000 visitantes internacionales al año, una cifra modesta, pero con enorme potencial de crecimiento si apostamos por un turismo de calidad. Para 2024, un turista extranjero gastó en promedio US$1.785 en Colombia, lo que muestra el valor económico de este segmento.
12. Persiste la incertidumbre sobre el aporte real del turismo al PIB del Quindío, que oscila entre el 5% y el 10% según las fuentes. ¿Existe margen para crecer? Indudablemente sí, pero se requiere planificación basada en datos.
Es el momento de organizar un observatorio estadístico robusto que recopile sistemáticamente la información relacionada con todas las variables involucradas en la actividad turística. Solo así podremos elaborar un verdadero diagnóstico que permita proyectar la actividad del turismo en el Quindío por lo menos para los próximos 10 años, con miras al 2050.
El departamento debe decidir si continúa con un modelo de turismo masivo, con las limitaciones y problemas que ya se están evidenciando, o si apuesta por un turismo de mayor calidad, más sostenible y con mayor valor agregado. Esta decisión estratégica debe estar fundamentada en datos confiables y en una visión de largo plazo que considere la capacidad de carga del territorio, la preservación de sus valores ambientales y culturales, y el bienestar de las comunidades locales.
El Quindío tiene la oportunidad de convertirse en un referente nacional e internacional de turismo sostenible, pero para ello necesita dejar de navegar a ciegas y empezar a tomar decisiones basadas en información sólida. El futuro del turismo en el departamento depende de las decisiones que tomemos hoy, y estas decisiones deben estar respaldadas por estadísticas confiables.