Se llama Silvana Montoya de la Cruz, nació en Brasil, pero solo por una coincidencia. Su madre, Ligia de la Cruz Correa, cuyabra de pura cepa, hija del empresario Alfonso de la Cruz, estudiaba con su esposo Ramón Montoya en ese país de América del Sur, cuando nació la niña que, a los cuatro años, ya en Armenia, tenía el palmarés de haber salido bailando en la televisión.
Siempre supo que iba a ser actriz. Actúo en Los Ángeles, el colegio de su primaria en Armenia, y también lo hizo en su escuela secundaria en Londres. Y fue a la universidad a estudiar teatro e idioma francés. Ha discurrido por teatros de Londres y sus ciudades cercanas, como actriz, en obras nuevas y también de tradición. Ha sido actriz en cortos de cine, y ahora en un largometraje.
Y, mientras su vida trascurre en el día en las Tablas, o filmando una escena para el cine, en las noches canta las hermosas canciones latinoamericanas que tanto enamoran en los bares y cafés de una Inglaterra fría, que contiene en su neblina invernal el calor de los venidos de la América del Sur, como Silvana Montoya de la Cruz, que surge en el universo de los Andes de Quindío.
En EL QUINDIANO presentamos la entrevista con esta artista polifacética, universal y sensitiva, en su paso por la ciudad de sus amores, Armenia, donde mantiene vivos los recuerdos de su infancia. Ver la entrevista completa en el siguiente vídeo.