Los quindianos recuerdan al Batallón Cisneros, cuando sus instalaciones estaban ubicadas en el barrio San José de Armenia, Quindío, hasta que, aquel fatídico 25 de enero de 1999, dejó en ruinas a esta Unidad militar y a gran parte del territorio
Recorrer la plaza minorista de Armenia, Quindío y conocer que este lugar tiene una historia por contar, es un emotivo momento para el Coronel Edward Vicente Martínez Anteliz, comandante de la Octava Brigada; este alto oficial, un hombre de ingenieros militares desde hace 30 años, camina por los pasillos de esta plaza de mercado junto a don José Mejía, un vigilante de 68 años de edad, que vivió su niñez y juventud día tras día viendo el Batallón Cisneros, pues era un paso obligado en ese entonces, para ir a la escuela primaria.
Con la memoria intacta, este ciudadano manifiesta: «claro coronel, yo recuerdo mucho el Batallón, si quiere vamos y le muestro en donde quedaba el rancho de tropa, la plaza de armas, los polvorines y los alojamientos.»
A su paso, le señalaba al comandante de la Brigada, la ubicación de cada lugar como si allí, aún estuviera presente la Unidad, con cientos de soldados cumpliendo sus labores diarias.

Así mismo, desde la capital del país, el coronel Oscar Alberto Isaza Galindo, veterano del Ejército Nacional, oficial que para la fecha del hecho que enlutó al eje cafetero y Colombia, era el comandante del Batallón Cisneros. Él, de manera pausada, como recordando cada instante vivido, pasa las páginas de una revista de un medio de comunicación que publicó la tragedia y documentó el valor y el sacrificio de los valerosos hombres, soldados de la patria, que además de enfrentar su propio infortunio, apoyaron las labores de búsqueda y rescate, seguridad, distribución de ayudas humanitarias y construcción de albergues para miles de damnificados en la ciudad de Armenia.
De igual manera, el sargento mayor de comando, Carlos Arturo Bedoya, veterano del Ejército Nacional, para el año 1999, quien fungía como sargento segundo del Batallón Cisneros, recuerda el rugir de la tierra, aquel día, a la 1:20 pm y cuenta de que manera enfrentaron la destrucción: «yo vivía a tres cuadras del Batallón y a esa hora del almuerzo me encontraba en mi casa, que no sufrió averías; salí y cuando llegué a la Unidad, me encontré con una realidad inesperada. Yo quedé encargado de las comunicaciones, que estaban cortadas y cuando se reestablecieron, a través del radio, recibí el llamado del Comando General de las Fuerzas Militares, indicando que requerían saber la magnitud de los hechos, porque el presidente de la República, Andrés Pastrana Borrero, iba a viajar desde Caracas, Venezuela, donde se encontraba ese día, con toda la cúpula militar y organismos de socorro.»
A partir de la llegada del primer mandatario y su comitiva, fue este el lugar de concentración para comisiones nacionales e internacionales que llegaban a brindar ayuda a las miles de víctimas del terremoto.
Es así, que hace 26 años, los habitantes del eje cafetero, las autoridades y organismos de socorro, encararon con valentía esta insospechada contingencia y el comandante de la Octava Brigada, a los valerosos soldados de ese momento les expresó: «de verdad admiración y, sobre todo, es un deber de todos nosotros, aprender de estos hechos que hacen parte de la memoria histórica, que debemos mantener presente.