Por Émerson Castaño
Con la guerra en el Catatumbo puede que el país entienda a qué tipo de guerrilla se enfrenta las autoridades. Pasando por los Llanos orientales y limitando con el departamento de Arauca, se encuentra un territorio controlado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Para la inteligencia militar, acabar con esta guerrilla es una tarea compleja debido a la geografía y la estrategia de camuflaje de sus integrantes. Cualquier guerra que el Estado colombiano inicie contra el ELN está destinada al fracaso.
El ELN ha demostrado ser superior militarmente porque se adapta con facilidad a los cambios políticos y ambientales, y se sabe cómo ocultarse en zonas abandonadas por el Estado. Sus cuadros guerrilleros son difíciles de identificar porque se mezclan con la población. En municipios como Fortul o Paz de Ariporo, cualquier persona puede ser un guerrillero. En estos lugares, los pobladores protegen a los jefes del ELN. En el caso de ´Alias Pablito´, este maneja una de las redes de informantes más efectivas, lo que le permite conocer cualquier movimiento del enemigo. Es poco probable que el gobierno de Petro ( o cualquier otro) logre capturarlo.
Cuando ´alias Pablito´ fue capturado en Bogotá el 7 de enero de 2008, fungía como jefe de los frentes occidental, central y oriental del ELN. Sin embargo, el 7 de octubre de 2009 se fugó. El error de las autoridades fue trasladarlo al departamento de Arauca, donde tenía todas las condiciones para escapar y cruzar a Venezuela. El informe oficial relata lo ocurrido:“…el interno (a, Pablito) se encontraba fuera de la celda y cerca a la puerta principal de entrada al establecimiento carcelario y hasta diez minutos antes acompañado de su abogado quien hacia las 11:20 horas aproximadamente salió del establecimiento después de dejarle ropa para su viaje, produciéndose de inmediato la incursión de dos sujetos que aprovecharon la llegada del director del INPEC, y apertura de la puerta principal, incursionan dentro penal con arma cortas al parecer reducen a los guardias que se encontraban en la entrada del establecimiento disparando contra un canino y procediendo a sacar al recluso (a. Pablito)”.
Más que una fuga, parecía una liberación facilitada. ´Alias Pablito´, cuyo verdadero nombre es Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, ha sido identificado por la Fiscalía con otros nombres como “Carlos Mario Guarín”, “Adolfo Marín”, “Jairo Requimiva”, “Tatuco”, “Alfredo” y “Teyuco”, entre otros 993 alias.

El guerrillero de los mil nombres cambia constantemente de aspecto y actividades: puede pasar desapercibido como empleado de panadería o como vendedor en una ferretería en Paz de Ariporo (Casanare). Su contacto principal era ´alias Lenin´ (Ramiro Torres), quien no fue abatido por el Ejército, sino que murió de Covid-19 en 2021. Sin embargo, la red de colaboradores de ´alias Pablito´ sigue operando con lealtad absoluta. Su esquema de seguridad está conformado por mujeres, quienes no lo dejan solo. Se presume que actualmente permanece en Venezuela.
Tras su fuga, alias Pablito se instaló en el país vecino, en las orillas del río Negro y el río Cutufí. En 2015, estableció allí su base de operaciones. El Cutufí es una vía estratégica que permite el ingreso seguro al departamento de Arauca, utilizando el río Arauca como ruta de tránsito. En estas zonas fronterizas, las fábricas de queso son un punto clave en la logística del narcotráfico. En el interior de los bloques de queso se oculta cocaína, que luego es enviada al exterior.

Es posible que ´alias Pablito´ ya no se encuentre en su antiguo refugio en Venezuela, pero sigue cerca y protegido. El gobierno de Petro nunca podrá alcanzar su “Paz Total” mientras subestime la capacidad y estructura del ELN. Pareciera que el presidente ha olvidado lo que significa ser un guerrillero.