DESENTRAÑISMOS SURREALES XXVII

16 febrero 2025 9:30 pm

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Carlos Alberto Agudelo Arcila

UTILIZA EL JAQUE mate para apagar la última luz del pueblo olvidado, allá, al borde del planeta, donde la noche es un juego de ajedrez sin fin.

ARROJA POR LA ventana la ventana misma, no sin antes dimensionar, en su hueco, la medida perfecta por donde pueda lanzar la casa.

EL AFUERA Y el adentro fusionados por una fuerza esquizofrénica, donde solo se divisa… el cadáver del azul oceánico.

LA BICICLETA, sin quien la conduzca, se dirige… idioma arriba, para combatir diptongos y prosopopeyas de alas rotas.

DESPUÉS DE LEER un libro autobiográfico, destaca la primera tilde, como la punta de una lanza, empuñada por el asesino.

NADA A SUS anchas, en la ribera vacía, donde un fantasma con memoria observa… el curso de lo ausente.

ATRAPA CON REDES del alba el tiempo. Intenta leer el pasado de una hormiga, para entender el camino devorante.

EL PÁJARO MORIBUNDO observa cómo un árbol rebosa trinos antes de la muerte.

CUEROS, SOMBRAS, hilos y agujas tejen en el alma del escritor, crean epístolas olvidadas de ideales.

MARTILLEOS DESAHUCIAN TAPETES, cubren de herrumbre el eco de la sordina.

ORGASMOS CALLE ABAJO, donde suspiros hilan el universo desde su último aliento.

MILLONES DE SERES vivos hacen fila para atravesar rendijas infinitesimales, entre el todo y la nada.

LEE A SCHOPENHAUER y anticipa las vanas reproducciones del verde devorador de luz.

ANHELA LA CAVERNA del Cretácico, donde la yema de huevo permaneció intacta, incluso cuando el asteroide cayó sobre ella.

LA CÉLULA SEXUAL salta del papiro y, por escribirse, un aquelarre fantasmal da forma al hombre invisible.

SER FELIZ AL ver desaparecer la mochila en el fondo de sí misma, donde se estacionan siluetas de hojas secas.

PERFORA EL TIMBRE de voz del tenor con la tilde, sin acentuarse.

SIN ASOMBRO, observa cómo navegan embarcaciones en la huella digital de una mano amputada.

DESNUDA LA FLOR de su floridez, siente su cuerpo florido y se extasía como cuando piensa en el deseo inalcanzable del amor platónico.

EL AZUL SE desprende del vestido, vuela sin límites. Desde la superficie, se le ve como halcón, artesano del color inmenso de la vida.

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