Sin razón alguna, sin conciencia ciudadana, sin importarles el afán, las tareas, las emergencias de los demás, en Armenia se volvió costumbre por parte de algunos empresarios y comerciantes programar pantallas y vallas ubicadas en las avenidas de la ciudad, en plena hora pico.

Cuadran sus carros escaleras, escaleras, andamios y vehículos donde se trasportan en plena vía pública, originando enormes trancones sin importarles el tiempo que se demoren en programar dichas pantallas. A ello se suma la inoperancia de las autoridades que permiten también sin importarles el ciudadano este atropello en una ciudad en donde las vías escasean cada vez más mientras el parque automotor crece de forma desmedida.

Igual pasa con la señalización de normas de tránsito de las calles y carreras de Armenia –cuando las señalan- lo hacen en las horas menos indicadas, cuando el tránsito está más congestionado, que ahora es todo el día.

En ciudades con mayor cultura y respeto por el ciudadano, como Medellín, estas labores se programan en altas horas de la noche o en la madruga para no perturbar el flujo vehicular.