Por Jorge Serna Jaramillo
QUINDÍO 2050 – UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD Y BILINGUE
El análisis de las cifras educativas del Quindío revela una historia que merece ser contada con el rigor que solo los datos pueden proporcionar, generando unas alertas que son necesarias evaluar:





Presentamos las siguientes reflexiones:
- El Quindío en 12 años ha perdido cerca de 32.000 estudiantes lo que ratifica la preocupación en el cambio piramidal de la población.
- El Quindío junto con San Andrés son los departamentos a nivel nacional que proporcionalmente han perdido más alumnos.
- Siendo más crítico para el Quindío al ser el primer departamento a nivel nacional que cruza el umbral de población mayor de 60 años comparado con el grupo poblacional menor a 19 años.
- A pesar de la disminución de los alumnos la planta docente y los recursos girados por la nación están en aumento.
- En el primer semestre se evalúa una sola institución que corresponde al gimnasio inglés (no oficial), en segundo semestre al resto de colegios del departamento.
- El Quindío ha mantenido posiciones destacadas a nivel nacional con respecto a las pruebas SABER 11 (¿estamos mejorando o los demás departamentos están disminuyendo en su calidad de educación solo hemos aumentado cerca de 12 puntos en período analizado?).
- La brecha entre la educación privada y pública sigue siendo grande (cerca de 50 puntos por cuatrienio).
- De la gobernación del Quindío y de la ciudad de Armenia se esperaría que con más presupuesto, mayor personal docente y menos alumnos esta brecha se debería ir cerrando llevando al departamento a mejor posicionamiento a nivel nacional y a una educación de calidad ojala antes del 2050.
- El departamento ha iniciado una apuesta por el bilingüismo, con cuatro instituciones oficiales implementando programas intensivos. Lo bueno hay que aplicarlo, modelo que se debería ir implementando en el resto de los municipios y los colegios oficiales para llegar al 2050 con un Quindío bilingüe.
- Las estadísticas de población y educación presentadas ameritan un llamado a la institucionalidad y a la sociedad civil a realizar, más que un debate, una discusión constructiva sobre nuestra juventud y su futuro. ¿Quién pone la primera piedra?