¡BASTA DE INDIFERENCIA, BASTA DE IMPUNIDAD!

25 enero 2025 9:44 pm

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Por: José Gustavo Hernández Castaño

El Quindío, nuestra tierra, nuestro hogar, que un día fue símbolo de esperanza, que alguna vez fue un remanso de paz, ha llegado a un punto crítico. La inseguridad, la corrupción, la indiferencia y la impunidad, han oscurecido lo que alguna vez fue un paraíso.

Hoy, vivimos en un lugar donde el miedo crece y la justicia se ausenta, mientras la falta de liderazgos valientes nos sume en la desesperanza, nos deja a la deriva, sin un rumbo claro hacia el futuro.

El atroz asesinato del periodista y líder político Óscar Gómez Agudelo, ocurrido el pasado viernes, no es un hecho aislado. Es un grito desgarrador que se suma a una larga lista de crímenes que han silenciado a hombres y mujeres valientes de nuestra región. Es un recordatorio brutal de lo lejos que hemos caído. No podemos permitir que su muerte se registre como un número más en las estadísticas del horror. Cada líder silenciado, cada vida arrebatada, es una herida abierta en el corazón de nuestra región.

Su muerte no puede quedar impune, como tantos otros crímenes que han marcado la historia de nuestra región.

Óscar Gómez Agudelo fue más que un nombre, fue un líder controversial; fue una voz fuerte, que se quería hacer escuchar. Su asesinato debe marcar un antes y un después. Este no puede ser otro crimen más, como el de tantos otros líderes que hemos perdido: Acero, Jairo Elías, Romel, David el hijo de Alejandro y muchos otros más. Es hora de unirnos, de alzar nuestras voces y de decir ¡basta! Porque este es nuestro Quindío, y no permitiremos que la sombra del miedo lo domine.

El panorama es desolador: violencia en las calles, microtráfico en aumento, corrupción institucional y autoridades que eligen mirar hacia otro lado, se han convertido en una rutina oscura que amenaza nuestra vida cotidiana. Pero lo más grave es la impunidad, esa tragedia silenciosa que alimenta al crimen y destruye nuestra confianza en las instituciones. La impunidad no es un accidente, es el resultado de una inacción deliberada que alimenta al crimen y traiciona a quienes confían en la justicia.

Mientras tanto, las autoridades, ciegas y cómplices, nos ofrecen promesas vacías que se desvanecen al siguiente día, dejando espacio para que el crimen crezca sin límites.

¡Es el momento de dar un viraje!

Somos los ciudadanos, amantes de la democracia, quienes debemos liderar este cambio de rumbo. No podemos esperar soluciones de quienes se han mostrado incapaces o cómplices. Necesitamos acción, justicia y la recuperación de nuestra dignidad como sociedad.

La historia no cambia con palabras vacías. Cambia con acción. Cambia cuando los ciudadanos que aman la democracia alzan la voz y exigen justicia.

La ceguera de las autoridades encargadas de investigar no puede seguir en tan altos niveles de impunidad. No es necesario rodeos o perífrasis buscando respuestas a los interrogantes, pues, a veces, muchas veces, las respuestas se encuentran a la vuelta de la esquina. En su sabiduría, los abuelos decían: “todos los caminos conducen a Roma”

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