David clava con una pistola hidráulica para puntillas, las manos de uno de los pandilleros que intenta entrar a su casa en esa noche de terror que apenas comienza. El tipo queda pegado a la pared sin forma de escapar y con un vidrio rozándole el cuello. La anterior es una de las escenas del remake del año 2011 de la película “Perros de Paja”, dirigida por Rod Lurie y protagonizada por James Marsden y Kate Bosworth. La versión de 1971 bajo la dirección de Sam Peckinpah y protagonizada de manera magistral por Dustin Hoffman y Susan George, no cambia mucho en el guion. Si lo hacen las forma de contar la violencia y por lógica, la adaptación moderna posee un mejor estilo narrativo y técnico.
En la primera versión de la novela en la que se basa el filme, escrita por Gordon M. Williams, el protagonista no clava con puntillas las manos del pandillero, solo se las amarra con un alambre de púas y lo deja desangrándose a su suerte. Pero si comenzamos a comparar cual de las dos producciones es mejor, iríamos a empate en una búsqueda innecesaria, porque ambas tienen lo suyo. Solo es cuestión de contexto.
“Perros de Paja” es ya un clásico obligado de los años 70 y en general del cine. En esta historia nos vamos de la mano por un relato plano en más de la mitad del tiempo que dura la cinta. Sin un punto de giro claro y demasiado sutil, con un planteamiento muy largo que solo se sostiene por una tensa calma, amenazada por los antagonistas que acechan como una jauría de lobos, a los personajes centrales que hacen las veces de presas a cazar.
El escenario en esta historia no puede ser más propicio para un ritual aparentemente anunciado: Un pueblo lejano en medio de la nada, donde la atmosfera es enigmática. Allí un hombre dedicado totalmente a la ciencia y en apariencia física débil, busca alejarse del mundanal ruido para concentrarse en lograr terminar un trabajo académico importante. Lo acompaña una mujer que se comienza a encontrar con un pasado no muy lejano, en el que dejó algunas cicatrices de juventud loca y donde regresa después de muchos años a creer que todo ha acabado.
En este estudio antropológico sobre comportamiento humano, las relaciones sociales, la ira, la determinación y abuso de poder, donde la presencia de autoridad es casi inexistente o por lo menos cómplice, sobresalen la lógica de creer en la justicia por encima de las circunstancias cuando es lo único que importa, pero si esta falla, queda la defenderse a como dé lugar con tal de no perder la vida.
¿Qué sucede entonces en estos casos? ¿Qué hacen los perros de paja para darle un final a su acechanza? ¿Cómo piensan repartirse las presas que dejó la cacería y salir bien librados ante la inmensa llanura de anonimato? Un mal entendido es solo la excusa para que todo cambie. Es lo único que necesitan para que por fin la tensión se rompa y empiece una orgia de sangre y dolor. El terror entra en el reparto junto con lo inesperado.
Solo los gritos desaforados de la única mujer en escena durante estas secuencias, irrumpen en el silencio de la distancia donde nadie puede ayudar, para confundir a un hombre que busca sobrevivir en esa noche de vidrios rotos, puertas golpeadas y amenazas de incendiar la casa con ellos dentro. Lo demás queda de tarea.
Buena fotografía que va acorde a la intención de director Sam Peckinpah y una música que sobra, lamentablemente, porque satura con información innecesaria. Excelentes actuaciones y convincentes para esa época. Que logran aportar peso a la cuerda floja sobre la que caminan todos juntos y de la mano, antes de caer al vacío de su desdicha.
«Perros de Paja» es más que una buena historia. Es más que un cliché de cosas tomadas a la ligera porque ya se han visto en el cine actual. No. Perros de Paja es la pionera de un género que se reinventó y cuestionó el papel del hombre moderno en una sociedad de fuertes y débiles. Es una secuencia de hechos que no debieron suceder y hoy se repiten en la vida real, pero que tampoco deben pasar. Una producción con escenas necesariamente violentas y justificadas en las circunstancias. Una lección de vida que se puede resumir en la sociedad actual con tres frases de los abuelos y que van como anillo al dedo: Perro que no se conoce no se le toca la cola. Perro que ladra no muerde. Perro no come Perro.
Perros de paja. “Straw Dogs”
Año: 1971
Duración: 113 min.
País: Reino Unido
Director: Sam Peckinpah
Guion: David Zelag Goodman, Sam Peckinpah (Novela: Gordon M. Williams)
Fotografía: John Coquillon
Reparto: Dustin Hoffman, Susan George, David Warner,