JUICIO, PETRO

12 febrero 2025 11:10 pm

Compartir:

Álvaro Ayala Tamayo
Dime con quién gobiernas y te diré cuanto te vas a robar.
Cuentan en la Polfa (Policía Fiscal Aduanera), que el catalán Xavier Vendrell, llegó de contrabando a Colombia metido en un contenedor de Papá Pitufo y como no pagó aranceles, el presidente Gustavo Petro voló a nacionalizarlo para que se pudiera rebuscar con contratos estatales y privados. Lo hicieron antes de la próxima reforma tributaria que promete volver a acabar con la pobreza.
Corrupté se dice corrupción en catalán. Según su amañada confesión, Xavier Vendrell, reputado asesor español recibió en un entrampamiento 500 millones de pesos de parte de Diego Marín Buitrago, alias Papá Pitufo. Luego, (sin mostrar pruebas) los regresó. Cuando le informaron al beneficiario (Petro), éste ordenó su devolución inmediata porque no quería billete dudoso en su champaña. Un trago malo puede subir como espuma. Aquí pasó lo contrario, al vendedor de contrabando le regresaron su dinero. Según la Dian ni tuvieron la decencia de pagar IVA.
En un reciente comunicado expedido en Bogotá, Vendrell afirma que no tenía relación con dineros en la campaña Petro. Pero recibió y los devolvió. Cree que Colombia está lleno de gilipollas, como dicen en Madrid y Barcelona.
Es decir, delinquieron y se absolvieron en un juicio fast track. De acuerdo con el inocente chaval, el video del regreso de la plata estuvo a cargo de un tío descarado que pide otra maletada para entregar una copia original, certificada y autenticada. Al hombre de la grabación lo identificó como Ramón Devesa, un oscuro y siniestro hacker con largo prontuario en varios países. Si hubieran llamado al libretista Gustavo Bolívar, no habría salido tan dudoso y costoso el guion.
De sus ahorros pusieron los 50 millones que se embolsilló el comisionista Daniel García Colorado, quien se puso pálido cuando Petro lo ‘boletió’. Lo sacó del anonimato para desprestigiarlo y lavarse las manos. Dejó de ser testigo protegido con reserva de identidad y pronto lo pondrán a subir las escaleras del búnker de la Fiscalía. Un lugar a donde hay que llegar con sobredosis de lomotil. Petro es la casa de apuestas, nunca pierde. Con la mafia política, el narcotráfico y el contrabando la calle se inunda de sangre cuando hay tumbados.
No explicaron cómo embalaron las pruebas en cadena de custodia, ni en qué laboratorio forense las certificaron. Los ladrones honrados han quedado libres de pecado y se tiraron piedra en un consejo de ministros. En este escenario, Augusto Rodríguez, viejo sabueso del M19, descalabró al inocente jefe de gabinete, Armando Benedetti. El hombre de la UNP es la inteligencia y la contrainteligencia del departamento de asuntos mojados del gobierno. A su despacho llega toda la información de la delincuencia organizada y desorganizada. Si lo dice Augusto: páguele la recompensa.
La ley de punto final la firmará Papá Pitufo cuando lo extraditen desde Portugal. Diego Marín no es tonto para enfrentar y delatar a un presidente ni a sus colaboradores. Cuando llegue a Bogotá estará un mes en la cárcel, lo favorecerán con vencimiento de términos y enfermará para que le den prisión domiciliaria. Antes de recuperar su libertad la Dian le otorgará una medalla para agradecerle los favores recibidos y el subsidio a la nómina.
Fruto de las reyertas, en la Caja de Nariño colgaron un aviso que dice: hay vacantes. El requisito, aguantarse al zafio Armando Benedetti, hombre de trajes finos y lengua ordinaria. Sus malos hábitos obedecen a la crianza entre compradores y vendedores de votos. Ese es su secreto. Se lo pelean en todas las campañas y la siguiente ya calienta motores. Le pagan bien y cobra duro. Anda con datáfono en el bolsillo. Es una «joya» que recibe oro y plata. También hace canjes automáticos por embajadas o jefaturas de gabinete. Es tan vivo que sacó de la casa estudio a su archirrival Laura Sarabia. La mandó a volar a la cancillería.
Benedetti tiene más mañanas que el burro que pateó a San José, pero en su prontuario no figuran secuestro, asesinato y terrorismo. Quisieron decir los mártires del M19 que era peor que Jaime Bateman Cayón y hasta allá tampoco. No se admiten calumnias.
Los ministros echados no hacen falta. Hicieron mucho daño y da alegría ver como su jefe los despide por twiter y por malos. Se comportaron como lacayos y traicionaron al pueblo, a Petro y entre ellos.
En la resonancia magnética que hicieron a su (indi)gestión, quedaron retratados por insustanciales e incompetentes. El pueblo los vio en vivo y en directo para que en las próximas votaciones decida si quiere seguir con la enfermedad o elige remedio.
Papá Pitufo graba toda la mercancía que entrega con una cámara que trajo de contrabando desde la China. En el bajo mundo rumorean que hubo otras remesas y diferentes transportadores. Ya veremos si la serie continúa porque las segundas partes nunca son buenas.

El Quindiano le recomienda